MANAGUA.- La economía nicaragüense, que se
contrajo un 4 % el año pasado, se encamina a su peor crisis económica de
los últimos 30 años en medio de un conflicto sociopolítico y
humanitario que tiene enfrentado al Gobierno con el sector privado y
otros agentes de este empobrecido país.
El Gobierno
del presidente Daniel Ortega echó mano de medidas económicas, siempre
impopulares, para intentar recomponer la economía que, según el sector
privado, provocará cierre de empresas, más desempleo, mayor informalidad
en el mercado laboral, crecimiento del déficit fiscal, y aumento de la
pobreza.
Dicha crisis comenzó el 18 de abril pasado por unas
inconsultas reformas a la seguridad social que fueron abolidas por el
Ejecutivo tras un estallido social que dejó cientos de muertos y de
detenidos en protestas, y otros miles en el exilio.
Esas manifestaciones callejeras acabaron además con el modelo de alianza
y consenso que mantenía el Ejecutivo con el gran capital y los
sindicados y que, a juicio del sector privado, había dejado "tantos
frutos y resultados" a Nicaragua.
Casi diez meses
después de haber comenzado la crisis, Ortega, sin el consenso del sector
privado, impuso unas nuevas modificaciones a la seguridad social que
aumenta la cuota de las empresas y de los empleados en 3,5 y 0,75 puntos
porcentuales, respectivamente.
También presentó en
el Parlamento, controlado por el oficialismo, una propuesta de reforma a
la Ley de Concertación Tributaria, que eleva el Impuesto sobre la
Renta, el Impuesto Selectivo al Consumo, así como las rentas de
actividad económica, de capital y ganancias, entre otros, con el fin de
recaudar recursos tras la fuerte caída de la economía a causa de la
crisis.
Los diferentes agentes económicos, que
consideran esas medidas de "carácter recaudatorio", han advertido una
mayor debacle económica.
"Hay empresas que ya no van a
poder seguir operando", aseguró el presidente del Consejo Superior de
la Empresa Privada de Nicaragua (Cosep), José Adán Aguerri, que auguró
mayor desempleo y pobreza con esas medidas.
El
deterioro económico experimentado en 2018 y el que se espera en 2019 no
se puede revertir con medidas económicas, porque su origen radica en la
crisis política y socioeconómica que vive el país, argumentó, por su
lado, la no gubernamental Fundación Nicaragüense para el Desarrollo
Económico y Social (Funides) en un estudio.
Estos
acuerdos políticos deben incluir, al menos, garantías del respeto a los
derechos constitucionales, la libertad de los presos políticos, el
esclarecimiento de la verdad detrás de los hechos de violencia, así como
elecciones libres, observadas, transparentes y anticipadas, señaló la
Funides.
La confianza de consumidores, empresarios e
inversionistas, así como la seguridad ciudadana y la cohesión social,
solo podrá restablecerse con acuerdos políticos que aseguren un cambio
en el rumbo de Nicaragua, según diversos sectores.
En
ese escenario, el producto interno bruto (PIB) de Nicaragua se
contraerá entre un 7,3 % a un 10,9 % en 2019, según el Funides, que
observó que el riesgo país ha aumentado significativamente.
Asimismo, advirtió que las sanciones impuestas a Nicaragua por parte de
Estados Unidos, su principal socio comercial, jugarán un rol clave en
la dinámica de la actividad económica.
El Senado
estadounidense aprobó el proyecto de Ley de Derechos Humanos y
Anticorrupción de Nicaragua, conocida como Nica Act, que contempla
restricciones a los préstamos otorgados a Managua por instituciones
financieras internacionales donde Estados Unidos tiene voto, exceptuando
el financiamiento a proyectos que promueven la democracia y las
necesidades básicas de los nicaragüenses.
Con dos años seguidos de contracción económica, Nicaragua se encaminaría a su peor crisis económica de los últimos 30 años.
Entre 1985 y 1989, durante el primer régimen sandinista, el PIB de
Nicaragua decreció 11,9 %, 14,1 %, 1 %, 36,4 % y 31,1 %, en ese orden,
según cifras del Banco Central.
Después de esa fecha,
los otros años en que la economía nicaragüense ha terminado en números
rojos son en 1993 (-4,4 %), 2002 (-3,2 %) y 2009 (-2,8 %).
Antes de la crisis sociopolítica, Nicaragua era el país de la región, después de Panamá, con mayor crecimiento.
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