martes, 12 de febrero de 2019

La 'nueva ruta de la seda' elevará una décima el crecimiento mundial en 2019

PARÍS.- La iniciativa 'Belt and Road', conocida como la nueva ruta de la seda, impulsará en 117.000 millones de dólares (103.722 millones de euros) este año los intercambios comerciales entre China y los más de 80 países participantes, lo que permitirá elevar en una décima el crecimiento de la economía global en 2019, según señala Solunion a partir de un informe elaborado por su accionista Euler Hermes.

Según el estudio, las exportaciones chinas a los socios comerciales de esta iniciativa aumentarán en 2019 en 56.000 millones de dólares (49.650 millones de euros), frente al crecimiento de 76.000 millones de dólares (67.386 millones de euros) en 2018.
Entre los principales destinos de las ventas chinas al exterior se encuentran Corea del Sur, los países miembros de la zona ASEAN (Tailandia, Indonesia, Malasia, Singapur y Filipinas), India y Rusia.
Por su parte, las importaciones chinas desde los países de la nueva ruta de la seda aumentarán este año en 61.000 millones de dólares (54.092 millones de euros), después de incrementarse en 81.000 millones de dólares (71.825 millones de euros) el año pasado.
En este sentido, los autores del informe apuestan por que Corea del Sur probablemente será el principal beneficiado gracias, en gran medida, al aumento de la clase media china y a las mejores relaciones políticas entre ambos países. Además, la ASEAN y la India se beneficiarán del desarrollo de la cadena de suministro de China.
"Esperamos que los mercados de la ASEAN y de Europa del Este sean los potenciales beneficiarios de la nueva ruta de la seda", señaló Mahamoud Islam, economista senior de Euler Hermes, apuntando que estas dos regiones incluyen países que son lo suficientemente grandes como para llamar la atención de los inversores y el crecimiento económico en estos mercados es generalmente más fuerte que en otras regiones, además de contar con un entorno empresarial relativamente mejor, lo que tranquilizaría al inversor.
"Pero la posibilidad de que todo esto se lleve a cabo, implica un ejercicio de fe a largo plazo sobre China que solo determinados países, financieras privadas y empresas fuera de China, están listos para asumir", añadió el economista.

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