CARACAS.- El apagón eléctrico que enfrenta Venezuela, el más largo en décadas y
que el domingo entraba en su cuarto día, llevó a las autoridades a
suspender la jornada laboral y las clases, en medio de la angustia y la
rabia de los habitantes que no saben cuándo se recuperará el suministro.
El gobierno ya había cancelado las actividades el viernes por la
caída de la electricidad, que comenzó el jueves por la tarde, y cuyos
efectos se han sentido en la atención de salud, las comunicaciones, el
agua corriente y el transporte.
En las principales vías de
Caracas, había más tráfico del habitual para un domingo. Muchos
conductores hacían filas en las pocas bombas de gasolina que reanudaban
operaciones y otros se detenían en medio de algunas vías donde los
teléfonos móviles sí se conectaban a la red.
“La comida que
teníamos en nuestros refrigeradores se ha dañado. Las empresas están
cerradas, no hay comunicación, ni siquiera por teléfono celular”, dijo
Ana Cerrato, una comerciante de 49 años.
La suspensión de las
actividades es “para que podamos todas y todos continuar en este
combate, en esta lucha” por el servicio, dijo el ministro de
Comunicación, Jorge Rodríguez, a la televisión estatal.
El gobierno ha dicho que el apagón se debió a un “sabotaje” en la hidroeléctrica Guri, la más grande del país.
El
presidente Nicolás Maduro dijo en la televisión estatal que “vamos
lentamente para que el sistema de recuperación (del servicio eléctrico),
ahora sí y después de los ataques que hemos recibido hoy en la mañana,
ayer en la madrugada y antes de ayer, sea estable”.
El líder
opositor Juan Guaidó, reconocido por docenas de países como presidente
encargado, destacó que hasta el mediodía del domingo no había un balance
oficial sobre lo sucedido, ni de los estados afectados. “Este régimen a
esta hora, tres días después (de) un apagón sin precedentes no tiene
diagnóstico”.
La Asamblea Nacional, que preside Guaidó, se
reunirá el martes para discutir y aprobar una declaración “de alarma”,
una figura de la Constitución que se usa en caso de “catástrofes,
calamidades públicas”, agregó en conferencia de prensa.
En
algunas zonas de la capital y de otras ciudades del país regresaba de
forma intermitente el servicio eléctrico, pero expertos advertían del
riesgo de nuevos apagones.
Expertos
creen que la falla se originó en las líneas de transmisión que
transportan energía desde las hidroeléctricas al sur venezolano y que el
gobierno cuenta con equipos precarios y poco personal para enfrentar la
emergencia.
La organización no gubernamental Médicos por la
Salud denunció el sábado que la falta de suministro de energía y la
carencia de plantas de respaldo han provocado la muerte de 17 personas
en hospitales públicos de Caracas y otras localidades.
El Ministerio de Comunicación no respondió a una solicitud de comentarios sobre los reportes.
El Grupo de Lima en un comunicado responsabilizó al gobierno de Maduro del colapso del sector eléctrico.
En
las funerarias aceptaban prestar el servicio, siempre que los clientes
firmaran pagarés para asumir los gastos. “Han sido velaciones cortas, de
seis a siete horas, porque la misma gente al ver que no hay iluminación
se va temprano”, dijo Carlos Peña, encargado de una funeraria al este
de la ciudad.
En algunos barrios de la capital, los vecinos
comenzaban a bloquear las calles en protesta por la falta de energía y
un cuerpo de motoristas de la Guardia Nacional recorría la ciudad para
evitar brotes de violencia.
Pero en una zona del este del Caracas
el domingo en la tarde hubo saqueos a un comercio de plásticos y un
supermercado del cual se intentaron llevar algunos alimentos y artículos
de higiene personal, según testigos.
Unas 40 personas que llevaban los productos tomados de los comercios fueron detenidas por los cuerpos policiales.
Adelmary
Lira, de 23 años, esposa de Ever Soto, uno de los detenidos, dijo
“estamos pasando hambre, yo tengo un bebé de un mes como no es justo que
mis hijos tengan que estar pasando necesidad sin leche, sin pañales y
sin ropa (...) Este gobierno nos tiene en la quiebra, nos tiene
horrible”.
La
extensión del apagón en el bombeo de petróleo crudo del país, la fuente
de casi todos los ingresos de exportación del gobierno, no estaba
clara. La mayoría de las empresas conjuntas entre PDVSA y socios
extranjeros en la Faja del Orinoco funcionan con sus propios
generadores, pero muchos campos en el estado de Zulia occidental
dependen de la red eléctrica.
PDVSA no ha respondido a múltiples
pedidos de comentarios sobre el impacto del apagón en la producción de
petróleo. En un tuit el domingo, la firma llamó a “mantener la calma” y
dijo que los suministros de combustible estaban garantizados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario