CARACAS.- Durante
semanas, el presidente del Banco Central de Venezuela, Calixto Ortega,
estuvo desaparecido. Su personal no lo había visto, no tenían idea de
dónde estaba e incluso habían empezado a preguntarse si tal vez abandonó
su cargo o huyó del país.
Lo
cierto es que Ortega viajó a Turquía, China y Rusia para reunirse con
funcionarios y discutir temas financieros y bancarios, pero no le contó a
la mayoría de sus asesores, según cuatro personas con conocimiento
directo de la situación. Todavía no ha regresado al trabajo y los
papeles se acumulan en su escritorio, detalló una de las personas.
El
incidente retrata el desorden dentro del gobierno venezolano en
momentos en que el régimen de Nicolás Maduro se desplaza alrededor del
mundo para encontrar formas de eludir sanciones financieras y petroleras impuestas por Estados Unidos.
Miembros de su círculo íntimo se contactan con los aliados restantes
del país, la mayoría de ellos considerados autoritarios y en desacuerdo
con EE.UU.
Mientras el ataque de la oposición, liderado por Juan Guaidó,
ha perdido fuerza en las últimas semanas, el gobierno de Maduro
necesita más fondos y formas de acceder al dinero en el extranjero si
puede permanecer en el cargo.
Por
ahora, Maduro no ha anunciado planes de realizar una gira internacional
y dada la delicada situación en el país, donde la oposición pide
abiertamente a los militares que se vuelvan contra él, puede decidir
quedarse indefinidamente.
Aquello contrasta con Guaidó, presidente de la
Asamblea Nacional, que ha visitado cinco países sudamericanos,
incluidos Colombia y Argentina. Se comprometió a regresar a Venezuela el
lunes, pese al riesgo de ser encarcelado.
Mientras
tanto, los asesores de Maduro salen de viaje. Su vicepresidenta, Delcy
Rodríguez, otra miembro del círculo interno junto con su hermano Jorge,
ministro para la Comunicación y la Información, está en Rusia desde el
viernes.
Mientras ella se reunió con el ministro de Relaciones
Exteriores, Sergei Lavrov, y se le garantizó apoyo y cooperación, un
portavoz del Kremlin dejó en claro que no hay conversaciones de alto
nivel sobre nuevo financiamiento.
Frente al riesgo de incautación de
activos a nivel mundial, Rodríguez informó que una oficina de la
petrolera estatal que actualmente se encuentra en Lisboa se trasladará a
Moscú. Rodríguez publicó el domingo un video con el presidente del
Senado ruso.
Otro
cercano que ha acumulado millas recientemente es Manuel Quevedo,
exgeneral que es actualmente el zar petrolero de Maduro y encabeza la
OPEP en este momento. Apareció en India poco después de que se
anunciaran sanciones petroleras en enero. La semana pasada estuvo en
Riad y también se dirigiría a Rusia.
El
canciller Jorge Arreaza, quien fue yerno del fallecido expresidente
Hugo Chávez, estuvo en Ginebra la semana pasada tratando de defender la
legitimidad del gobierno ante Naciones Unidas. Cuando comenzó a hablar
en un evento de la comisión de derechos humanos docenas de diplomáticos
abandonaron la sala en protesta.
Entonces,
¿qué logrará llevar a casa el círculo interno luego de los viajes
alrededor del mundo para reunirse con aliados? Más allá de algún apoyo
político, eso no está tan claro.
China
ha sido durante años reticente a la hora de desembolsar dinero fresco
en Venezuela después de entregar más de 60.000 millones de dólares que aún se
están devolviendo a través de despachos de petróleo.
Rusia todavía está
esperando que Venezuela le pague por los préstamos que le otorgó para
adquirir equipamiento militar. PDVSA envía crudo a Rosneft por
desembolsos anteriores. Turquía ha sido punto de entrada de parte del
oro venezolano en los últimos años, pero nunca ha sido una fuente
importante de financiamiento para el país sudamericano.
Una
obsesión en este momento, según dos fuentes cercanas, es diseñar una
ruta bancaria mundial que permita a Venezuela acceder a fondos en el
extranjero, pagar a proveedores y recibir pagos por transacciones
energéticas.
Venezuela posee un banco de desarrollo en Uruguay que ha
registrado más actividad recientemente, según el Banco Central local.
También posee un 50 por ciento del banco ruso Evrofinance Mosnarbank.
A
Ortega lo acompañaron el ministro de Economía y Finanzas, Simón Zerpa, y
el titular de Industrias y Producción Nacional, Tareck El Aissami. Los
tres están entre las pocas personas que realmente saben cuánto dinero
queda y hacia dónde se transfiere.
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