PEKÍN.- El Gobierno chino prevé que la
economía del país, pese a la desaceleración y el conflicto comercial con
EEUU, crezca este año entre el 6 y el 6,5 por ciento, al tiempo que
destinará un 13,4 por ciento más a la inversión en ciencia y tecnología,
una de las claves del desarrollo del gigante asiático.
Según las previsiones anunciadas hoy al inicio de la sesión anual de la
Asamblea Nacional Popular (ANP) -el máximo órgano legislativo- China
aumentará su gasto público un 6,5 por ciento, incrementará su déficit
hasta el 2,8 por ciento (0,2 puntos más que el año pasado) y se marca un
objetivo de inflación del 3 por ciento para 2019.
Entre la cuantiosa inversión pública proyectada, el
gasto en infraestructura "se expandirá", con proyectos ferroviarios por
valor de 800.000 millones de yuanes (119.274 millones de dólares,
105.234 millones de euros) y de construcción de carreteras y de vías
fluviales y marítimas por 1,8 billones de yuanes (268.366 millones de
dólares, 236.777 millones de euros).
Además, Pekín
invertirá un 25 por ciento más que el pasado año en combatir la
contaminación atmosférica, al tiempo que incrementará el presupuesto de
Defensa en un 7,5 por ciento, lo que supondrá, con todo, un aumento
ligeramente menor que el del 8,1 por ciento registrado en 2018.
Se trata del cuarto año consecutivo en que el gasto de Defensa crecerá a
un ritmo de un solo dígito, cuando lo había hecho a dos en los cinco
años anteriores.
El Gobierno espera generar más de 11
millones de nuevos puestos de trabajo en zonas urbanas, en las que
prevé mantener las tasas oficiales de desempleo entre el 4,5 % y el 5,5
%, mientras que en las zonas rurales pretende sacar de la pobreza a 10
millones de personas.
Asimismo, anunció rebajas
fiscales adicionales por valor de unos 2 billones de yuanes (298.198
millones de dólares, 263.115 millones de euros) para las empresas,
especialmente para las del sector manufacturero y las pymes, así como
reducciones en el impuesto sobre el valor añadido (IVA) del 16 % al 13 %
para la manufactura e industrias relacionadas y del 10 % al 9 % en
otros sectores como transporte e industria.
Todas
estas líneas maestras de actuación las expuso el primer ministro, Li
Keqiang, antes los casi 3.000 miembros de la ANP, que llenaron hoy el
majestuoso Palacio del Pueblo para dar comienzo a su sesión anual, que
se prolongará hasta el próximo 15 de marzo.
El jefe
del Gobierno destacó que las metas propuestas son "ambiciosas pero
realistas" porque representan el "objetivo de promover el desarrollo de
alta calidad, se corresponden a la realidad actual del desarrollo de
China y se alinean con el objetivo de completar la construcción de una
sociedad moderadamente próspera en todos los sentidos".
En una intervención de cerca de hora y media, Li fue desgranando los
retos a los que se enfrenta el Gobierno chino acompañado por el suave
ruido que hacían al unísono los diputados al pasar las hojas de su
discurso, que cada uno de ellos tenía frente a su mesa.
"Un análisis exhaustivo de los acontecimientos dentro y fuera de China
muestra que al buscar el desarrollo este año nos enfrentaremos a un
entorno más grave y complicado, así como a riesgos y desafíos, tanto
previsibles como no, que serán mayores en número y tamaño", advirtió.
Aunque la prevista nueva ley de inversión extranjera debe debatirse
todavía en los plenarios de la ANP durante estos días, el primer
ministro avanzó que se implementarán medidas para "reformar y abrir,
entre otros sectores, el financiero, y se perfeccionarán las políticas
de apertura del mercado de bonos".
"Hay que
flexibilizar aún más el acceso de los fondos foráneos al mercado,
reducir la correspondiente lista negativa y permitir en más áreas la
gestión por capitales exclusivamente foráneos", proclamó.
Y añadió que crearán para todas las empresas nacionales o extranjeras
"un entorno de mercado justo basado en la igualdad de trato y la
competencia leal".
Ante la atenta mirada del
presidente, Xi Jinping, el único en la gigantesca sala que no leía en el
papel el discurso de su jefe de Gobierno y mantenía la vista en el
infinito, Li afirmó que China seguirá "firme y sin conmoverse el camino
del desarrollo pacífico y la estrategia de apertura basada en el
beneficio mutuo".
"Lucharemos incansablemente (...)
por conquistar la gran victoria del socialismo con peculiaridades chinas
de la nueva era, (...) por materializar el sueño chino de la gran
revitalización de la nación china", concluyó.
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