BRUSELAS.- La primera ministra
británica, Theresa May, y el presidente de la Comisión Europea,
Jean-Claude Juncker, mantuvieron este miércoles una reunión con
"progresos" en Bruselas, pero sin despejar todavía el camino hacia un
Brexit pactado a 37 días del divorcio.
"Las conversaciones fueron
constructivas", indicaron en una declaración conjunta, en la que instan a
sus equipos a "seguir estudiando las opciones [para lograr un Brexit
pactado] con un espíritu positivo" y anuncian que conversarán de nuevo
antes de finales de mes.
Sin embargo, la agencia de evaluación financiera Fitch
Ratings advirtió que está considerando rebajar la nota del Reino Unido
por las consecuencias negativas para el crecimiento que tendría un
divorcio sin acuerdo.
Este anuncio provocó la caída de la libra
tanto respecto al dolar como al euro. La divisa británica pasó de 86,95
peniques por un euro de los 86,86 de justo antes del anuncio.
A
medida que se aproxima el 29 de marzo, el escenario de un divorcio
pactado sigue en un callejón sin salida tras el rechazo en enero del
Parlamento británico al acuerdo actual por el mecanismo para evitar una
frontera en la isla de Irlanda, que Bruselas rechaza cambiar.
Desde
entonces, May busca despejar las dudas de Westminster y, en su segunda
visita a la capital belga en dos semanas, reiteró la "necesidad de ver
cambios legalmente vinculantes en la salvaguarda que garanticen que no
será indefinida", explicó.
Este mecanismo incluido en el acuerdo
de divorcio para evitar una frontera para bienes entre Irlanda y la
provincia británica de Irlanda del Norte centró el rechazo en enero del
Parlamento británico al pacto cerrado entre Londres y Bruselas en
noviembre.
Los diputados quieren evitar que la salvaguarda, que
busca además proteger el Acuerdo de Paz de Viernes Santo de 1998, haga
que Reino Unido quede atrapado en las redes de un territorio aduanero
con la UE que le impida negociar acuerdos comerciales con terceros.
Aunque
sólo se utilizaría como último recurso, en caso de no lograrse una
solución mejor en la negociación sobre la futura relación entre ambos,
los parlamentarios británicos urgieron a su primera ministra a lograr
"arreglos alternativos" con la UE.
Juncker
y May se comprometieron así este miércoles a ver "qué garantías"
podrían aportarse para garantizar que la salvaguarda sólo sería temporal
y qué "arreglos alternativos" podrían reemplazarla en un futuro, según
la declaración conjunta.
Ambos dirigentes encargan la tarea a sus
primeros espadas, el negociador europeo Michel Barnier y el ministro
británico Stephen Barclay, quienes deben además estudiar eventuales
cambios en la declaración política, que acompaña el acuerdo de divorcio,
de cara a lograr una relación futura "lo antes posible".
La jefa del gobierno
británico se había dado de plazo hasta el día 26 para encontrar una
salida. Y esta podría pasar también por el fiscal general británico,
Geoffrey Cox, cuyos informes sobre el acuerdo de divorcio contribuyeron
al rechazo parlamentario.
Cox acompañará de nuevo el jueves a
Barclay en su visita a Bruselas para continuar las conversaciones. En la
capital belga, también estará el líder de la oposición británica, el
laborista Jeremy Corbyn.
Pero el tiempo apremia y, como Theresa May descartó por el
momento prorrogar la fecha de salida, una fuente europea aseguró este
miércoles que la cumbre de la UE del 21 y 22 de marzo será un "momento
importante", una semana antes del divorcio.
"Nos gusta mucho el
drama", subrayó esta fuente, precisando que no habrá un
"acuerdo de última hora", sino que deberá haberse logrado "antes", y
subrayando el "papel clave de Cox" de cara a que el Parlamento británico
ratifique el acuerdo.
Públicamente,
las posiciones siguen sin cambios. El canciller británico, Jeremy Hunt,
reiteró este miércoles en Alemania que modificar la salvaguarda
mediante un "cambio simple pero importante" es "el único camino para
salir de esta situación".
Pero los europeos se niegan a reabrir el
acuerdo de divorcio, no así la declaración política, como recordó
Barnier a Barclay el lunes. La UE rechaza además limitar en el tiempo la
salvaguarda o prever una retirada unilateral de la misma.
Enrocados en sus
posiciones, la presión sobre el temido Brexit sin acuerdo se vuelve más
pesada. "Se necesitará mucha sangre fría durante un mes. El primero que
se mueva, pierde", según un diplomático europeo.
Otra fuente
diplomática europea aboga por un acuerdo entre partidos en Reino Unido
para aprobar un acuerdo o que "alguna parte" de los laboristas de Corbyn
apoye al gobierno.
Haciendo temer un incipiente alud de defecciones debido al
Brexit, tres diputadas del Partido Conservador de May abandonaron el
miércoles la formación para sumarse al grupo independiente recientemente
formado por ocho laboristas también dimisionarios.
Mientras
tanto, Reino Unido y sus 27 socios aceleran sus preparativos para
limitar los daños a sus economías y preparar a sus países en caso de que
fracasen en su intento de lograr canalizar con un acuerdo el primer
divorcio en la historia del proyecto europeo.
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