miércoles, 6 de marzo de 2019

La empresa y los agentes perturbadores / Ángel Tomás *

El sector empresarial es el generador de riqueza de un país. De él se nutren, en un alto porcentaje, los Presupuestos Generales del Estado, los de las comunidades autónomas y ayuntamientos. Pero el Producto Interior Bruto (PIB) no alcanza el nivel posible deseado por falta de normativas y controles que eviten el efecto perturbador de determinados agentes externos.

Expongamos los principales agentes perturbadores:

1. La guerra de precios de oferta en el mercado de consumo, con olvido de la calidad y el respeto a la salud humana. El comprador se ha habituado y exige el mejor precio olvidando la calidad, incluso en los niveles mínimos de productos alimenticios.

2. El imparable desarrollo de la electrónica, la tecnología y la digitalización, que si bien son imprescindibles y deseables, la actividad empresarial es incapaz de innovarse de forma vertiginosa a la que se ve obligada. 

Pero, en caso de conseguirlo, las amortizaciones de la inversión productiva del inmovilizado han de llevarse a efecto de forma ultra rápida para hacer frente a la competitividad, obligando a grandes inversiones continuadas mediante aumentos de capital o incrementos del pasivo exigible. 

También ocasiona reducciones en la plantilla (más paro) y la obligada necesidad de promover el imprescindible conocimiento técnico-científico para la creación y cobertura de nuevos puestos de trabajo. Las nuevas tecnologías y las sucesivas obligarán a estímulos y apoyos financieros para el emprendimiento de actividades creadoras del necesario empleo compensador.

3. El tradicional desacuerdo entre sindicatos-empresas exige unidad y acuerdos solidarios entre ambos y el propio Estado como responsable de la formación integral avanzada. Sólo la unión solidaria lleva a cubrir objetivos de éxito.

4. La falta de respeto a los Presupuestos Generales del Estado siempre conduce a endeudamientos peligrosos con desigualdad en las rentas. Los Presupuestos deben impulsar la búsqueda de los caminos más eficientes para llevar a cabo el desarrollo de la política económica, posibilitando la evaluación y control de los distintos departamentos de cada ministerio. 

Una política desordenada y una inversión libre desajustada a la teoría y ley presupuestaria, siempre conduce a crisis y paralización de los Estados, si bien los gestores siempre la justifican. En nuestros Presupuestos debe contemplarse el aumento de las dotaciones para la investigación y la creatividad, situándolos a los niveles establecidos en la UE, a la que pertenecemos.

5. El incumplimiento de lo establecido en los artículos 137 y 138 del título VIII de la Constitución Española, en los que se otorga a las comunidades autónomas libertad para la gestión de sus intereses, pero de forma que se garanticen los principios de solidaridad entre todas ellas y la igualdad territorial. La indisciplina constitucional consentida conduce a un desequilibrio en las rentas regionales, un receso en la nacional y a una lucha fratricida por el egoísmo y la desintegración.

6. La oferta desordenada y la compra electrónica están presionando y debilitando al sector fabril y al de venta al detalle. Las novedosas y poderosas redes de oferta electrónica con servicio domiciliario incluido han sido la gran novedad del mercado. Sin embargo, su política de bajo precio a costa de exigir y coaccionar a la producción y los servicios, en numerosos casos, ha provocado el desequilibrio y la posición negativa de los mismos. 

Sólo con alianzas, servicio a domicilio concertado colectivo, márketing directo, oferta de calidad exclusiva e innovación del servicio de atención al cliente podrán superar el gran cambio estructural de la venta directa.

Debido a la influencia que ejerce el imprescindible sistema financiero sobre el desarrollo y gestión de todo emprendimiento empresarial, como también para la economía global, es de la máxima importancia la configuración de un sistema financiero internacional definitivo, del que carecemos, que cuente con instituciones dotadas de poderes de regulación, supervisión y control; única forma de reducir el riesgo de crisis financiera con inevitable repercusión en todo el sector empresarial. 

Ello necesitaría un esfuerzo durante largo tiempo, sin duda complejo y difícil, pero imprescindible su urgente comienzo hasta conseguir la unión internacional a tal fin.

Conviene recordar que en 1944, en Bretton Woods, se diseñó un orden financiero y monetario mundial basado en el dólar-oro, que se rompió y desapareció al renunciar Estados Unidos a su convertibilidad, iniciándose el proceso de liberalización de las finanzas con pérdida progresiva de protagonismo de las instituciones creadas en 1944, y en especial del Fondo Monetario Internacional.

La política financiera tiene una influencia decisiva sobre la demanda, ya que un aumento de la masa monetaria provoca un efecto expansivo sobre el gasto, que con una serie de factores diversos provoca una subida de los precios, mientras que una reducción de la masa monetaria provoca la caída del gasto y, por tanto, de los precios.

Concluimos con un pensamiento basado en la historia. Los totalitarismos han provocado siempre conseuencias desastrosas y deben ser rechazados. La democracia y la libertad hacen posible el crecimiento económico y más felices a los humanos, pero una democracia “dictatorial” y una libertad que permita el abuso, la competencia desleal y el perjuicio a terceros en beneficio propio deben ser controlados y penalizados.


(*) Economista y empresario español

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