martes, 12 de febrero de 2019

Las caravanas de ayuda entrarán a Venezuela el 23 de febrero, según Guaidó

CARACAS.- Manifestantes y miles de voluntarios organizarán caravanas de ayuda que ingresarán a Venezuela el 23 de febrero, señaló el martes el líder de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, una confrontación directa con el régimen autoritario de Nicolás Maduro.

"Las Fuerzas Armadas tendrán días para decidir ponerse del lado de la Constitución y permitir el ingreso de ayuda humanitaria", declaró el martes Guaidó frente a miles de manifestantes opositores. "El cese el hambre, de la miseria, de la persecución, será el cese de la usurpación".
Guaidó asegura que es el legítimo líder de Venezuela luego de la polémica reelección de Maduro y ha utilizado como herramienta política los envíos de alimentos de emergencia que permanecen en la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta. Grupos de ayuda tradicionales afirman que se trata de una trampa, pero Guaidó cuenta con el respaldo de Estados Unidos para persuadir a las fuerzas armadas de su país a fin de que lo reconozcan y permitan la entrada de la ayuda que se necesita con urgencia.
No está claro si los camiones con arroz, harina y otros productos esenciales podrán efectivamente ingresar al país, ya que el régimen bloqueó un puente internacional. Partidarios de Guaidó han mencionado el uso de medios clandestinos, incluso la opción de hacerla ingresar por vía marítima.
Simpatizantes de Juan Guaidó tomaron las calles del este de Caracas el martes, reiterando el llamado del asambleísta para que el régimen venezolano permita la entrada de ayuda humanitaria. La gente avanzó por la avenida Francisco de Miranda, con banderas sobre sus hombros y carteles que decían "Fin a la usurpación del poder", mientras se dirigieron hacia el escenario donde Guaidó posteriormente ofreció un discurso.
Tiendas y restaurantes permanecieron abiertos, pero algunas de las principales avenidas en el centro de Caracas estuvieron cerradas cerca de una plaza donde Maduro tenía previsto asistir a una contra-manifestación. Un gran camión se paseó tocando a todo volumen temas de reggaetón con propaganda del gobierno.
Se trató de la tercera protesta en las últimas dos semanas contra el presidente autoritario Nicolás Maduro. Las manifestaciones opositoras han sido las mayores desde 2017, pero a diferencia de ese año violento, el régimen ha permitido en gran medida que los ciudadanos marchen. Sin embargo, la policía ha allanado barrios por la noche en busca de partidarios de la oposición. Al menos 35 personas han muerto y más de 850 han sido detenidas, según organizaciones de derechos humanos como Provea y el Foro Penal.
La marcha opositora llenó las calles de miles de personas y pareció más una celebración que una protesta. Cantantes de rap se tomaron fotos con manifestantes, que caminaron con niños pequeños o perros. No hubo protestantes encapuchados ni tampoco se vio el ambiente beligerante de 2017.
"Estamos avanzando. Tenemos apoyo internacional y pronto abriremos un camino para las elecciones", afirmó Nathalie Torres, comerciante de 37 años. Caminó desde la barriada comercial de La Candelaria junto a otras tres mujeres, todas vestidas con camisas blancas y sombreros tricolor. Al menos una bandera de EE.UU. ondeaba en medio de los colores venezolanos.
Antonio Uribe, profesor de contabilidad jubilado de 83 años, esperó desde las 9 a.m. bajo un sol abrasador para estar en primera fila durante el discurso de Guaidó. Uribe reconoció que no se congregó tanta gente como en marchas pasadas pero precisó que la gente no ha perdido la fe.
"Todos estamos desesperados por un cambio", afirmó. "No hay agua, no hay electricidad y los hospitales no tienen medicinas, pero hacemos lo que tenemos que hacer".
Bastante menos gente se reunió en el punto de encuentro para la marcha a favor del régimen: cientos llenaron algunas cuadras, pese a los buses que facilitó el gobierno para transportarlos. Varios de ellos eran empleados públicos.
Mientras Venezuela enfrenta una profunda escasez de productos de primera necesidad como antibióticos, equipos de primeros auxilios y fórmula para bebés, Maduro asevera que la ayuda es un pretexto para llevar a cabo una invasión, enviada para humillarlo y debilitar a su presidencia. A unos 65 kilómetros de Puerto Santander, donde se almacenan las donaciones, sus fuerzas de seguridad utilizaron contenedores de transporte y un camión con acoplado para bloquear un puente internacional.
La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional señaló que la primera fase de un programa de ayuda de 20 millones de dólares incluirá kits de alimentos e higiene, suplementos nutricionales y equipos médicos de emergencia. Lester Toledo, coordinador internacional de ayuda humanitaria de Guaidó, informó que Brasil autorizó la instalación de un centro de acopio en el estado fronterizo de Roraima y una isla caribeña también permitirá el almacenamiento de víveres e insumos.
No obstante, los esfuerzos de Guaidó para persuadir a los militares han dado pocos resultados públicos: solo un general y dos coroneles, entre miles de oficiales de alto rango, han desertado en las últimas semanas. Ninguno controla tropas.
En la manifestación a favor del gobierno en la Plaza Morelos de Caracas, miles de asistentes vistieron camisas y sombreros de ministerios e instituciones públicas.
"EE.UU. se niega a entender que somos libres", manifestó Pedro Villegas, de 25 años y líder estudiantil del partido socialista PSUV de Maduro. "Guaidó es un lacayo; ha sido impuesto por una agenda extranjera para robar el poder".

No hay comentarios:

Publicar un comentario