PARÍS.- España es el país de la OCDE en el
que la oferta de formación menos se corresponde con la demanda de las
empresas y el porcentaje de adultos que participan en cursos de
capacitación es inferior a la media.
Esos datos
aparecen en un informe publicado este miércoles por la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que precisa que en
España sólo un 35,7 % de los adultos participan en formaciones
relacionadas con la adquisición de competencias laborales.
Es un porcentaje netamente inferior al 41 % de media en
la OCDE y particularmente preocupante si se tiene en cuenta que los
autores del estudio estiman que un 51,9 % de los trabajadores en España
se enfrentan a un riesgo significativo de que su puesto laboral sea
automatizado, frente al 46,4 % en el conjunto de los países miembros.
El reducido porcentaje de adultos que hacen cursos para adaptarse a las
necesidades cambiantes del mercado laboral es todavía menor cuando se
toma de forma aislada el grupo de los poco cualificados (19,2 %) y el de
los desempleados de larga duración (21,6 %).
Esa
dualidad tiene un significado particular en un país en el que el 35,7 %
de la población adulta tiene bien un bajo nivel de alfabetización o una
capacidad de cálculo numérico deficiente, cuando en la OCDE la media es
del 26,1 %.
Los autores del estudio estiman que
España tiene también margen de mejora en el impacto de la formación
sobre los salarios y la productividad. Para justificarlo, indican que
sólo el 48 % de los participantes en cursos de capacitación estima que
alguna actividad de aprendizaje fue "muy útil" para su trabajo.
En el conjunto de la organización, ese porcentaje se sitúa en el 52,4 %.
España sí que está por delante de muchos otros países en la
financiación pública para esa formación de adultos. El punto débil en
esa cuestión es que para muchas empresas (el 46,8 %, frente al 33,6 % de
media en la OCDE) los altos costes asociados a la misma siguen siendo
una barrera.
El conocido como el "Club de los países
desarrollados" hace hincapié en la urgencia en modernizar los sistemas
de capacitación de los trabajadores para que puedan prepararse para la
evolución del trabajo en el futuro.
En términos
globales, sólo un 40 % de los adultos siguen cada año algún tipo de
formación, y el porcentaje cambia mucho según el nivel de cualificación:
del 58 al 20 %, de acuerdo con su preparación.
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