domingo, 24 de marzo de 2019

La fiebre de Airbnb "resucita" el mercado inmobiliario de Grecia

ATENAS.- Para Dimitra Dionysopulo, quien vive a la sombra de la Acrópolis, no hay dudas sobre la "invasión" promovida por Airbnb en su barrio. "Ruido de obras, depósito de escombros en cada calle, y valijas con ruedas", dice la mujer de 50 años.

Dionysopulo vivió toda su vida en el distrito de clase media de Koukaki, que ahora se encuentra en el centro de una tormenta.
En 2016 fue nombrado el barrio de crecimiento más rápido para Airbnb a nivel global, con una expansión de nada menos que 800%.
¿El principal atractivo? La corta distancia del uno de los más famosos sitios arqueológicos del mundo, así como del moderno museo de la Acrópolis.
Centenas de departamentos en los viejos edificios de Koukaki están ahora en oferta. Los alquileres se han duplicado y familias enteras han sido desplazadas por propietarios interesados en el dinero fácil, dijo Dionysopulo.
"Conozco a tres familias que ya se han marchado, y ahora estamos tratando de hallar un lugar para una cuarta", dijo.
Grecia fue duramente castigada por la crisis económica de 2008 y los planes de austeridad impuestos por la Unión Europea, y a raíz de ello perdió aproximadamente un cuarto del PIB, con un espectacular aumento del desempleo y una gigantesca deuda externa.
Dionysopulo no es la única que siente que el fenómeno Airbnb, como en otras grandes ciudades, está haciendo estragos.
Este año las autoridades griegas decidieron exigir registros y aplicar impuestos a los propietarios de apartamentos ofrecidos en Airbnb.
De acuerdo con Angelos Skiadas, líder de la asociación griega de inquilinos, la furia de Airbnb es de tal naturaleza que ha se ha extendido a suburbios de Atenas sin ningún interés turístico.
"Los propietarios piensan que es una cura para todos los males, que resolverá sus problemas de por vida", dijo, y añadió que muchos usan Airbnb como amenaza para elevar los alquileres.
La falta de alquileres es particularmente grave en islas donde se torna difícil hallar alquileres después de mayo, cuando comienza la temporada turística, dijo Skiadas.
"Es una burbuja", dijo. "Las cosas se van a equilibrar", añadió.
El sector hotelero también menciona que la situación está fuera de control.
De acuerdo con un estudio encomendado por la asociación comercial, hay más de 76.000 propiedades en Grecia que están disponibles mediante plataformas de alquiler compartido.
Este estudio afirma que la caída en la disponibilidad ha impulsado un aumento de 9,3% en los alquileres en un año, en una tendencia que afecta de forma desproporcionada a los segmentos más pobres de la población, como los jubilados.
En una señal de que las cosas se aproximaron de un punto de saturación en el barrio de Koukakis, este mes el gobierno interrumpió la construcción de un edificio de nueve pisos, casi terminado, que incluía una vista espectacular del Partenon.
Sin embargo, las opiniones sobre los alquileres en la modalidad Airbnb están divididas.
Stratos Paradias, líder de la asociación griega de propietarios, alega que el modelo ha ayudado a "revivir" el mercado inmobiliario.
Entre 2008 y 2017, los precios de las viviendas cayeron 40% y apenas comenzaron a recuperarse el año pasado, de acuerdo con números del Banco de Grecia.
"El alquiler compartido es una institución que vino para quedarse. Crea empleos e ingresos para la gente, muchos de los cuales no tienen otra opción para pagar sus impuestos y deudas", dijo Paradias.
Además, afirma, la modalidad "ha impulsado el turismo". 
"Los hoteles no pueden cubrir la demanda", añadió, y aseguró que a raíz de la crisis económica había "decenas de miles" de propiedades vacías.
De acuerdo con Airbnb, hay más de 8.000 apartamentos para alquilar apenas en el centro de Atenas, a un precio promedio de 67 euros por noche, incluyendo allí 1.200 pisos en distritos próximos de la Acrópolis.
Entre los propietarios se incluyen chinos, rusos e israelíes, que se beneficiaron de una "visa de oro" lanzada en 2013 y que garantizaba derechos de residencia a quienes adquieran propiedades por más de 250.000 euros.
"En algunos casos, han comprado bloques enteros de departamentos. Los alquileres compartidos claramente impulsaron el mercado", dijo Lefteris Potamianos, de la asociación de agencias inmobiliarias de Atenas.
Dionysopulo, la fiel residente de Koukaki, también posee un apartamento que podría ofrecer en Airbnb, pero se niega a dejar en la calle a su inquilino de años, un empleado público, por cuestiones éticas.
"En un país donde los precios suben y los ingresos caen, ¿cómo puede uno aumentar el alquiler? Lamento decirlo, pero en Grecia no miramos la escena general, apenas nos miramos a nosotros mismos", lamentó amargamente.

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