LONDRES.- El líder de una facción pro-Brexit en el Partido Conservador de la
primera ministra británica, Theresa May, suavizó el miércoles su
oposición al acuerdo propuesto por la mandataria para salir de la Unión
Europea de cara a una votación sobre el proceso el mes próximo.
Jacob Rees-Mogg dijo que ya no insistiría en que se eliminara la
llamada salvaguarda para la frontera en la isla de Irlanda como
condición para dar su apoyo, y añadió que podría haber otras fórmulas
que garantizaran que dicho mecanismo no fuera permanente.
“Puedo
vivir con la eliminación de facto de la salvaguarda. Es decir, si hay
una fecha clara para el fin de la salvaguarda, y eso está en el texto
del tratado o (una declaración) equivalente al texto del tratado”, dijo
Rees-Mogg a la radio de la BBC.
Ante la división del Parlamento
sobre cómo proceder en el Brexit, el Grupo de Análisis Europeo (ERG, por
sus siglas en inglés) de Rees-Mogg, un grupo de parlamentarios
euroescépticos del Partido Conservador, es clave para el resultado de
Brexit.
El ERG jugó un papel importante en la histórica derrota
que sufrió May el mes pasado cuando presentó al Parlamento el plan
acordado con Bruselas.
Sin embargo, el grupo debe decidir ahora
si respalda una versión revisada del plan o corre el riesgo de que se
apruebe una demora en la salida de la UE e incluso de que se convoque un
segundo referéndum, después de que el Partido Laborista, principal
formación de la oposición, respaldara una votación pública.
El
martes May allanó el camino para retrasar hasta junio el Brexit —cuya
fecha oficial está prevista el 29 de marzo— si pierde la última votación
sobre su acuerdo de divorcio el próximo mes.
En opinión de Rees-Mogg, el límite temporal para la salvaguarda debe ser “una fecha corta, no una larga”.
La
salvaguarda irlandesa o “backstop” es una red de seguridad para evitar
la restauración de una frontera rígida con controles entre la República
de Irlanda, país miembro de la UE, e Irlanda del Norte, territorio
británico.
Este mecanismo se ha convertido en el principal
escollo en las conversaciones sobre el proceso, que han llegado a un
punto muerto a falta de solo 30 días para que Reino Unido abandone el
bloque.
Londres quiere que la salvaguarda sea provisional en
lugar de permanente, mientras que la UE rechaza cualquier fórmula que
implique la posibilidad de que expire.
Rees-Mogg dijo a Sky News
que cree probable que se extienda el período de negociación formal del
Brexit, después de que May aceptara la posibilidad de un retraso hasta
junio.
La decisión de May parece haber sofocado la revuelta de
los partidarios de la UE en el partido, justo antes de que este
miércoles se aborden en el Parlamento británico unas enmiendas al plan
de la primera ministra.
Sin embargo, los países de la UE tendrían
que aprobar una extensión del Artículo 50 del Tratado de la UE —que el
29 de marzo de 2017 activó el periodo de negociación de dos años para la
salida del bloque— y los ministros de Francia y Alemania han indicado
que querrían saber qué se lograría con un retraso.
“Para nosotros
es importante que se ponga algo sustancialmente nuevo sobre la mesa
para justificar un retraso. Entonces, todos tendremos que votar al
respecto”, dijo el ministro de Asuntos Europeos de Alemania, Michael
Roth.
“Nadie quiere castigar a los británicos, si podemos lograr algo con un retraso, seríamos los últimos en interponernos”, dijo.
El
ministro de Finanzas de Francia dijo que no vería la necesidad de
otorgar una extensión si Reino Unidos no puede decir claramente qué
pretende hacer con la prórroga.
“Si no hay claridad sobre el
propósito de esa extensión, no veo la necesidad de la extensión, por lo
que es el Gobierno británico el que tiene que explicarnos si va a
solicitar una extensión”, dijo Bruno Le Maire.
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