viernes, 18 de enero de 2019

Reino Unido se está quedando sin trabajadores europeos por el Brexit

MADRID.- El Brexit todavía no se ha consumado, pero la economía británica ya sufre los problemas derivados del ‘divorcio’. La inseguridad jurídica sobre las condiciones que tendrán los trabajadores extranjeros ha provocado lo que muchos deseaban: frenar la migración. El problema es que, lejos de ser una buena noticia, está generando serios estragos para las empresas debido a la escasez de mano de obra. Un problema extra para la economía británica, que está en situación de pleno empleo y se sitúa al borde del abismo de un Brexit duro, analiza el digital español El Confidencial.

Reino Unido tiene nada menos que 850.000 puestos de trabajo vacantes pendientes de cubrir. Es la cifra más alta de la historia, según los últimos datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés). 
El dato es preocupante, ya que por cada 100 puestos de trabajo hay tres que se quedan desiertos debido a la escasez de trabajadores. Una situación que ahoga a muchas empresas y que supone un freno al crecimiento del país.
La tasa de paro en Reino Unido ha caído hasta mínimos históricos; apenas un 4,03% de la población activa está desocupado. Esto significa que el país está en pleno empleo y quienes no tienen trabajo es por voluntad propia o porque se encuentran en un periodo de transición entre un trabajo y otro.
Las empresas tienen cada vez más problemas para cubrir sus ofertas de empleo, hasta el punto de que se ha convertido en un problema señalado hasta por el Banco de Inglaterra. La entidad elabora trimestralmente una encuesta sobre la situación del sector empresarial y en septiembre alertaba ya del problema que se está generando por las dificultades de las compañías para cubrir sus puestos de trabajo.
El indicador que mide las dificultades de contratación de las empresas marcó en el tercer trimestre el peor dato en casi dos décadas: más del 3% de las empresas tiene problemas para cubrir sus puestos de trabajo. Hay que volver la vista a 2001 para encontrar una situación más complicada en el mercado laboral británico. 
Llama la atención que los problemas para encontrar trabajadores no solo se localizan entre los niveles más altos de cualificación, sino también entre los medios y bajos. Según el Banco de Inglaterra, “la continua ralentización en la llegada de inmigrantes europeos ha exacerbado la escasez de mano de obra en la agricultura, las manufacturas y la sanidad”.
Para los españoles, es bien conocida la demanda crónica de personal de enfermería que tiene Reino Unido. Miles de profesionales se fueron a trabajar allí con el estallido de la crisis, pero el flujo se ha frenado por la incertidumbre del Brexit. 
Ahora, este sector, como otros muchos, tiene una gran demanda de mano de obra que es incapaz de cubrir.
Según los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas, en el segundo trimestre de 2018 Reino Unido recibió 206.000 inmigrantes procedentes de distintos países. Esta cifra es nada menos que un 22% menor que la de dos años antes. 
Y eso que el Brexit todavía no se ha consumado. Pero la incertidumbre ha provocado que muchos extranjeros busquen un destino alternativo que garantice su situación a medio plazo.
El Comité Asesor sobre Migración del Reino Unido, una entidad pública independiente, ha realizado una encuesta similar en la que estudia el impacto económico y laboral de la inmigración de la UE tras el Brexit. 
Las conclusiones del estudio son similares: “Los empleadores están preocupados sobre las posibles restricciones en su capacidad para contratar a migrantes de la Unión Europea”.
Muchas de las empresas encuestadas reconocieron que “no hay alternativa a los trabajadores de la Unión Europea”. La mano de obra sin cualificación se puede conseguir en otros países, pero Reino Unido necesita atraer talento para cubrir sus vacantes. 
“Los empleadores no contratan inmigrantes de la Unión Europea porque sean más baratos”, explica el informe, sino que cuentan con ellos por su eficiencia o su nivel de cualificación superior.
Las empresas con actividad en Reino Unido advierten: la ausencia de trabajadores europeos puede provocar que muchas compañías “crezcan más despacio, se contraigan o incluso desaparezcan”. El sector privado advierte de que no hay medidas alternativas en el corto plazo a la inmigración
Se puede optar por adaptar la formación de los británicos o sustituir la mano de obra por capital, pero este proceso es lento y solo da resultados en el largo plazo. Hasta entonces, si la política migratoria resultante es muy restrictiva, las empresas pasarán muchos apuros para cubrir sus plantillas.
La escasez de mano de obra en el mercado laboral hace que las empresas tengan que pelear entre ellas para cubrir sus ofertas de empleo. El resultado es que se está generando una espiral de inflación salarial que a la larga puede ser un grave problema para el país. 
El crecimiento medio de los salarios en los últimos tres meses (hasta octubre, último dato disponible) alcanza ya el 3,3%. Esto significa que Reino Unido vive la mayor escalada salarial desde el año 2008, antes del estallido de la burbuja inmobiliaria.
La subida de las retribuciones es una buena noticia cuando se produce por mejoras de la productividad, pero si se debe a un proceso inflacionista solo genera mayores costes para las empresas y pérdida de competitividad. 
 Los trabajadores no perciben esta mejora de los salarios, ya que la escalada de los precios se come el poder adquisitivo. Reino Unido suma ya dos años con el IPC por encima del 2%, esto es, con las tasas de inflación más altas de los países desarrollados.
De ahí que las subidas de salarios se estén perdiendo por la inflación y que las retribuciones, en términos reales, estén congeladas. Los trabajadores no llegan a percibir mejoras en su poder adquisitivo, pero el país sí se resiente por la pérdida de competitividad. Esta situación ya está suponiendo un freno para el crecimiento de la economía británica y podría afectar a su crecimiento potencial si se mantiene en el tiempo. 
El problema es que la incertidumbre para los trabajadores no hace más que crecer a medida que pasan las semanas, por lo que es de esperar que las cifras se vayan complicando más durante los próximos meses.

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