No cabe decir que se veía venir el crucial suceso del despegue
militar del presumido apoyo al dictador Nicolás Maduro, aunque castrense
fuera, militar también, la revuelta, días atrás, de un puñado de
sargentos contra la sostenida y creciente represión de los manifestantes
frente a la dictadura comunistizante, pro castrista, de Nicolás Maduro,
diseñado en su juventud como tal en los ”Talleres de La Habana”.
Ha sido el vídeo con el que el General de División Francisco Esteban
Yáñez reconoce y endosa legitimidad de transición como Presidente a Juan
Guaidó desde la representatividad de la Asamblea Nacional, de la que
Maduro se apropió con un proceso mixto de insolencia contra la norma
constitucional -que le obligaba a convocar un referéndum revocatorio de
su magistratura, por la soberana derrota sufrida en las últimas
elecciones libres -superior a los dos tercios de los escaños, en la
Asamblea Nacional – y por la supresión de esta Cámara, por otra
“constituyente”, de cuya presidencia se apropió como si de una cocina
fuese para proseguir el muy singular guiso de su golpe Estado.
Y si singular, fuera de serie, fue su violación de la Constitución
venezolana, singular es también, en respuesta a tal barbarie
totalitaria, y en términos de decoro funcional, el inicio de la
respuesta castrense al eructo totalitario del castrismo de desecho en
que se había resuelto el invento chavista, al abrigo de la
desinformación popular para el oportuno medro del populismo rojo y
podemita.
(*) Periodista y abogado español
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