PARÍS.- El Gobierno francés presenta este
miércoles su proyecto de ley para crear un impuesto nacional sobre los
gigantes de internet al constatar que por ahora no hay consenso para
hacerlo a nivel europeo.
El ministro de Economía y
Finanzas, Bruno Le Maire, explicó en una entrevista a la emisora "Europe
1" que esta tasa digital francesa "es un comienzo", al tiempo que
lamentó que cuatro de los 27 miembros de la Unión Europea hayan
bloqueado la iniciativa a ese nivel. En cualquier caso, dijo confiar en
que pueda salir adelante a escala internacional, ya que Estados Unidos
es favorable.
El texto de su Ejecutivo prevé una imposición del 3 %
sobre la facturación del negocio digital para las empresas cuyas ventas
mundiales en esa actividad sean superiores a los 750 millones de euros
en el mundo y a 25 millones en Francia.
La tasa, que
tendrá efecto con fecha del pasado 1 de enero, cubre tres actividades:
la publicidad en línea, la venta de datos personales y la
intermediación. Esta última se refiere a las plataformas que envían al
internauta a otro sitio web, pero no las ventas en línea de un negocio
en su propia página.
El Gobierno ha calculado que
puede recaudar unos 500 millones de euros anuales y, según Le Maire, se
justifica sobre todo para "restablecer la justicia fiscal", teniendo en
cuenta que los gigantes de internet están sometidos en realidad a un
tipo impositivo 14 puntos inferior al de una pyme francesa.
Se
trata de hacer frente a la práctica de muchas de esas empresas que
declaran el grueso de su negocio realizado en Francia en jurisdicciones
que les resultan mucho más favorables para apenas pagar impuestos, y en
particular en Irlanda.
El ejemplo utilizado por los
redactores del proyecto de ley para ilustrarlo es que Google sólo
declaró en Francia un volumen de negocios de 395 millones de euros en
2017, mientras en Irlanda -con muchos menos clientes- dijo haber tenido
22.000 millones.
Para Le Maire, más allá de poner en
marcha este impuesto en Francia, la meta ahora es "proseguir la lucha
para que esta tasación sea adoptada al nivel de la OCDE".
La
razón es que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) ha puesto en marcha una reflexión sobre esta cuestión
con las grandes potencias mundiales y, sobre todo, que el secretario de
Estado del Tesoro de Estados Unidos, Steve Mnuchin, dijo la semana
pasada que quiere lograr un acuerdo en ese ámbito antes de finales de
año.
El ministro francés ha reiterado que la tasa que
ahora se crea en su país será sustituida por la que confía que aparezca
como resultado de esa concertación internacional.
Uno
de los desafíos con los que se va a ver confrontado este impuesto
digital es el cálculo de la cifra de negocios precisa que los gigantes
de internet obtienen efectivamente en Francia. Para el caso de Google
-siguiendo el ejemplo anterior- se ha estimado que es de unos 2.000
millones de euros, declarados en su inmensa mayoría en Irlanda.
Otro problema es que el impuesto sea repercutido directamente a los clientes de las compañías que lo tendrán que abonar.
De
acuerdo con un informe encargado por la Asociación de la Industria
Digital e Informática (CCIA) al gabinete de abogados Taj, filial de
Deloitte, más de la mitad lo acabarán pagando los consumidores de
servicios de internet, un 40 % por las pymes francesas que utilizan el
mercado en línea y sólo el 5 % por los grupos que son el verdadero
objetivo.
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