NUEVA YORK.- ¿Por qué el National
Enquirer, un diario propiedad de un amigo de Donald Trump, difundió la
relación extraconyugal de Jeff Bezos? El director ejecutivo de Amazon y
del Washington Post expuso hipótesis e insinuaciones que dan cuenta de
un clima político degradado en el cual las acusaciones de conspiraciones
son recurrentes.
El National Enquirer es una tabloide
especializado en escándalos que implican mayormente a celebridades que
paga a sus fuentes para obtener informaciones y fotografías
comprometedoras.
Pero el ataque a Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo,
por parte del semanario y de su propietario, el grupo estadounidense
American Media Inc (AMI), podrían haber tenido, sobre todo, una
intención política, según insinuó el propio empresario, considerado el
hombre más rico del mundo, en una columna publicada el jueves.
Según
sostuvo, el grupo de prensa lo habría amenazado con publicar fotos
íntimas si no renunciaba a investigar sobre el origen de una filtración
que permitió al National Enquirer hacerse con mensajes privados que
demuestran que el fundador de Amazon mantiene una relación
extraconyugal.
Gavin de Becker, asesor especializado en la
protección de celebridades contratado por Bezos para investigar estas
filtraciones, afirmó que existen "pruebas serias que conducen a
motivaciones políticas".
El experto mencionó el nombre de Michael
Sanchez, reconocido partidario de Donald Trump y hermano de Lauren
Sanchez, la amante de Jeff Bezos, quien anunció a comienzos de enero que
había iniciado trámites de divorcio.
Otro
indicio de la motivación política de la difusión del caso sería que
David Pecker, director ejecutivo de AMI, es un amigo de hace tiempo del
presidente republicano.
Ya ha quedado demostrado que Pecker había
comprado la exclusiva de varias informaciones que comprometían a Trump
con la intención de enterrarlas para protegerlo.
Recientemente,
el propietario de AMI aceptó colaborar con la justicia estadounidense en
la investigación de una posible utilización de la cuenta de campaña de
Trump para impedir la difusión de escándalos, pero se ignora si esta
cooperación pudo haberlo alejado del presidente.
Bezos hizo
mención a otra pista político-diplomática: la de Arabia Saudí, al
insinuar el jueves que podría existir una relación entre el periodista
Jamal Khashoggi, colaborador del Washington Post asesinado por un
comando proveniente de Riad, y las revelaciones del National Enquirer.
Según
el New York Times, AMI habría mantenido vínculos de negocios con
saudíes, en especial para conseguir fondos que le permitieran adquirir
medios de prensa.
Estas hipótesis no han
sido verificadas hasta ahora por prueba alguna y no existen elementos
que permitan deducir que Donald Trump esté implicado en este caso, como
tampoco que las revelaciones del National Enquirer hayan tenido fines
políticos.
AMI aseguró el viernes que actuó "en el respeto de la
ley" y anunció la apertura de una investigación interna para esclarecer
las acusaciones de Jeff Bezos.
Pero Pecker y sus colegas del Enquirer podrían enfrentar
nuevas investigaciones criminales basadas en las afirmaciones de Bezos,
sostuvo el exfiscal federal Jacob Frenkel.
Las acusaciones
"fácilmente podrían recaer sobre posibles violaciones de los estatutos
penales federales que involucran extorsión o fraude electrónico", dijo
el abogado.
Bloomberg News informó a su vez que los fiscales federales ya estaban revisando el asunto.
El exfiscal federal Renato Mariotti señaló, sin embargo, en Twitter que no creía que AMI pudiera ser demandada por extorsión.
"¿Fue
la acción de AMI dudosa? Sí", apuntó Mariotti. "¿Es coherente con
algunas de las prácticas cuestionables que AMI realizó en nombre de
Trump y otros? Sí. ¿Pero es este el tipo de caso que los fiscales
federales considerarían una extorsión? No", escribió en la red social.
Este
caso se da en un contexto en el que la polarización de la vida política
alimenta todo tipo de especulaciones y rumores, desde la estimación de
Donald Trump de que las investigaciones sobre la colusión entre su
equipo de campaña y Rusia obedecen a una "caza de brujas" hasta las
afirmaciones de conservadores sobre la existencia de un "Deep State",
una red de funcionarios que buscaría desestabilizar al presidente.
En este estado de situación, la prudencia se impone, sostienen analistas.
Hay
de todas maneras una cosa clara: Donald Trump no siente simpatía alguna
por Jeff Bezos, al que ataca cada vez que puede en Twitter.
"Hace
años que Donald Trump está obsesionado con Bezos", declaró a CNN Jerry
George, exeditor del National Enquirer, aludiendo a "celos
profesionales".
"No sería sorprendente que se hubiera recostado en su buen amigo David Pecker (...) para atacarlo", señaló.
¿Chantaje?
Jeff Bezos, presidente ejecutivo de Amazon.com Inc, ha acusado al propietario de la revista National Enquirer de intentar chantajearlo con la amenaza de publicar “fotos íntimas” que supuestamente envió a su novia a menos que dijera en público que las noticias de la publicación sensacionalista no tenían motivaciones políticas.
La acusación, publicada en una entrada de un blog, supone un nuevo giro en una saga iniciada hace semanas que ha hecho visible la vida privada de la persona más rica del mundo mientras se enfrenta con la principal editorial de tabloides de Estados Unidos, que ha tenido estrechos vínculos con el presidente de Estados Unidos.
“Por supuesto que no quiero que se publiquen fotos personales, pero tampoco participaré en su conocida práctica de chantaje, favores políticos, ataques políticos y corrupción”, escribió Bezos. “Prefiero ponerme en pie, levantar este tronco y ver lo que sale de debajo”.
American Media Inc (AMI), propietario de National Enquirer, no respondió de inmediato una solicitud de comentarios.
Bezos y su esposa anunciaron el mes pasado que se estaban divorciando después de 25 años de matrimonio, después de un período de “exploración amorosa” y separación de prueba. Ese mismo día, National Enquirer anunció que iba a publicar supuestos mensajes de texto íntimos entre Bezos y Lauren Sánchez, una antigua presentadora de televisión con la que se decía que estaba saliendo.
Poco después, Bezos encargó una investigación sobre la filtración a Gavin de Becker, un conocido consultor de seguridad y exasesor del presidente de Estados Unidos Ronald Reagan. De Becker procedió a decirle a los medios que la filtración tenía motivaciones políticas.
Bezos, Amazon y el periódico que posee mediante una participación privada, el Washington Post, han sido blanco de ataques en Twitter por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El Washington Post ha publicado muchos artículos críticos sobre el presidente. Trump acusó al diario en Twitter, sin pruebas, de actuar como “principal lobbista” de Amazon.
“Es inevitable que ciertas personas poderosas que experimentan la cobertura de noticias del Washington Post concluyan erróneamente que soy su enemigo”, escribió Bezos.
“El presidente Trump es una de esas personas, se ve por muchos de sus tuits”.
La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
La supuesta extorsión suscita dudas entre algunos observadores legales sobre si AMI y su presidente ejecutivo, David Pecker, han violado un acuerdo de cooperación que AMI firmó el año pasado con fiscales federales en relación con un pago de 150.000 dólares en efectivo otorgado a Karen McDougal, la modelo de Playboy que afirma que tuvo un romance con el presidente Donald Trump.
El pago se realizó durante las elecciones presidenciales de 2016 para influir en esas elecciones, según la Oficina del Fiscal Federal para el Distrito Sur de Nueva York (SDNY). El acuerdo para no llevar adelante la acusación estaba condicionado a que AMI no cometiera otro delito, según la oficina.
Un portavoz del SDNY no quiso hacer comentarios sobre el asunto.
Bezos, quien posee más de 120.000 millones de dólares en acciones de Amazon, dijo en su blog: “Si yo no puedo alzarme ante este tipo de extorsión, ¿quién puede?”.
¿Chantaje?
Jeff Bezos, presidente ejecutivo de Amazon.com Inc, ha acusado al propietario de la revista National Enquirer de intentar chantajearlo con la amenaza de publicar “fotos íntimas” que supuestamente envió a su novia a menos que dijera en público que las noticias de la publicación sensacionalista no tenían motivaciones políticas.
La acusación, publicada en una entrada de un blog, supone un nuevo giro en una saga iniciada hace semanas que ha hecho visible la vida privada de la persona más rica del mundo mientras se enfrenta con la principal editorial de tabloides de Estados Unidos, que ha tenido estrechos vínculos con el presidente de Estados Unidos.
“Por supuesto que no quiero que se publiquen fotos personales, pero tampoco participaré en su conocida práctica de chantaje, favores políticos, ataques políticos y corrupción”, escribió Bezos. “Prefiero ponerme en pie, levantar este tronco y ver lo que sale de debajo”.
American Media Inc (AMI), propietario de National Enquirer, no respondió de inmediato una solicitud de comentarios.
Bezos y su esposa anunciaron el mes pasado que se estaban divorciando después de 25 años de matrimonio, después de un período de “exploración amorosa” y separación de prueba. Ese mismo día, National Enquirer anunció que iba a publicar supuestos mensajes de texto íntimos entre Bezos y Lauren Sánchez, una antigua presentadora de televisión con la que se decía que estaba saliendo.
Poco después, Bezos encargó una investigación sobre la filtración a Gavin de Becker, un conocido consultor de seguridad y exasesor del presidente de Estados Unidos Ronald Reagan. De Becker procedió a decirle a los medios que la filtración tenía motivaciones políticas.
Bezos, Amazon y el periódico que posee mediante una participación privada, el Washington Post, han sido blanco de ataques en Twitter por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El Washington Post ha publicado muchos artículos críticos sobre el presidente. Trump acusó al diario en Twitter, sin pruebas, de actuar como “principal lobbista” de Amazon.
“Es inevitable que ciertas personas poderosas que experimentan la cobertura de noticias del Washington Post concluyan erróneamente que soy su enemigo”, escribió Bezos.
“El presidente Trump es una de esas personas, se ve por muchos de sus tuits”.
La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
La supuesta extorsión suscita dudas entre algunos observadores legales sobre si AMI y su presidente ejecutivo, David Pecker, han violado un acuerdo de cooperación que AMI firmó el año pasado con fiscales federales en relación con un pago de 150.000 dólares en efectivo otorgado a Karen McDougal, la modelo de Playboy que afirma que tuvo un romance con el presidente Donald Trump.
El pago se realizó durante las elecciones presidenciales de 2016 para influir en esas elecciones, según la Oficina del Fiscal Federal para el Distrito Sur de Nueva York (SDNY). El acuerdo para no llevar adelante la acusación estaba condicionado a que AMI no cometiera otro delito, según la oficina.
Un portavoz del SDNY no quiso hacer comentarios sobre el asunto.
Bezos, quien posee más de 120.000 millones de dólares en acciones de Amazon, dijo en su blog: “Si yo no puedo alzarme ante este tipo de extorsión, ¿quién puede?”.
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