LONDRES.- La primera ministra británica Theresa May ofreció el martes a los diputados la oportunidad de votar dentro de dos semanas sobre si desean retrasar el Brexit o llevar a cabo una salida desordenada de la Unión Europea si fracasa en su intento de ratificar un acuerdo de divorcio en la Cámara de los Comunes.
La posibilidad de retirar de la mesa la amenaza de una salida sin
acuerdo supone uno de los mayores puntos de inflexión en la laberíntica
crisis del Brexit desde el inesperado resultado del referéndum de 2016 a
favor de la salida de la UE.
Después de que el Parlamento
británico rechazara en enero con 432 votos en contra y 202 a favor el
acuerdo que negoció con la UE, la peor derrota en la historia británica
moderna, May ha intentado usar la amenaza de un Brexit desordenado para
obtener concesiones de la UE.
Pero algunos diputados preocupados
por la posibilidad de que el país caiga en una grave crisis económica si
se produce una salida caótica han amenazado con arrebatarle al Gobierno
el control del Brexit en una serie de votaciones el miércoles.
En
declaraciones al Parlamento el martes, May dijo que si ella no hubiera
logrado la aprobación parlamentaria a su acuerdo para el 12 de marzo,
los diputados podrían votar el 13 de marzo sobre la opción de una salida
sin acuerdo.
Si rechazaran esa alternativa, entonces los
legisladores tendrían una votación el 14 de marzo sobre una moción que
solicite una demora en el Brexit de “extensión corta y limitada”.
“El
Reino Unido solo se irá sin un acuerdo el 29 de marzo si hay un
consentimiento explícito en la Cámara de los Comunes en ese sentido”,
dijo May. “Una extensión no puede quitar de la mesa la opción de una
salida sin acuerdo”.
“Creo que, si fuera necesario, en última instancia lograremos que una salida sin acuerdo sea un éxito”, dijo May.
“Permítanme
que hable con claridad: no quiero que se produzca una extensión del
Artículo 50 (del Tratado de la Unión Europea, que activó el plazo de
escisión). Nuestra estrategia debería concentrase exclusivamente en
conseguir un acuerdo y en salir el 29 de marzo”.
Anteriormente,
los periódicos The Sun y Daily Mail habían publicado que May descartaría
formalmente un Brexit sin acuerdo, abriendo la puerta a un retraso de
semanas o meses respecto de la fecha de salida del 29 de marzo. Reuters
informó el lunes de que el Gobierno de May contemplaba diferentes
opciones, incluido un retraso.
La libra esterlina, que ha
perdido unos 20 centavos frente al dólar desde el referéndum del Brexit
en 2016, subía a 1,3225 dólares.
Un retraso
aumentaría las posibilidades de una reversión del Brexit, especialmente
porque el opositor Partido Laborista se inclina ahora por apoyar otro
referéndum, aunque en gran parte dependería de la extensión del retraso.
Aunque las empresas han advertido cada vez más sobre el riesgo
de una salida caótica de la UE y su impacto en el comercio y la
inversión, cualquier retraso es anatema para los partidarios del Brexit
en el Partido Conservador de May.
El referéndum de 2016, en el
que 17,4 millones de votantes apoyaron el Brexit y 16,1 millones
prefirieron la permanencia, hizo visible que el país está dividido sobre
muchas más cuestiones que la UE, y ha puesto sobre la mesa diversas
cuestiones, desde la secesión y la inmigración, hasta el capitalismo y
la modernidad británica.
La crisis ha causado el desconcierto
entre aliados e inversores sobre un país que durante décadas era
sinónimo de estabilidad económica y política en Occidente.
A
falta de solo un mes para la fecha oficial prevista para el Brexit, el
resultado final no está claro, con escenarios que van desde un acuerdo
de último minuto a otro referéndum, algo que según May reabriría las
divisiones de la consulta de 2016.
May está tratando de negociar
cambios en el acuerdo de salida que acordó con la UE el año pasado y
prometió llevar el acuerdo retocado para su aprobación en el Parlamento
antes del 12 de marzo.
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