PEKÍN.- Las exportaciones de China retornaron inesperadamente a la senda del
crecimiento en enero después de un agudo declive en el mes anterior,
mientras que las importaciones bajaron mucho menos que lo esperado,
aunque analistas dicen que la fortaleza se debió probablemente a
factores estacionales.
Los inversores y las autoridades están
observando de cerca los datos para ver la rapidez a la que se está
enfriando la actividad en China o si las medidas de apoyo anunciadas el
año pasado están comenzando a dar frutos, lo que podría distender algo
de la presión que pesa sobre la economía mundial.
Las
exportaciones de enero subieron un 9,1 por ciento interanual, desafiando
las expectativas de analistas de una baja de un 3,2 por ciento y
marcando un contrapunto respecto al declive de 4,4 por ciento de
diciembre.
Las
importaciones cayeron un 1,5 por ciento, un registro mucho mejor que la
expectativa de analistas de una baja de 10 por ciento. Los datos dejan a
la economía del país con un superávit comercial de 39.160 millones de
dólares en el mes.
Aunque las lecturas parecen positivas a
primera vista, analistas advirtieron de que los datos de China deberían
ser revisados con cautela debido a las distorsiones causadas por los
feriados del Año Nuevo Lunar, que este año se iniciaron a comienzos de
febrero.
“Claramente los números sorprendieron al mercado de
buena manera, pero dada la desaceleración global de las fábricas y la
debilidad de los datos de Corea, podría ser prematuro concluir que las
perspectivas comerciales han mejorado basado por sí solo en los números
de enero”, dijo Tommy Xie, economista chino de OCBC Bank en Singapur.
Las
fábricas han registrado bajas en los pedidos desde el exterior y las
bodegas en Estados Unidos están repletas de bienes chinos comprados en
anticipación a la aplicación de nuevos aranceles en la guerra comercial
que mantienen Pekín y Washington.
La economía china se desaceleró
y creció un 6,6 por ciento en el 2018, presionada por una alza en los
costes del endeudamiento y por los esfuerzos por contener los créditos
de riesgo que afectaron a empresas más pequeñas.
La presión sobre
la economía china podría acrecentarse si Pekín y Washington no alcanzan
pronto un acuerdo que termine con su disputa comercial, que se estima
ha costado a ambos países miles de millones de dólares y ha golpeado a
economías dependientes de las exportaciones en todo el mundo.
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