RABAT.- Apenas han pasado dos semanas desde que miles de argelinos salieran a la calle el viernes 22 de febrero y parece que ya han transcurrido meses. Los mensajes del presidente Abdelaziz Buteflika, de 82 años, llegan más debilitados que nunca a la población. Después de aquella protesta vino la del viernes siguiente, aún mayor. El régimen siguió en sus trece,
apoyando la candidatura de Buteflika para las presidenciales del 18 de
abril. Y en la calle, también en sus trece, se preparaba una gigantesca
protesta para el 8 de marzo, recuerda hoy el diario El País, de Madrid.
Un ministro leyó este jueves una carta en nombre del presidente, que
se encuentra hospitalizado en Ginebra. Hace una semana ese mensaje
habría tenido gran resonancia en los medios argelinos. Sin embargo, en
los portales de los principales medios la carta quedó ahogada en un
torbellino de noticias sobre las protestas.
Por la mañana, cientos de abogados se concentraron frente a la sede
del Consejo Constitucional para pedir que se invalide la candidatura
“ilegal” de Buteflika. a lo largo del día se anunciaba el goteo de
pequeños cargos de formaciones afines al régimen que mostraban su apoyo a
las protestas.
A las cinco de la tarde, según informaba el sitio TSA,
ya circulaban en las redes sociales los números de teléfonos de algunos
de los principales cargos del país que apoyan la quinta candidatura de
Buteflika. Se animaba a los argelinos a llamarles para preguntar por
Buteflika. Una hora más tarde, concierto de claxon en el centro de
Argel, contra el presidente.
Y la carta seguía ahí, leída por la ministra de Telecomunicaciones,
Houda-Imane. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, el presidente
saludaba “el carácter pacífico” de las marchas recientes, saludaba la
madurez de “ciudadanos y ciudadanas”, pero advertía contra “cualquier
parte insidiosa, desde el interior o exterior” del país que podría
“infiltrarse” en las protestas y sembrar el “caos y la división” en la
sociedad.
Un día antes, el jefe del Ejército, Ahmed Gaid Salah, de 79 años,
también había advertido mediante un discurso en un cuartel militar,
contra quienes quieren llevar al país hacia “los años del dolor”, en
referencia a la década negra
(1992 - 2002), una guerra civil entre islamistas y el Ejército que
causó más de 100.000 muertos.
Un internauta comentó: “Extraño país, en
el que un general se permite dirigirse a los argelinos desde un cuartel y
el presidente de la república se dirige a ellos por carta desde un
hospital de Ginebra”.
En las redes sociales, donde se han fraguado las grandes protestas de
estas dos últimas semanas, el debate y los comentarios no giraban ya en
torno a la carta de Buteflika, sino a cómo incluir las reivindicaciones
del Día Internacional de la Mujer dentro de la lucha contra la quinta
candidatura del presidente.
Una columnista escribió: “Una lucha puede
contener otras, incluso pueden ser llevadas en paralelo”.
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