ESTAMBUL.- Las personas procesadas originalmente por las protestas de 2013, que
comenzaron contra la reurbanización del Parque Gezi del centro de
Estambul y se convirtieron en disturbios antigubernamentales en todo el
país, fueron absueltas.
Un juez turco dictaminó en 2015 que los
manifestantes ejercían el derecho de libertad de reunión, durante un
movimiento que se convirtió en el mayor desafío popular al Gobierno del
presidente Tayip Erdogan.
Posteriormente hubo detenciones de acusados de haber orquestado un intento de derrocar al Gobierno de Erdogan.
Los partidarios de los detenidos dicen que la acusación no contiene
pruebas y sí muchas acusaciones extrañas, y supone un nuevo mínimo para
un país donde ya han sido encarceladas 77.000 personas en una campaña de
represión tras un fallido golpe militar en 2016.
La Unión
Europea dijo que al buscar condenas de cadena perpetua, los fiscales
estaban creando un clima de temor en Turquía, mientras que el
Departamento de Estado de EEUU dijo que Washington está muy preocupado.
Las
detenciones constituyen un paso más en una represión que, según
Turquía, es una respuesta necesaria a las amenazas a la seguridad a las
que se enfrenta el país y que ha incluido purgas generalizadas en las
fuerzas armadas, ministerios y organizaciones estatales.
En el verano de 2013, cientos de miles de personas se manifestaron en
Estambul y en toda Turquía para protestar contra los planes para
construir en el Parque Gezi, en la Plaza Taksim de Estambul, un centro
comercial inspirado en unos antiguos cuarteles de estilo otomano. Los
manifestantes coreaban “en todas partes está Taksim, en todas partes hay
resistencia”.
Ocho jóvenes manifestantes y un agente de policía
murieron en los disturbios y 5.000 resultaron heridos. La acusación,
admitida a trámite por un tribunal de Estambul el 4 de marzo, dice que
cientos de propiedades fueron dañadas en las protestas.
También se incluyen afirmaciones tildadas de “fantasiosas” por los grupos de derechos.
La
acusación indica que las protestas fueron organizadas por extensiones
locales de “fuerzas que controlan el capital global”, señalando al
filántropo multimillonario George Soros. Erdogan ha difamado a Soros
como “el famoso judío húngaro... que encarga a gente que divida las
naciones”.
La acusación dice que el “Levantamiento de Gezi” fue
impulsado por Osman Kavala, un conocido líder de la sociedad civil y
hombre de negocios que lleva en la cárcel desde octubre de 2017.
Según
la acusación, una foto del teléfono de Kavala tomada de un libro
académico que muestra cómo se distribuyen los diferentes tipos de abejas
en todo Oriente Próximo indica las fronteras de Turquía violadas y
rediseñadas.
También se indica que el hecho de que los acusados
hablaran de traer leche, zumo y pasteles a Gezi, así como máscaras de
gas para contrarrestar los efectos del gas lacrimógeno, muestra que
estaban financiando las protestas.
El grupo Solidaridad Taksim,
que incluye a algunos de los 16 acusados, considera absurdas las
acusaciones, y dice que en ellas se consideran señales de culpabilidad
la entrega de flores a la policía y el suministro de bocadillos a los
manifestantes.
Las manifestaciones, según la acusación, se
inspiraron en protestas mundiales como el movimiento “Occupy” originado
en Nueva York y los levantamientos árabes que comenzaron en 2011, así
como en un libro del académico Gene Sharp, con sede en Boston, titulado
“De la dictadura a la democracia”.
La acusación señala actos de
protesta de Gezi que coincidían con los métodos no violentos de protesta
de Sharp, como el concierto “The Wall” de Roger Waters en Estambul en
agosto de 2013, cuando las fotos de las personas que murieron en las
protestas se proyectaron en un escenario enorme.
El representante
de Amnistía Internacional en Turquía, Andrew Gardner, describe el caso
como “un intento de reescribir la historia” y dice que la solicitud de
cadena perpetua sin libertad condicional representaba una “escalada
masiva” en la represión turca contra la sociedad civil.
“Lo que
tenemos es una crisis existencial para la sociedad civil independiente
en Turquía”, dice. “Es un intento flagrante de asustar y perseguir a los
críticos con teorías de conspiración fantasiosas y completamente
inventadas”.
Erdogan compara a los manifestantes de Gezi con
militantes kurdos y con los acusados de llevar a cabo un golpe de Estado
fallido en 2016. Durante su campaña para las elecciones locales del 31
de marzo, ha acusado a menudo a los partidos de la oposición de estar
aliados con los militantes.
Las
protestas comenzaron para evitar la remodelación de un parque en una
ciudad con espacios verdes limitados, pero Erdogan ha rechazado la idea
de una motivación ecologista y ha dicho: “Quienes planearon y
financiaron los eventos de Gezi, intentando derrocar al Gobierno con 12
árboles como excusa, están rindiendo cuentas ante la justicia”.
“Ahora nadie en Turquía se sale con la suya tras cometer delitos”, dijo el presidente en un discurso la semana pasada.
El propio
Kavala está acusado de promover las protestas a través de su
organización Anadolu Kultur, que defiende la cultura y los derechos
humanos. El abogado de Osman Kavala, Ilkan Koyuncu, dice que es difícil
saber de qué se acusa a su cliente, y que el contenido de la acusación
no ofrecía pruebas que respaldaran los cargos.
“Ustedes
responsabilizan a estas personas por todas las ventanas que se rompieron
en junio de 2013... pero no proporcionan pruebas. Esto no es algo que
se pueda hacer legalmente”, ha dicho.
El entonces primer ministro
Erdogan y su gabinete de la época se han personado como acusación en el
caso, en el que se menciona a 746 personas como heridos en las
protestas en todo el país, responsabilizando a los acusados de todas las
lesiones y daños a la propiedad, incluyendo ventanas destrozadas.
El
profesor de derecho de la Universidad de Istanbul Bilgi, Yaman Akdeniz,
dice que la acusación carecía de detalles y razonamientos legales, con
solo una página y media de cuestiones jurídicas en un documento de 657
páginas.
“Básicamente, es una chapuza y si lo hubiera escrito uno de mis estudiantes de derecho, le pondría un suspenso”, dice.
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