jueves, 28 de marzo de 2019

España creció mucho más que la Eurozona en 2018

MADRID.- La ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, ha avanzado este jueves que "todo apunta" a que los datos definitivos de crecimiento del PIB en 2018 que publicará este viernes el INE reflejarán que España creció el año pasado "significativamente más" que las principales economías de la zona euro y la UE.

Así lo ha señalado durante la inauguración del seminario 'Entender cómo funciona economía y como hacerla trabajar en beneficio de todos', organizado conjuntamente por la Fundación Ramón Areces y la OCDE, en la que ha subrayado que la coyuntura económica es "favorable" y todos los analistas creen que ese diferencial de crecimiento de España respecto a las economías del área del euro se va a mantener e "incluso ampliar en 2019".
Calviño ha indicado que la previsión del Gobierno es que este año se registre un crecimiento del 2,2% del PIB, confirmada por el Banco de España y "alineada" con los pronósticos de la OCDE y el resto de analistas, lo que permite afrontar el ejercicio como "un año de oportunidades".
Asimismo, ha destacado la "gran confianza" de los inversores y mercados en la economía española, ya que la inversión extranjera directa se multiplicó por seis, hay una situación "tremendamente favorable" en los mercados de deuda pública y aunque el sector exterior es el "principal elemento de incertidumbre" de la economía española, por la ralentización del comercio internacional, sigue habiendo superávit en la balanza por cuenta corriente y capacidad de financiación.
En este sentido, ha recalcado que los datos de la balanza de pagos publicados el jueves por el Banco de España confirman que "se mantiene la capacidad de financiación respecto al resto del mundo", algo "tremendamente importante" para continuar con el proceso de desapalancamiento.
A su vez, ha aseverado que se mantiene la "tendencia positiva" en el mercado de trabajo, tras crearse 566.000 empleos en 2018 y reflejar los últimos datos de la Seguridad Social un alza del empleo del entorno del 3% y una reducción del paro de entre el 5% y el 6%. "Se mantiene un notable dinamismo en estos mercados", ha afirmado Calviño, quien ha indicado que la demanda interna permite "capear" mejor la situación menos positiva del contexto internacional.
En cualquier caso, ha indicado que no hay que ser "autocomplacientes" y ha hecho hincapié en la importancia del crecimiento "inclusivo y sostenible", ya que el momento actual es "clave" para asentar las bases del crecimiento inclusivo en los próximos 20 o 30 años.
A su juicio, España debe avanzar en la corrección de desequilibrios como el paro, la deuda pública y el déficit público, así como en la desigualdad, ya que "ha aumentado de forma sustancial en los últimos 10 años". 
"No hemos conseguido reducirla como deberíamos a pesar del intenso crecimiento desde 2014" y aunque es un factor que afecta también a nivel económico al repercutir en el capital humano e intensificar la inestabilidad y la vulnerabilidad, siendo además un "caldo de cultivo ideal para las soluciones populistas".
"Las soluciones populistas tienen siempre una solución fácil y siempre errónea para cuestiones tremendamente complejas", ha dicho Calviño, quien considera que "ya nadie puede pensar que el crecimiento no sea inclusivo y sostenible", ya que puede haber crecimiento que no redistribuya, como ha sucedido en los últimos años, y esto "no es sostenible a medio plazo desde el punto de vista financiero, medioambiental y social".
La titular de Economía ha incidido también en la necesidad de que la ciencia económica apueste por la diversidad en la dimensión de género al ser una de las disciplinas con mayor sesgo masculino lo que, a su parecer, hace que no sea casual que el PIB sea la variable hegemónica para medir el crecimiento, cuando "ignora externalidades positivas y negativas", como actividades de valor añadido que no tienen valor monetizado, tales como la actividad doméstica y de cuidados, mayoritaria entre las mujeres.
"Según esta forma de medir, estas actividades no están contribuyendo en absoluto al progreso económico, algo que atenta contra el sentido común más básico", ha criticado.
A este respecto, ha lamentado la ausencia de mujeres en debates, conferencias, publicaciones y citas en el ámbito económico, y ha puesto como ejemplo que en una conferencia sobre regulación financiera a la que ha sido invitada solo estaba prevista la asistencia de tres mujeres de un total de 60 personas. 
También ha abogado por que la ciencia económica incorpore una dimensión de disciplinas y se vea complementada por otras ciencias que han sido "despreciadas", como la sociología e incluso la psicología.
La ministra ha resaltado también la Agenda del Cambio del Gobierno como la "esencia" del programa para los próximos años, basada en la disciplina fiscal y reformas estructurales para apostar por el capital humano, el impulso a la transición ecológica, el avance científico y la reducción de desigualdades con crecimiento inclusivo, entre otros.
En este punto ha coincidido la directora de la OCDE y Sherpa para el G7 y G20, Gabriela Ramos, quien ha rehusado entrar en el debate político español, y ha pedido que se ponga el crecimiento incluyente en el centro del debate, así como el bienestar de los ciudadanos, priorizando en políticas que tengan un impacto positivo en la ciudadanía que ha sentido que se la ha dejado "atrás" con la crisis en el modelo económico actual.
Ramos ha lamentado que hay modelos económicos "simplistas" que caracterizan una economía que "no funciona como se preveía", tras diez años de una crisis "monumental" que ha dejado un crecimiento y una productividad "baja" y un panorama en el que el 40% de la riqueza en los países OCDE se concentra en el 10% de los altos ingresos.
En este sentido, ha advertido del aumento de la desigualdad en los países de la OCDE y del aumento del populismo y los nacionalismos debido a que la ciudadanía "se siente dejada atrás" por la clase política. 
Ha augurado que continuará la senda de crecimiento bajo ante las tensiones comerciales internacionales y las decisiones unilaterales, por lo que ha marcado la necesidad de que los Estados inviertan y den prioridades a los grupos con más desventaja.
En su opinión, el indicador del PIB per cápita "distorsiona la realidad", por lo que la OCDE tiene en cuenta ya 24 indicadores respecto a redistribución, riqueza, educación, salud, empresas o digitalización, entre otros.

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