LONDRES.- La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, ha planteado una serie
de opciones a los diputados para salvar el actual estancamiento en las
negociaciones para la salida de la Unión Europea, entre ellas una
prórroga "corta" y "limitada" del Brexit que no debería extenderse más
allá de "finales de junio".
En una declaración en la Cámara de los Comunes, May señaló que si en esta fecha no hay consenso sobre el acuerdo,
los parlamentarios tendrán la segunda opción de votar, al día siguiente
-13 de marzo-, sobre si quieren un Brexit sin pacto el 29 de marzo.
En caso de que esta opción no prospere, entonces la Cámara baja podrá votar sobre si retrasa la salida del Reino Unido de la UE,
lo que implicaría ampliar la validez del Artículo 50 del Tratado de
Lisboa, que fija el plazo de negociación para la salida de un Estado
comunitario del bloque europeo.
May aclaro que, en cualquier caso, se trataría de un retraso “corto y limitado” del Brexit. “Estos son compromisos que estoy haciendo como primera ministra y me voy a ceñir a ellos”, remarcó.
Tras insistir en que confía en disponer de un documento que cuente
con el respaldo suficiente de los Comunes, recalcó que no es partidaria
de “ampliar” la validez del Artículo 50. La jefa del Gobierno compareció
ante los diputados para informarlos sobre el estado de sus
negociaciones con Bruselas sobre el pacto del Brexit, en concreto
sobre la controvertida salvaguarda irlandesa, ideada para evitar que la
República de Irlanda e Irlanda del Norte tengan una frontera física.
Como había adelantado May el pasado fin de semana, los diputados
podrán votar sobre el acuerdo el 12 de marzo, si bien mañana tendrán la
posibilidad de presentar enmiendas a una moción neutra a fin de conocer
la posición de la cámara sobre el proceso del Brexit.
May informó de que ha hablado con cada uno de los líderes de la UE
para explicar la posición británica y concretó que tuvo la oportunidad
de reunirse con los presidentes de la Comisión Europea, Jean-Claude
Juncker, y del Consejo Europeo, Donald Tusk.
Al mismo tiempo, May adelantó que el Gobierno espera dar a
conocer un documento sobre el impacto económico que tendría para el
Reino Unido una retirada de la UE sin acuerdo. El texto
negociado con Bruselas fue rechazado de manera abrumadora por los
diputados el pasado 15 de enero, sobre todo por el descontento del ala
más euroescéptica de los conservadores sobre la salvaguarda o “garantía”
irlandesa.
Esa cláusula irlandesa establece que el Reino Unido permanezca en la
unión aduanera y que la provincia británica de Irlanda del Norte también
esté alineada con ciertas normas del mercado único hasta que se
establezca una nueva relación comercial entre ambas partes.
May pide a la UE garantías de que el Reino Unido no permanecerá atado
a las normas del mercado único si Londres y Bruselas no llegan a un
acuerdo sobre su futura relación después del Brexit.
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