BRUSELAS.- El vicepresidente del Banco Central
Europeo (BCE), Luis de Guindos, defendió hoy que se necesita un "marco
regulador más armonizado" entre los países de la eurozona para seguir
reduciendo los riesgos en el sector bancario.
Guindos
afirmó que dentro del proceso para completar la unión bancaria se ha
conseguido una "reducción sustancial de los riesgos" en el sector y que
este proceso "debería continuar", algo que depende también de una mayor
armonización de las normas de supervisión.
El exministro de Economía español consideró que esto
implica "emprender un esfuerzo serio" para armonizar las opciones y
facultades que ofrece el derecho de la UE respecto de los bancos que
están bajo supervisión indirecta del BCE, "algunas de las cuales están
en manos de los legisladores nacionales".
También para limitar las oportunidades de regular de forma arbitraria y garantizar la igualdad de condiciones a nivel europeo.
"Esto solo puede conseguirse a través de legislación europea e
instituciones comunes que acerquen a las autoridades nacionales",
afirmó.
En un evento organizado por la Eurocámara
para conmemorar el vigésimo aniversario del euro, Guindos defendió que
es "esencial" completar la unión bancaria, que ha ayudado a hacer la
banca europea "más segura y sólida y capaz de apoyar a la economía".
En este sentido, además de la reducción de riesgos, consideró necesario
"avanzar en las discusiones políticas" sobre el Sistema Europeo de
Garantía de Depósitos y hacer operativo el cortafuegos para el Fondo
Único de Resolución, destinado a garantizar que pueden financiarse
resoluciones europeas sin perjudicar a la estabilidad.
Por su parte, el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, defendió
también durante su intervención la necesidad de seguir profundizando en
la eurozona y ahondó en las posibilidades el instrumento presupuestario
para la competitividad y la convergencia que debaten actualmente los 19
países del euro.
En cuanto a las funciones que este
debería tener, Centeno consideró que "tendría sentido" que el
presupuesto apoyase tanto las reformas estructurales como la inversión,
en particular pública, en los países de la eurozona con el fin de
impulsar la productividad y el potencial de crecimiento.
Precisó, no obstante, que este instrumento "solo puede complementar" la
acción nacional y no elimina la responsabilidad de las capitales de
mantener unas "políticas sólidas".
Centeno insistió
además en que la idea es "crear un instrumento dedicado para el área del
euro" y "no se trata de dividir una parte del marco financiero
plurianual (de toda la UE) en dos", de modo que haya una línea para los
países del euro y otra para el resto.
Asimismo restó
importancia al debate sobre el volumen del presupuesto y subrayó que su
"dirección estratégica" dependerá de los Estados miembros de la
eurozona.
El presidente del Eurogrupo destacó que la
agenda de reforma de la eurozona supone un reto en un momento
particularmente difícil para la UE, por el auge de las fuerzas
populistas y los próximos cambios en el panorama político europeo en un
contexto de desaceleración y mayores riesgos económicos.
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