MOSCÚ.- La economía rusa creció un 2,3 % el
pasado año en comparación con 2017, el máximo en seis años, según
informó hoy el Servicio Federal de Estadísticas.
Ese
indicador supera en gran medida las expectativas del Gobierno, el Banco
Central y los analistas, que pronosticaban un crecimiento de entre el
1,5 y el 2 %.
Uno de los factores tras el crecimiento de la economía
por encima de lo previsto es el aumento de las exportaciones en relación
a las importaciones, del 5,4 % al 10 %.
El PIB ruso
no crecía tanto desde 2012, cuando experimentó un alza del 3,7 %,
mientras en 2015 se contrajo un 2,5 % y en 2016 y 2017 creció un 0,3 % y
un 1,6 %, respectivamente.
El jefe del Tribunal de
Cuentas y antiguo ministro de Finanzas, Alexéi Kudrin, auguró que este
año la economía crecería muy por debajo de lo esperado y que los
ingresos de los rusos también se estancarían debido a la constante
presión sancionadora por parte de Occidente, que ahuyenta a los
inversores.
Según los expertos, la economía está
obligada a convivir con las sanciones, especialmente las de EEUU, que
provocaron a mediados de abril un fuerte desplome de las bolsas rusas y
una brusca devaluación de la moneda nacional, el rublo.
Según las previsiones del Gobierno y el banco emisor, la economía nacional crecerá entre un 1,2 % y un 1,7 % este año.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha encomendado al Ejecutivo la
tarea de que Rusia se convierta para 2024 en una de las cinco primeras
economías del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario