martes, 5 de febrero de 2019

May arriesga su pugna con tories probrexit por la frontera irlandesa

LONDRES.- La primera ministra británica, Theresa May, arriesgó enfurecer a correligionarios del Partido Conservador al insistir en que quiere mantener la parte más conflictiva de su plan para el brexit a fin de evitar una frontera dura con Irlanda.

La mandataria aseguró que no presionará para aceptar un acuerdo de divorcio con la Unión Europea que no incluya la salvaguarda tendiente a mantener abierta la frontera irlandesa para fines comerciales.
Los comentarios de May tuvieron como objetivo garantizar a Irlanda del Norte que el divorcio no traerá consigo el regreso de los puestos de control en la frontera terrestre, pero se arriesga a alienar a los políticos cuyo apoyo necesita para conseguir que se apruebe un acuerdo en el Parlamento en Londres.
"No propongo persuadir a la gente para que acepte un acuerdo que no contenga esa póliza de seguro para el futuro", declaró May en Belfast el martes. "Lo que el Parlamento ha dicho es que debería haber cambios al backstop".
De hecho, el Parlamento no pidió cambiar la salvaguarda, sino que eliminarla. El 29 de enero, la Cámara de los Comunes votó a favor de eliminar el backstop del acuerdo de retiro de la UE y reemplazarlo por "disposiciones alternativas" para evitar una frontera dura.
Un grupo de conservadores propuso usar nuevos sistemas de tecnología para evitar la necesidad de recurrir a una salvaguarda en el acuerdo de salida, pero May se mostró contraria a esa idea también.
Los conservadores partidarios del brexit aborrecen el backstop porque ata al Reino Unido a la unión aduanera de la UE, posiblemente para siempre. La intención detrás del plan es garantizar que la frontera permanezca libre de controles aduaneros, incluso si no hay un nuevo acuerdo comercial global listo para el final del período de transición posterior al brexit en diciembre de 2020.
Para muchos conservadores euroescépticos, la salvaguarda va contra el brexit porque impedirá que Gran Bretaña sea libre de determinar su propio régimen comercial y lograr nuevos acuerdos con otros países del mundo.
El Partido Unionista Democrático, que apoya a la administración conservadora minoritaria de May, también se opone al backstop actual porque establece nuevas barreras al comercio entre Irlanda del Norte y el continente británico.
May se fijó el 13 de febrero como fecha límite para negociar un acuerdo reformado con la UE que tenga la oportunidad de ser aprobado en la Cámara de los Comunes. De fallar, miembros del Parlamento propondrán sus propias opciones el 14 de febrero, incluida una que se espera prepare el terreno para retrasar el brexit.
La salida del Reino Unido de la UE está contemplada para el 29 de marzo, con o sin acuerdo.

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