WASHINGTON.- El
presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró que las negociaciones
comerciales con China, que se reanudaron este martes en Washington, van
"muy bien" y que el plazo del 1 marzo para llegar a un acuerdo "no es
una fecha mágica".
"Creo
que las discusiones van muy bien", manifestó Trump al margen de un
evento en la Casa Blanca, aunque advirtió que las negociaciones son "muy
complejas".
La
anterior ronda del diálogo terminó el viernes en Pekín sin un acuerdo y
el mandatario estadounidense sostuvo que podría extender la tregua
existente más allá del 1 de marzo si considera que están cerca de
alcanzar un acuerdo.
Cuando
se le consultó por ese plazo, tras el cual Estados Unidos podría
imponer nuevos aranceles a bienes chinos, el mandatario respondió: "No
puedo darle exactamente un calendario. No es una fecha mágica, porque
están pasando muchas cosas".
"Veremos qué pasa", agregó desde el Despacho Oval.
El
viernes, Trump admitió que podría extender la tregua comercial
negociada con su homólogo chino Xi Jinping en la cumbre del G20 a fines
de noviembre en Buenos Aires.
Estados
Unidos había dado plazo a China hasta el 1 de marzo para alcanzar un
acuerdo comercial. En caso contrario amenaza con aumentar del 10% al 25%
los aranceles a importaciones chinas por valor de 200.000 millones de
dólares anuales.
Después
de la tercera ronda de diálogo de Pekín, ambas partes hablaron de
avances, pero reconocieron que "los problemas muy difíciles siguen sin
resolverse".
En Washington, los número dos encabezarán las negociaciones hasta el jueves, mientras que el viernes serán a nivel de ministros.
Un
asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, dijo el martes que
el hecho de que las conversaciones "todavía estén teniendo lugar es una
señal positiva". "Todavía hay mucho progreso por hacer", agregó a la
CNBC.
Las
autoridades estadounidenses acusan a Pekín de buscar el liderazgo
industrial global a través de una serie de prácticas comerciales
desleales, incluyendo el presunto robo de propiedad intelectual
estadounidense y la intervención estatal en los mercados de commodities.
Las
conversaciones están destinadas a "lograr los cambios estructurales
necesarios en China que afectan el comercio entre Estados Unidos y
China", señaló el lunes la Casa Blanca.
La
Casa Blanca también quiere lograr el compromiso de China de que frenará
la depreciación de su moneda frente al dólar, que podría contrarrestar
el impacto de nuevos aranceles, según Bloomberg.
La
agencia, que citó a dos personas cercanas a las negociaciones, indicó
que el tema monetario fue discutido en varias ocasiones y que Estados
Unidos podría utilizar aranceles aún más altos en respuesta a un
debilitamiento del yuan.
Del
lado de Estados Unidos, las conversaciones son encabezadas por el
representante de Comercio, Robert Lighthizer, e incluyen al secretario
del Tesoro, Steven Mnuchin; el secretario de Comercio, Wilbur Ross, así
como al asesor de política económica Larry Kudlow y el asesor comercial,
Peter Navarro.
El
Ministerio de Comercio de China, por otra parte, está representado por
el viceprimer ministro Liu He, el principal negociador comercial de
Pekín y asistente clave del presidente Xi.
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