LONDRES.- Funcionarios del Reino Unido exploran con sus colegas de la Unión Europea (UE) la posibilidad de retrasar la fecha del Brexit si el Parlamento rechaza la semana próxima el acuerdo propuesto por el Gobierno, según informa ‘The Daily Telegraph’.
El periódico conservador, que cita a fuentes comunitarias, dice que
los representantes del Ejecutivo de Londres han hecho gestiones
diplomáticas para analizar la posible extensión del artículo 50 del Tratado de Lisboa, cuya activación dio inicio a los dos años de negociaciones para la salida del Reino Unido del bloque.
La primera ministra británica, Theresa May, activó el artículo el 29
de marzo de 2017, lo que empezó un proceso que concluirá con la marcha de este país de la UE el próximo 29 de marzo.
Sin embargo, si la Cámara de los Comunes rechaza en una votación prevista para el 15 de enero el acuerdo de salida consensuado por May con Bruselas, podría ser necesario prorrogar el periodo de negociación a fin de evitar una separación sin acuerdo.
Tres fuentes comunitarias diferentes han confirmado al ‘Telegraph’ que
los funcionarios británicos tratan de establecer si la UE estaría
dispuesta a alargar el proceso, lo que requiere de la aprobación de los
Estados miembros.
Las fuentes han indicado que, en todo caso, los Veintisiete solo podrían extender la prórroga hasta el 6 de julio, cuando el nuevo Parlamento europeo elegido en las urnas iniciará su actividad.
May ha dicho hasta ahora que no se plantea pedir una extensión del
artículo 50, pero la situación podría cambiar según lo que suceda la
semana próxima. En ese sentido, el ministro del Brexit, Stephen Barclay, ha vuelto a reafirmar que van “a salir de la Unión Europea el 29 de marzo”.
Sobre la información del ‘Telegraph’, asegura que la prórroga de las
negociaciones mediante la extensión del artículo 50 del Tratado de
Lisboa “no sería una decisión unilateral del Reino Unido”, pues
requeriría la aprobación de los países de la UE.
Los Comunes retoman este miércoles el debate sobre el acuerdo del
Brexit o la salida del Reino Unido de la UE propuesto por la primera
ministra, que todavía no ha detallado las supuestas mejoras que ha conseguido de Bruselas.
La líder conservadora se vio obligada a cancelar una primera votación prevista para el 11 de diciembre por falta de apoyos
al pacto, que aún suscita oposición entre parte de su partido y sus
socios parlamentarios del Partido Unionista Democrático (DUP)
norirlandés.
El acuerdo establece el coste económico de la salida británica del bloque y los derechos de los ciudadanos comunitarios, así como una polémica cláusula de seguridad para evitar una frontera física en la isla de Irlanda en ausencia de un pacto comercial bilateral.
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