viernes, 8 de marzo de 2019

Cientos de miles de manifestantes piden de nuevo la retirada de Buteflika en Argelia


ARGEL.- Cientos de miles de argelinos han salido este viernes a las calles de diversas ciudades de Argelia, comenzando por la capital, Argel, en una de las mayores protestas que se recuerdan contra los intentos del actual presidente, Abdelaziz Buteflika, de revalidar su mandato en los próximos comicios de abril a pesar de estar, según sus críticos, incapacitado física y mentalmente para desempeñar el cargo, lo que sería un posible quinto mandato del presidente del país, el enfermo Abdelaziz Buteflika.

De momento no hay incidentes graves ni víctimas que lamentar, según han informado las autoridades, que han confirmado protestas en Argel, Orán, Sidi Bel Abbès, Tizi Uzu o Mostaganem, entre otras.

Como lleva siendo habitual estas semanas, la protesta más importante ha tenido lugar en la capital argelina, con múltiples concentraciones frente al Consejo Constitucional y la sede de la Presidencia. Medios nacionales, como Tout sur l'Algerie, estiman los asistentes en torno al millón de personas.

El mayor incidente ha ocurrido de momento en Ginebra, donde el activista Rachid Nekkaz, cuya candidatura a la Presidencia fue rechazada la semana pasada, ha sido detenido en la ciudad suiza, donde convalece el propio Buteflika.

Nekkad, descalificado por su doble nacionalidad francesa, había anunciado previamente en su cuenta de Twitter que tenía intención de entrar en el Hospital Universitario de Ginebra para "ver si Buteflika estaba bien", dado que el veterano mandatario lleva años sin comunicarse verbalmente con la población.

Buteflika, que publicó el pasado domingo un mensaje conciliador --en el que se comprometía, en el caso de ganar estos comicios, a anticipar las siguientes elecciones anticipadas para designar a su sustituto--, ha endurecido esta semana su discurso al emitir este jueves su primera advertencia a los manifestantes para que dejaran de desestabilizar el país.

Desde el hospital de Ginebra, Buteflika llamó por carta a mantener "la vigilancia y la prudencia ante una eventual infiltración de esta expresión pacífica por alguna parte insidiosa, interna o externa, que podría (...) provocar el caos con todo lo que ello pueda acarrear de crisis y desgracias".

En este sentido, el presidente recordó el "fuerte precio" que Argelia pagó por "su independencia y su libertad" y el "doloroso tributo" que hicieron los argelinos para "preservar la unidad" tras "una tragedia nacional sangrienta", en referencia a la guerra civil.

Mientras, siete miembros del Comité Central del Frente de Liberación Nacional (FLN), la formación gubernamental argelina, han presentado su dimisión para sumarse a las manifestaciones en contra de la reelección de Buteflika, según ha informado Tout sur l'Algerie.

"Nos hemos reunido y lo hemos pensado mucho antes de decidir renunciar al partido", ha afirmado el exsenador argelino Nordine Yafer. "Al no haber un cambio en el horizonte, a pesar de los muchos llamamientos de la dirección del FLN para silenciar nuestras preocupaciones y las del pueblo, la situación les ha llevado a dimitir y a ponernos del lado del pueblo", ha explicado.

"Estamos en contra del quinto mandato e incluso hemos estado en varias de las manifestaciones antes de presentar nuestra renuncia", ha indicado el también exmiembro del FLN. Yafer ha dicho que el "primer núcleo de dimisionarios" está integrado por "siete miembros del Comité Central del FLN que son exdiputados y exsenadores".

Abdelaziz Bouteflika desde hace dos semanas se encuentra ingresado en un hospital de Suiza. El último parte médico que ha trascendido da cuenta de que su estado es "muy grave".
 
Como en los viernes precedentes, riadas de personas, en su mayoría jóvenes estudiantes, salieron desde distintos puntos de la capital para converger en los tres centros principales de protesta, el palacio presidencial de Mouradia, la céntrica plaza del Primero de Mayo y la plaza de la Grand Post, epicentro de Argel.

En todos estos puntos se toparon con un amplio dispositivo policial, formado por antidisturbios, blindados y helicópteros que vigilaban las marchas e impidieron que se acercaran a los edificios emblemáticos del poder, especialmente protegidos.

Las protestas contra la decisión de Bouteflika de presentarse a la reelección por quinta vez consecutiva arrancaron el viernes 22 de febrero en Argel con la mayor marcha que se recuerda en la capital en la última década, convocada a través de la redes sociales.

El martes siguiente, miles de estudiantes universitarios y de secundaria de todo el país salieron igualmente para exigir la retirada de la candidatura del anciano y enfermo mandatario, elegido hace ya dos décadas.

Y el jueves, una veintena de periodistas fueron detenidos por la Policía -y liberados horas después- cuando protestaban en el centro de la capital contra "la represión del régimen a la libertad de prensa".

El viernes pasado, las protestas se multiplicaron y no solo desbordaron el centro de la capital, también otras ciudades del país como Orán, Bejaia, Annaba, Constantine o la remota Arar, el desierto sur del país. Protestas que también se han repetido este viernes con gran intensidad.

En la presidencia desde 1999, el mandatario, de 81 años, sufrió en 2013 un agudo "accidente cardiovascular" que ya le impidió hacer campaña para las presidenciales del año siguiente.

Desde entonces no habla en público, se mueve en una silla de ruedas empujada por su hermano Said y sus apariciones públicas son inusuales, reducidas a las imágenes grabadas por la cadena estatal con motivo del consejo de ministro o de visitas de altos dignatarios extranjeros.

Hace un lustro que no viaja al extranjero y en los dos últimos años ha cancelado en el último momento por "recaídas de salud" reuniones ya confirmadas con altos responsables como la cancillera alemana, Angela Merkel, o el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamad bin Salmán.
A las protestas se han unido la organización de intelectuales "Mutawana" (ciudadanía) y el Movimiento Social por la Paz (MSP), principal grupo islamista autorizado en Argelia, que considera el quinto mandato lesivo para el país.

Bouteflika fue trasladado el pasado 24 de febrero a Suiza para someterse a lo que el régimen califica de "exámenes médicos de rutina" y desde entonces no ha regresado al país, lo que ha multiplicado los rumores sobre el grado de gravedad de su enfermedad.

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