viernes, 8 de febrero de 2019

El 'caso Bezos' confirma el ambiente político envenenado en EEUU

NUEVA YORK.- ¿Por qué el National Enquirer, un diario propiedad de un amigo de Donald Trump, difundió la relación extraconyugal de Jeff Bezos? El director ejecutivo de Amazon y del Washington Post expuso hipótesis e insinuaciones que dan cuenta de un clima político degradado en el cual las acusaciones de conspiraciones son recurrentes. 

El National Enquirer es una tabloide especializado en escándalos que implican mayormente a celebridades que paga a sus fuentes para obtener informaciones y fotografías comprometedoras.
Pero el ataque a Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, por parte del semanario y de su propietario, el grupo estadounidense American Media Inc (AMI), podrían haber tenido, sobre todo, una intención política, según insinuó el propio empresario, considerado el hombre más rico del mundo, en una columna publicada el jueves.
Según sostuvo, el grupo de prensa lo habría amenazado con publicar fotos íntimas si no renunciaba a investigar sobre el origen de una filtración que permitió al National Enquirer hacerse con mensajes privados que demuestran que el fundador de Amazon mantiene una relación extraconyugal.
Gavin de Becker, asesor especializado en la protección de celebridades contratado por Bezos para investigar estas filtraciones, afirmó que existen "pruebas serias que conducen a motivaciones políticas".
El experto mencionó el nombre de Michael Sanchez, reconocido partidario de Donald Trump y hermano de Lauren Sanchez, la amante de Jeff Bezos, quien anunció a comienzos de enero que había iniciado trámites de divorcio.
Otro indicio de la motivación política de la difusión del caso sería que David Pecker, director ejecutivo de AMI, es un amigo de hace tiempo del presidente republicano.
Ya ha quedado demostrado que Pecker había comprado la exclusiva de varias informaciones que comprometían a Trump con la intención de enterrarlas para protegerlo.
Recientemente, el propietario de AMI aceptó colaborar con la justicia estadounidense en la investigación de una posible utilización de la cuenta de campaña de Trump para impedir la difusión de escándalos, pero se ignora si esta cooperación pudo haberlo alejado del presidente.
Bezos hizo mención a otra pista político-diplomática: la de Arabia Saudí, al insinuar el jueves que podría existir una relación entre el periodista Jamal Khashoggi, colaborador del Washington Post asesinado por un comando proveniente de Riad, y las revelaciones del National Enquirer.
Según el New York Times, AMI habría mantenido vínculos de negocios con saudíes, en especial para conseguir fondos que le permitieran adquirir medios de prensa.
Estas hipótesis no han sido verificadas hasta ahora por prueba alguna y no existen elementos que permitan deducir que Donald Trump esté implicado en este caso, como tampoco que las revelaciones del National Enquirer hayan tenido fines políticos.
AMI aseguró el viernes que actuó "en el respeto de la ley" y anunció la apertura de una investigación interna para esclarecer las acusaciones de Jeff Bezos.
Pero Pecker y sus colegas del Enquirer podrían enfrentar nuevas investigaciones criminales basadas en las afirmaciones de Bezos, sostuvo el exfiscal federal Jacob Frenkel.
Las acusaciones "fácilmente podrían recaer sobre posibles violaciones de los estatutos penales federales que involucran extorsión o fraude electrónico", dijo el abogado.
Bloomberg News informó a su vez que los fiscales federales ya estaban revisando el asunto.
El exfiscal federal Renato Mariotti señaló, sin embargo, en Twitter que no creía que AMI pudiera ser demandada por extorsión.
"¿Fue la acción de AMI dudosa? Sí", apuntó Mariotti. "¿Es coherente con algunas de las prácticas cuestionables que AMI realizó en nombre de Trump y otros? Sí. ¿Pero es este el tipo de caso que los fiscales federales considerarían una extorsión? No", escribió en la red social.
Este caso se da en un contexto en el que la polarización de la vida política alimenta todo tipo de especulaciones y rumores, desde la estimación de Donald Trump de que las investigaciones sobre la colusión entre su equipo de campaña y Rusia obedecen a una "caza de brujas" hasta las afirmaciones de conservadores sobre la existencia de un "Deep State", una red de funcionarios que buscaría desestabilizar al presidente.
En este estado de situación, la prudencia se impone, sostienen analistas.
Hay de todas maneras una cosa clara: Donald Trump no siente simpatía alguna por Jeff Bezos, al que ataca cada vez que puede en Twitter.
"Hace años que Donald Trump está obsesionado con Bezos", declaró a CNN Jerry George, exeditor del National Enquirer, aludiendo a "celos profesionales".
"No sería sorprendente que se hubiera recostado en su buen amigo David Pecker (...) para atacarlo", señaló.

¿Chantaje?

Jeff Bezos, presidente ejecutivo de Amazon.com Inc, ha acusado al propietario de la revista National Enquirer de intentar chantajearlo con la amenaza de publicar “fotos íntimas” que supuestamente envió a su novia a menos que dijera en público que las noticias de la publicación sensacionalista no tenían motivaciones políticas.
La acusación, publicada en una entrada de un blog, supone un nuevo giro en una saga iniciada hace semanas que ha hecho visible la vida privada de la persona más rica del mundo mientras se enfrenta con la principal editorial de tabloides de Estados Unidos, que ha tenido estrechos vínculos con el presidente de Estados Unidos.
“Por supuesto que no quiero que se publiquen fotos personales, pero tampoco participaré en su conocida práctica de chantaje, favores políticos, ataques políticos y corrupción”, escribió Bezos. “Prefiero ponerme en pie, levantar este tronco y ver lo que sale de debajo”.
American Media Inc (AMI), propietario de National Enquirer, no respondió de inmediato una solicitud de comentarios.
Bezos y su esposa anunciaron el mes pasado que se estaban divorciando después de 25 años de matrimonio, después de un período de “exploración amorosa” y separación de prueba. Ese mismo día, National Enquirer anunció que iba a publicar supuestos mensajes de texto íntimos entre Bezos y Lauren Sánchez, una antigua presentadora de televisión con la que se decía que estaba saliendo.
Poco después, Bezos encargó una investigación sobre la filtración a Gavin de Becker, un conocido consultor de seguridad y exasesor del presidente de Estados Unidos Ronald Reagan. De Becker procedió a decirle a los medios que la filtración tenía motivaciones políticas.
Bezos, Amazon y el periódico que posee mediante una participación privada, el Washington Post, han sido blanco de ataques en Twitter por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El Washington Post ha publicado muchos artículos críticos sobre el presidente. Trump acusó al diario en Twitter, sin pruebas, de actuar como “principal lobbista” de Amazon.
“Es inevitable que ciertas personas poderosas que experimentan la cobertura de noticias del Washington Post concluyan erróneamente que soy su enemigo”, escribió Bezos.
“El presidente Trump es una de esas personas, se ve por muchos de sus tuits”.
La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
La supuesta extorsión suscita dudas entre algunos observadores legales sobre si AMI y su presidente ejecutivo, David Pecker, han violado un acuerdo de cooperación que AMI firmó el año pasado con fiscales federales en relación con un pago de 150.000 dólares en efectivo otorgado a Karen McDougal, la modelo de Playboy que afirma que tuvo un romance con el presidente Donald Trump.
El pago se realizó durante las elecciones presidenciales de 2016 para influir en esas elecciones, según la Oficina del Fiscal Federal para el Distrito Sur de Nueva York (SDNY). El acuerdo para no llevar adelante la acusación estaba condicionado a que AMI no cometiera otro delito, según la oficina.
Un portavoz del SDNY no quiso hacer comentarios sobre el asunto.
Bezos, quien posee más de 120.000 millones de dólares en acciones de Amazon, dijo en su blog: “Si yo no puedo alzarme ante este tipo de extorsión, ¿quién puede?”.

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