FRÁNCFORT.- El sueldo de Mario Draghi como
presidente del Banco Central Europeo (BCE) aumentó un 1,13% en 2018,
hasta los 401.400 euros, una mejora sensiblemente inferior a la subida
del 1,8% del año anterior, mientras que Luis de Guindos recibió un
salario básico de 200.704 euros por los siete meses que ocupó la
vicepresidencia del instituto emisor y su predecesor en el cargo, el
portugués Vítor Constancio, cobró 143.360 euros por su labor entre enero
y mayo de 2018, según reflejan las cuentas anuales del banco central.
La
subida salarial de Draghi en 2018 respecto del año anterior quedó así
medio punto porcentual por debajo de la tasa de inflación del 1,6%
registrada al cierre del ejercicio en la zona euro, después de que los
emolumentos del presidente del BCE aumentasen un 1,8% en 2017 y un 1% en
2016, mientras que en 2015 la mejora fue del 1,6%, del 0,4% en 2014,
del 1,1% en 2013 y del 0,8% en 2012.
De este modo, desde la llegada a la presidencia del BCE
de Mario Draghi en 2011, el salario básico del máximo responsable de la
política monetaria de la eurozona se ha incrementado un 8,1%, mientras
que desde el estallido de la crisis financiera en 2007, el presidente
del BCE ha visto incrementado su salario en un 16,3%, según los datos
consultados por Europa Press.
En 2011, cuando Jean
Claude Trichet ocupó la presidencia del BCE durante diez meses y Mario
Draghi durante los meses de noviembre y diciembre, el salario básico del
presidente del BCE fue de 371.148 euros anuales.
Por
su parte, el vicepresidente del BCE, cargo que ocupa desde el pasado mes
de junio el español Luis de Guindos y que entre enero y mayo de 2018
desempeñó el portugués Vitor Constancio, recibió un salario anual base
de 344.064 euros, un 1,13% más que en 2017, en línea con la mejora
aplicada al sueldo de Draghi y con la del resto de miembros del Comité
Ejecutivo del BCE.
En concreto, Luis de Guindos
recibió 200.704 euros por su labor como vicepresidente del BCE durante
siete meses, cifra sensiblemente superior a los 73.650 euros al año que
cobró en 2017 como ministro de Economía, Industria y Competitividad de
España, mientras que su predecesor en el cargo recibió 143.360 euros por
los cinco meses de 2018 en que ocupó la vicepresidencia de la
institución.
Los sueldos del resto de miembros del
directorio del BCE que permanecieron todo el año en el cargo (Peter
Praet, Benoît Coeuré, Yves Mersch y Sabine Lautenschläger) alcanzaron
los 286.704 euros anuales, frente a los 283.488 euros de 2017.
Por
su parte, los miembros del BCE empleados en el Consejo del Mecanismo
Único de Supervisión (MUS), exceptuando a Sabine Lautenschläger,
recibieron en conjunto 793.064 euros en 2018, de los que 286.704 euros
correspondieron al salario de su presidenta, Danièle Nouy, que vio
mejorado un 1,1% su sueldo básico en relación a 2017. Desde el pasado
mes de enero, el italiano Andrea Enria asumió la presidencia del MUS al
terminar el mandato de cinco años de Nouy.
El BCE
precisó que los ejecutivos de la entidad y los miembros a tiempo
completo del Consejo de Supervisión reciben un salario base y otros
complementos por residencia y representación. Sin embargo, el presidente
de la institución dispone de una residencia oficial propiedad del BCE
en lugar de dicha prestación por residencia.
Por su
parte, los miembros del Consejo de Supervisión empleados por el BCE que
trabajan a tiempo parcial pueden cobrar, además del sueldo base, un
salario variable basado en el número de reuniones a las que asisten. En
2017, el importe abonado por este concepto fue de 96.470 euros, un 72%
menos que los 343.341 euros de 2016.
"De acuerdo con
lo dispuesto en las condiciones de contratación del personal del Banco
Central Europeo, los miembros del Comité Ejecutivo y del Consejo de
Supervisión tienen derecho a complementos salariales por residencia,
hijos y educación, en función de sus circunstancias individuales",
explicó el instituto emisor europeo.
En esta línea,
añadió que las prestaciones salariales están sujetas a tributación a la
Unión Europea y a deducciones por aportaciones al plan de pensiones y a
los seguros médico y de accidentes, mientras los complementos salariales
no están sujetos a tributación y no computan a efecto de pensiones.
En
términos generales, el BCE dedicó a gastos de personal, que incluyen
salarios, complementos salariales, primas de seguros, indemnizaciones y
gastos diversos para los empleados, un importe total de 515 millones de
euros, frente a los 535 millones del año anterior, a pesar de que la
institución elevó el número de empleados equivalentes a tiempo completo
hasta los 3.546 efectivos, frente a los 3.254 de 2017, de lo que 337
ocupaban puestos directivos.
No obstante, la partida
destinada al pago de salarios y complementos alcanzó el año pasado los
398 millones de euros, frente a los 350 millones de 2017.
"Los
costes de personal descendieron en 2018 debido a una disminución del
gasto relacionado con las prestaciones post-empleo, otras prestaciones a
largo plazo e indemnizaciones por cese de contrato", explicó el banco
central.
El BCE incrementa su beneficio un 23,5%
Por
otro lado, el BCE informó de que en 2018 logró un beneficio neto de
1.575 millones de euros, cifra que representa una mejora del 23,5%
respecto a las ganancias de 1.275 millones en 2017, con un incremento
del 25,7% de los ingresos por intereses netos, hasta 2.277 millones,
mientras que la entidad ingresó un 16,1% más por los honorarios y
comisiones cobradas a las entidades de la zona euro, hasta 511 millones.
"El
beneficio neto del BCE se distribuye a los bancos centrales nacionales
de la zona del euro", subrayó el BCE, señalando que su Consejo de
Gobierno decidió realizar una distribución provisional de beneficios,
por importe de 1.191 millones de euros a los bancos centrales nacionales
el 31 de enero de 2019, mientras que en su última reunión acordó
distribuir este viernes los beneficios restantes, por importe de 384
millones de euros.
En concreto, los ingresos netos por
intereses derivados del programa de compra de activos (APP) aumentaron
en 245 millones de euros hasta situarse en 820 millones de euros, como
resultado de las compras continuadas de valores y del mayor rendimiento
de los valores adquiridos durante el año en comparación con los
rendimientos históricos de la cartera.
En cambio, como
resultado de las amortizaciones, los ingresos netos por intereses
obtenidos dentro del Programa para los Mercados de Valores (SMP)
descendieron un 14%, hasta el nivel de 384 millones de euros, incluyendo
127 millones de euros por los intereses derivados de la tenencia del
BCE de deuda pública griega, frente a los 154 millones de 2017.
Las
tasas cobradas a las entidades supervisadas ascendieron a 518 millones
de euros, frente a los 437 millones del año anterior a raíz
principalmente del trabajo asociado a las evaluaciones globales y los
test de estrés de la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en
inglés). Estas tasas tienen por objeto recuperar los gastos incurridos
por el BCE en el ejercicio de sus funciones de supervisión, indicó la
entidad.
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