ROMA.- Varias personas protestaron hoy y se
enfrentaron a la policía en la localidad italiana de Chiomonte (norte)
por la visita del ministro del Interior, Matteo Salvini, a las obras de
la línea de alta velocidad ferroviaria (TAV), proyecto que deberá unir
Turín (norte) con la ciudad francesa de Lyon (sur) y que causa polémica
en Italia.
Las protestas de las organizaciones "No
TAV" derivaron en momentos de tensión con la policía antidisturbios, que
en algunos casos actuó con las porras, según medios locales.
Tras la visita a las instalaciones, Salvini declaró a
la prensa: "Italia tiene que viajar más. Necesitamos que las obras vayan
adelante", y que "si volver atrás" en el proyecto "cuesta lo mismo que
ir hacia adelante", él apuesta por "ir hacia adelante".
La construcción de esta línea ferroviaria es un proyecto muy polémico
en Italia, incluso dentro del propio Gobierno, que está muy dividido
sobre este asunto.
Mientras los antisistema del
Movimiento 5 Estrellas (M5S) se mantienen contrarios a una obra que han
criticado siempre, sus socios de la ultraderechista Liga de Salvini son
partidarios.
Consciente de que es una cuestión que
levanta ampollas en el Ejecutivo italiano, Salvini aclaró que su visita
"no es para crear polémica, sino para construir".
"El M5S tiene razón, el proyecto comenzó probablemente sobrestimado,
pero hay 25 kilómetros ya excavados en la montaña: creo que es más útil
completarlo que volver a llenar los agujeros", añadió el también
vicepresidente italiano.
El líder ultraderechista
abrió la puerta a la posibilidad de revisar las obras, una medida que
"ya estaba en el contrato de Gobierno".
"La obra
puede y debe ser revisada: puede costar menos y se pueden recortar
algunos costes excesivos. Se pueden ahorrar al menos mil millones de
euros para invertirlos en el metro de Turín o para apoyar a los
municipios afectados por el proyecto", explicó.
El
proyecto, sin embargo, no solo divide a las formaciones políticas, sino
también a la sociedad civil, que desde hace años se ha agrupado en
varias asociaciones.
Las organizaciones "No TAV" se
han opuesto durante décadas a esta obra, llegando incluso a boicotearla,
al considerarla inútil, cara y peligrosa para el medio ambiente y la
salud de las poblaciones de los Alpes, pues temen la remoción de
toneladas de uranio y amianto.
Por el contrario, los
partidarios creen que completar la línea de tren facilitaría los
intercambios comerciales con Europa, acarrearía beneficios económicos y
supondría un menor tráfico de camiones y, por lo tanto, de contaminación
y emisiones, entre otras razones.
La línea
Turín-Lyon une Italia al Corredor Mediterráneo del oeste al este de
Europa, unos 3.000 kilómetros de alta velocidad ideados para favorecer
los intercambios económicos y reforzar la competitividad de los países
del Mediterráneo.
El proyecto estratégico fue ideado
en la década de 1990, pero a fecha de diciembre de 2018 solo se había
excavado un total de 25 kilómetros, un 15 % del total.
No hay comentarios:
Publicar un comentario