DUBLÍN.- El
primer ministro irlandés, Leo Varadkar, abordará la próxima semana en
Bruselas los planes de contingencia previstos por su Gobierno y por la
Unión Europea (UE) para hacer frente a un "brexit" sin acuerdo, informó
este viernes un portavoz oficial.
El
líder democristiano se reunirá el miércoles con los presidentes de la
Comisión Europea (CE) y del Consejo Europeo, Jean-Claude Juncker y
Donald Tusk, respectivamente, para analizar la parálisis en el proceso
de salida del Reino Unido del bloque comunitario, indicó.
"El
trabajo en torno a los planes de contingencia para el no acuerdo se
está intensificando, tanto en la CE como en el resto de lo países
miembros", agregó el portavoz del Ejecutivo de Dublín.
El
"Taoiseach" (primer ministro irlandés), prosiguió, detallará qué
medidas concretas está llevando a cabo y qué tipo de apoyo requiere de
sus socios comunitarios para amortiguar los efectos de un divorcio sin
pacto.
El
ministro irlandés de Finanzas, Paschal Donohoe, advirtió esta semana de
que en ese escenario el producto interior bruto (PBI) del país podría
caer en hasta un 4,25 %, debido a los estrechos lazos económicos que
tiene con el Reino Unido, su principal socio comercial en la UE.
Asimismo,
Varadkar quiere aprovechar la visita a Bruselas para agradecer a las
instituciones comunitarias y al resto de países restantes "su continuo
apoyo" a Irlanda, destacó el portavoz.
A
instancias del Parlamento de Westminster, la primera ministra
británica, la conservadora Theresa May, quiere renegociar el pacto del
"brexit" que ella misma acordó a finales del año pasado con la UE, si
bien Bruselas ha insistido, como reclama Dublín, en que no modificará su
contenido.
Entre
otras, la "premier" quiere obtener concesiones sobre la salvaguarda
("backstop" en inglés) pensada para mantener abierta la frontera entre
las dos Irlandas para no perjudicar el proceso de paz en la provincia
británica de Irlanda del Norte.
El
"Taoiseach", agregó hoy la fuente, ha dicho que la posición de Irlanda y
la UE sobre el acuerdo de salida y la salvaguarda "no ha cambiado" y
sostiene que "los últimos acontecimientos demuestran la necesidad del
'backstop", que, en la práctica, "es viable y sólido desde el punto de
vista legal".
Este
mecanismo de seguridad establece que, si no hubiera un acuerdo
comercial al final del periodo de transición, en diciembre de 2020, todo
el Reino Unido formaría una unión aduanera, pero Irlanda del Norte
tendría un estatus especial más alineado con el mercado único europeo, a
fin de proteger el proceso de paz y mantener la fluidez fronteriza.
Los
conservadores euroescépticos y los diputados del norirlandés Partido
Democrático Unionista (DUP), socios de Londres, temen que ese
cortafuegos obligue al Reino Unido a seguir integrado en las estructuras
comunitarias hasta que no se firme un nuevo acuerdo comercial que evite
cualquier aduana entre las dos Irlandas, algo que puede tardar varios
años en materializarse.
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