jueves, 28 de febrero de 2019

El nuevo tratado comercial de Norteamérica T-MEC en riesgo por aranceles

OTTAWA/WASHINGTON.- Donald Trump podría tener que reducir los aranceles sobre el acero y el aluminio si quiere que su nuevo acuerdo comercial para Norteamérica vea la luz del día.

Legisladores y grupos empresariales de Estados Unidos se unen a Canadá y México en la presión al presidente para que levante los llamados aranceles de la Sección 232 sobre esas naciones como, esencialmente, condición para promulgar el acuerdo comercial que Trump firmó a fines de noviembre. 
Los aranceles entraron en vigencia a principios del año pasado y fueron inmediatamente recibidos con medidas de represalia.
Hay crecientes advertencias en los tres países, incluidos los republicanos en el Congreso, de que la aprobación del acuerdo depende de la eliminación de los aranceles. El principal asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, y el secretario de Agricultura, Sonny Perdue, ya han reconocido un impulso dentro de la administración para eliminar los aranceles, ya sea en su totalidad o con cuotas.
El miércoles, el zar de comercio de Trump también expresó su preocupación por el Acuerdo Comercial entre México, EE.UU., y Canadá. "El presidente quiere que consiga algún tipo de acuerdo para el acero si puedo con Canadá y México", dijo el representante de Comercio, Robert Lighthizer, a los legisladores en Washington. "Si el T-MEC no es aprobado, sería una catástrofe para todo el país".
Trump amenazó alguna vez con notificar el retiro del TLCAN existente como táctica de presión para aprobar el nuevo, con lo que en efecto dio al Congreso una opción entre el nuevo acuerdo o ninguno. Pero no ha vuelto a hacer esa amenaza desde fines del año pasado, y nunca ha notificado el retiro.
Lighthizer, en medio de las negociaciones con China, señaló a los legisladores estadounidenses la importancia de aprobar el pacto continental.
"Esa es nuestra principal prioridad, y si el Congreso no considera adecuado aprobarlo, entonces todo lo demás de lo que estamos hablando es como una nota al pie, porque significará que no podemos hacer acuerdos comerciales", dijo. Más tarde, agregó: "Sería una admisión de fracaso para todos nosotros".
Hay mensajes mixtos sobre cuánto están comprometidos los tres países para resolver el problema.
Los asesores del Congreso y los funcionarios del gobierno canadiense, hablando bajo condición de anonimato, han dicho que no hay negociaciones activas entre los países para resolver el problema arancelario. Pero eso no significa que no lo estén discutiendo. 
La ministra de Relaciones Exteriores canadiense, Chrystia Freeland, presionó al vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, y al senador Lindsey Graham para lograr el alivio arancelario, dijo un funcionario. 
Mientras tanto, Guillermo Malpica Soto, jefe de la oficina de comercio de la embajada mexicana en Washington, dijo que la semana pasada se habían reanudado las negociaciones para resolver los aranceles y que confiaba en que el asunto podría solucionarse.
Canadá se dirige a una elección este otoño, lo que significa que el acuerdo comercial tendría que aprobarse en junio para evitar ser castigado en la próxima legislatura.
"Creemos que deberían levantarlos y deberían levantarlos ahora", dijo el ministro de Comercio, Jim Carr, en una entrevista, mientras se negaba a comentar si Canadá bloquearía el T-MEC por los aranceles. "Canadá decidirá, cuando la posición estadounidense se aclare, cuál será el próximo movimiento".

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