miércoles, 27 de febrero de 2019

El líder de los "tories" euroescépticos modera su postura sobre el plan de Brexit de May

LONDRES.- El líder de una facción pro-Brexit en el Partido Conservador de la primera ministra británica, Theresa May, suavizó el miércoles su oposición al acuerdo propuesto por la mandataria para salir de la Unión Europea de cara a una votación sobre el proceso el mes próximo. 

Jacob Rees-Mogg dijo que ya no insistiría en que se eliminara la llamada salvaguarda para la frontera en la isla de Irlanda como condición para dar su apoyo, y añadió que podría haber otras fórmulas que garantizaran que dicho mecanismo no fuera permanente.
“Puedo vivir con la eliminación de facto de la salvaguarda. Es decir, si hay una fecha clara para el fin de la salvaguarda, y eso está en el texto del tratado o (una declaración) equivalente al texto del tratado”, dijo Rees-Mogg a la radio de la BBC.
Ante la división del Parlamento sobre cómo proceder en el Brexit, el Grupo de Análisis Europeo (ERG, por sus siglas en inglés) de Rees-Mogg, un grupo de parlamentarios euroescépticos del Partido Conservador, es clave para el resultado de Brexit.
El ERG jugó un papel importante en la histórica derrota que sufrió May el mes pasado cuando presentó al Parlamento el plan acordado con Bruselas.
Sin embargo, el grupo debe decidir ahora si respalda una versión revisada del plan o corre el riesgo de que se apruebe una demora en la salida de la UE e incluso de que se convoque un segundo referéndum, después de que el Partido Laborista, principal formación de la oposición, respaldara una votación pública.
El martes May allanó el camino para retrasar hasta junio el Brexit —cuya fecha oficial está prevista el 29 de marzo— si pierde la última votación sobre su acuerdo de divorcio el próximo mes.
En opinión de Rees-Mogg, el límite temporal para la salvaguarda debe ser “una fecha corta, no una larga”.
La salvaguarda irlandesa o “backstop” es una red de seguridad para evitar la restauración de una frontera rígida con controles entre la República de Irlanda, país miembro de la UE, e Irlanda del Norte, territorio británico.
Este mecanismo se ha convertido en el principal escollo en las conversaciones sobre el proceso, que han llegado a un punto muerto a falta de solo 30 días para que Reino Unido abandone el bloque.
Londres quiere que la salvaguarda sea provisional en lugar de permanente, mientras que la UE rechaza cualquier fórmula que implique la posibilidad de que expire.
Rees-Mogg dijo a Sky News que cree probable que se extienda el período de negociación formal del Brexit, después de que May aceptara la posibilidad de un retraso hasta junio.
La decisión de May parece haber sofocado la revuelta de los partidarios de la UE en el partido, justo antes de que este miércoles se aborden en el Parlamento británico unas enmiendas al plan de la primera ministra.
Sin embargo, los países de la UE tendrían que aprobar una extensión del Artículo 50 del Tratado de la UE —que el 29 de marzo de 2017 activó el periodo de negociación de dos años para la salida del bloque— y los ministros de Francia y Alemania han indicado que querrían saber qué se lograría con un retraso.
“Para nosotros es importante que se ponga algo sustancialmente nuevo sobre la mesa para justificar un retraso. Entonces, todos tendremos que votar al respecto”, dijo el ministro de Asuntos Europeos de Alemania, Michael Roth.
“Nadie quiere castigar a los británicos, si podemos lograr algo con un retraso, seríamos los últimos en interponernos”, dijo.
El ministro de Finanzas de Francia dijo que no vería la necesidad de otorgar una extensión si Reino Unidos no puede decir claramente qué pretende hacer con la prórroga.
“Si no hay claridad sobre el propósito de esa extensión, no veo la necesidad de la extensión, por lo que es el Gobierno británico el que tiene que explicarnos si va a solicitar una extensión”, dijo Bruno Le Maire.

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