RABAT.- Con motivo de la visita de Estado del Rey Felipe VI a
Marruecos a partir del próximo miércoles, ambos países anunciarán la
constitución del Consejo Económico Marruecos-España (Cemaes), pensado
para reforzar la cooperación empresarial y comercial bilateral.
Este comité será inaugurado el próximo jueves en Rabat promovido por la
Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y la
Confederación General de las Empresas de Marruecos (CGEM), según
informaron fuentes de la patronal española.
España se ha consolidado por sexto año consecutivo como
el primer socio comercial de Marruecos con un volumen de negocios que en
este periodo se ha duplicado hasta situarse actualmente en más de
14.000 millones de euros.
Esta dinámica se ha
reforzado en diversos sectores en la industria y energía, apoyado por el
desarrollo de las infraestructuras en el país magrebí, más el
incremento de las zonas industriales y la presencia del puerto
Tánger-Med.
Así, la planta de Renault en Tánger o la
próxima apertura de PSA Peugeot en Kenitra (centro) ha atraído a varias
empresas españolas de componentes de automoción en el país magrebí:
Ficosa, Gestamp, Antolín o Teknia.
Para los
observadores, el aumento de la oferta exportadora a Marruecos ha
permitido a las empresas españolas conocer mejor el mercado marroquí y
ha facilitado así su posterior implantación.
En 2018,
fueron censadas más de 20.000 empresas españolas exportadoras a
Marruecos, según las cifras de la Oficina Comercial española, lo que
supone el 10 % de todas las empresas que exportan al mundo.
El consejero económico y comercial de la Embajada de España, Luis Oscar
Moreno, calificó este flujo entre ambos países de "simétrico y
complementario".
"Hemos sido capaces en distintos
sectores de producir un mismo producto a ambos lados del Estrecho. Esta
es la clave de bóveda del éxito de las relaciones entre Marruecos y
España", dijo Moreno, añadiendo que en 2012 España exportaba un 70
% más de lo que importaba a Marruecos, un porcentaje que se ha reducido
a entre un 15 y 20 %.
Actualmente hay más de 800
empresas españolas en Marruecos que proveen 18.647 empleos directos, en
su mayoría pymes que operan en una gran variedad de sectores.
La tendencia positiva del partenariado comercial no se ve reflejada en
materia de inversión y ahí el empresariado español aún tiene mucho
camino por recorrer.
Según cifras de la Oficina de
Cambio marroquí, España tiene invertido en Marruecos un stock de más de
4.500 millones de euros, lo que convierte al país magrebí como primer
destino de la inversión española en el continente africano; pero aún así
queda lejos de las cifras del primer inversor, Francia, con más de
11.000 millones de euros.
Pese a su tecnología
puntera y su larga experiencia de proveer servicios públicos de calidad,
las empresas españolas aún encuentran dificultades para liderar en
Marruecos consorcios que necesiten un gran aporte financiero, como ponen
de relieve los analistas.
A esto se añade la
dificultad del idioma en un país donde el mundo de negocios marroquí
está dominado por el francés con la creciente competitividad del inglés.
Varias fuentes indicaron que esta situación va cambiando y el
empresariado español ha empezado a dar señales significativas para
incrementar su posición inversora en Marruecos.
Un
hecho que se ha puesto de manifiesto con las recientes inversiones
lanzadas en el país en varios sectores como la energía, con la firma a
principios de este mes de un acuerdo de exploración entre la compañía
Repsol, el grupo anglo-holandés Shell y la Oficina Nacional de
Hidrocarburos (ONHYM) en la región de Tanfit en el este del país.
A ello se añade la inversión de la petrolera española Cepsa que tiene
previsto -junto con un socio marroquí- abrir treinta gasolineras en 2020
en el país magrebí, para pasar a cien en 2023 y tener una cuota en
estaciones de servicio del 15 % en el país en el medio plazo.
En el ámbito turístico se destaca la consolidación de la presencia del
grupo Barceló, que con sus seis hoteles se suma a los que ya explotan
las cadenas Riu y Meliá.
Y uno de los proyectos con
mayor visibilidad al empresariado español de cara al ciudadano marroquí
fue el firmado el pasado agosto por la española Alsa por 1.000 millones
de euros (su mayor contrato fuera de España) para garantizar el servicio
público de autobuses de la capital Rabat y su comarca durante los
próximos quince años.
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