sábado, 9 de febrero de 2019

Las vacas callejeras, otro conflicto rural para Modi de cara a las elecciones en India

NUEVA DELHI.- Gopi Chand Yadav ha preparado mantas y una linterna para pasar la noche sentado en una plataforma de madera en su campo. Su misión: ahuyentar con palos de bambú al ganado sin dueño para que no se coma su cosecha de mostaza. 

Al igual que Yadav, muchos miles de agricultores permanecen despiertos para proteger sus granjas durante el frío invernal o se arriesgan a perder sus cosechas debido al ganado, un problema que se suma a los quebraderos de cabeza para unos productores que están sufriendo la caída en los precios de las cosechas.
Aunque las vacas callejeras que deambulan por las ciudades y pueblos siempre han sido una característica de la vida en la India rural, los agricultores dicen que su número ha aumentado considerablemente en los últimos años hasta convertirse en una amenaza, y culpan a las políticas del Gobierno del primer ministro nacionalista hindú Narendra Modi.
La protección de las vacas, consideradas sagradas para los hindúes, fue una de las medidas destinadas a ganar apoyos en el norte de la India, una zona densamente poblada donde se habla hindi y que es considerada el principal bastión del Partido Bharatiya Janata (BJP) de Modi.
Sin embargo, la medida está encontrándose con numerosos detractores, incluso entre los agricultores hindúes.
“Ya teníamos suficientes problemas y ahora el Gobierno ha creado uno más”, dice el agricultor octogenario Baburao Saini, que vive en la aldea de Kakripur, a unos 85 kilómetros (50 millas) de Nueva Delhi. “Por primera vez, nos hemos visto obligados a quedarnos en los campos para proteger nuestros cultivos”.
Más de 50 agricultores de Mahaban y otras nueve aldeas en el estado de Uttar Pradesh dijeron que se lo pensarían dos veces antes de votar por el BJP de Modi en las próximas elecciones generales, que se celebrarán en mayo. El problema del ganado y los bajos precios agrícolas son las razones principales de su desilusión con un partido al que la mayoría dice haber votado en las últimas elecciones de 2014.
Modi barrió en Uttar Pradesh en esa encuesta, ganando 73 de los 80 escaños en este estado, el más poblado de India, seduciendo a los votantes rurales con la promesa de mayores precios de los cultivos. Además, los agricultores hindúes apoyaron al BJP en medio de las tensiones con la minoría musulmana.
Modi está tratando de recuperar el apoyo entre los 263 millones de agricultores y granjeros de la India después de que el BJP perdiera el poder en diciembre en beneficio del partido de la oposición Congreso en tres grandes estados del norte, donde la agricultura es un pilar fundamental.
Los ganaderos indios tienen vacas para producir leche, queso y mantequilla, pero dañar o matar a una vaca, especialmente para utilizar su carne como comida, es un tabú.
La mayoría de los estados de la India prohíben el sacrificio de vacas, pero después de llegar al poder en 2014, el BJP intensificó el rechazo al negocio del ganado, iniciando una campaña contra los mataderos sin licencia en Uttar Pradesh y contra el contrabando de ganado en todo el país.
Al mismo tiempo, la oleada de ataques contra camiones que transportaban ganado por parte de patrullas de vigilantes hindúes ha ahuyentado a los comerciantes del sector, la mayoría de los cuales son musulmanes, lo que ha frenado también las transacciones con bueyes, que no se consideran sagrados. 
Asimismo, el aumento de las ventas de tractores y la creciente mecanización implican que sobran más animales para su uso en la agricultura.
Los agricultores dijeron que veneraban a las vacas como el más devoto de los hindúes, pero que el repentino parón en el comercio de ganado había dañado la economía rural. En su opinión, el Gobierno debería crear más refugios para vacas y permitir que los comerciantes de ganado hagan negocios con otros animales sin temor a ser atacados.
“El Gobierno solo ha hecho cumplir las leyes cerrando mataderos sin licencia y persiguiendo el contrabando de ganado”, dijo el portavoz de BJP, Gopal Krishna Agarwal, quien agregó que dirige un refugio para 1.300 vacas. “No estamos tratando de dañar ni a ninguna comunidad ni a la economía rural”.
El precio del forraje ha aumentado en más de un tercio en el último año y la mayoría de los agricultores no pueden permitirse el lujo de tener vacas después de que dejan de producir leche, dice el agricultor Rajesh Pahalwan mientras fuma una pipa de narguile en el pueblo de Manoharpur. Seis granjeros sentados con él asienten al oír sus palabras.
En la India, el mayor productor de leche del mundo, alrededor de 3 millones de bovinos se vuelven improductivos cada año. 
En el pasado, los granjeros hindúes vendían vacas improductivas a los tratantes musulmanes y cerca de 2 millones de estos animales terminaron pasando de contrabando a Bangladés para utilizar su carne y su cuero. 
Pero ese negocio se ha visto ahora frenado por la campaña gubernamental, según los funcionarios de comercio e industria.
Eso ha llevado a que muchos bovinos improductivos sean abandonados, dijeron los granjeros, pero los gobiernos, tanto regionales como nacionales, no han podido construir nuevos refugios, lo que ha hecho que aumente el número de bovinos callejeros que se alimentan de cultivos o incluso de basura.
“Está claro que el Gobierno no pensó en alternativas antes de aplicar estas medidas”, dice el granjero Deepak Chaudhary, que cultiva trigo en las afueras de Mathura, considerado el lugar de nacimiento del dios hindú Krishna. 
“Como hindúes, tratamos a las vacas como sagradas, pero estas medidas injustificadas han perturbado la economía agropecuaria”.
De hecho, el Gobierno ha incluido ayudas en sus presupuestos provisionales la semana pasada, al anunciar un programa para el bienestar de las vacas con un coste de 7.500 millones de rupias (104,6 millones de dólares) para el ejercicio abril 2019-marzo 2020.
Pero casi no hay “medidas adecuadas para rehabilitar” ganado, dice Fauzan Alvi, vicepresidente de la Asociación de Exportadores de Carne y Ganadería de Toda India (All India Meat and Livestock Exporters Association).
“No es solo las vacas, no podemos vender ni un solo animal a nuestros parientes debido a las patrullas de vigilantes de vacas que reciben ayuda del BJP”, dice el granjero de trigo Chaudhary.
Modi ha condenado en el pasado la violencia de los vigilantes de las vacas, pero los políticos de la oposición y otros críticos del Gobierno dicen que algunos de los grupos hindúes de derecha involucrados tienen vínculos con su partido, una acusación que el BJP niega.
Casi el 85 por ciento de los agricultores de la India posee menos de 2 hectáreas de tierra, por lo que un área dañada, aunque sea relativamente pequeña, tiene un gran impacto en su sustento.
Hace solo dos semanas, el ganado devastó un terreno de trigo cultivado por el granjero Chandra Pal en el distrito Mathura de Uttar Pradesh.
“Mi inversión se fue por el desagüe después de que el ganado abandonado pisoteara la cosecha y se la comiera”, dice.
Muchos agricultores en Uttar Pradesh usan ahora alambre de espino para evitar que los animales entren en sus granjas, pero es una medida más cara.
“Hemos sido las víctimas de las políticas anticampesinas del Gobierno y el problema del ganado callejero es un golpe más para nosotros”, dice en la aldea de Maholi el agricultor Amar Chand, quien votó por Modi en 2014. 
“A diferencia de las elecciones generales anteriores, ahora los agricultores no están unidos detrás de Modi, que en esta ocasión se mueve en un terreno inestable”.

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