BRUSELAS.- Los ministros de Economía y Finanzas
de la eurozona, el Eurogrupo, retomarán mañana su debate sobre el futuro
presupuesto para el área de la moneda única y abordarán la supervisión
de las reformas en Grecia tras el fin del rescate, de lo que depende que
Atenas reciba otros 970 millones de euros.
En esta
ocasión, el Eurogrupo se centrará en cómo gastar la dotación del futuro
instrumento presupuestario, cuyo volumen aún está por determinar, y
contará para el debate con la propuesta conjunta presentada por Francia y
Alemania en febrero.
Según lo pactado en diciembre por los jefes de Estado y
de Gobierno de la eurozona, este instrumento debería enmarcarse en el
presupuesto plurianual de toda la Unión Europea (UE) y servir para
mejorar la competitividad y convergencia entre los países del euro, pero
no podría utilizarse para estabilizar la economía de Estados
individuales que atraviesen crisis.
La propuesta
franco-alemana aboga por que se utilice para financiar tanto reformas
estructurales como inversiones públicas y privadas, algo que a juicio de
París y Berlín contribuiría a estabilizar la economía al mantener los
niveles de inversión.
España, por su parte, se opone a
que este instrumento se utilice solo para financiar reformas, algo que
ya hacen otras herramientas del presupuesto comunitario, y aboga por que
sirva para financiar gastos públicos destinados a potenciar el
crecimiento, ya sean asociados a reformas o inversiones, y tenga un
componente estabilizador.
En el lado contrario, países
como Holanda o los nórdicos mantienen sus reticencias sobre el
instrumento y se oponen a que tenga una función estabilizadora, pese a
que también las instituciones europeas lo consideran esencial.
En todo caso, no habrá decisiones concretas hasta junio.
Por
otro lado, la Comisión Europea (CE) presentará a los ministros los
resultados de su segunda misión de supervisión reforzada en Grecia,
efectuada en febrero dentro del sistema de vigilancia trimestral que se
estableció tras el rescate para garantizar que completa las medidas
acordadas en del mismo y no da marcha atrás a las reformas.
De
estas conclusiones depende que Atenas reciba un desembolso de 970
millones de euros procedentes de los intereses de ciertos bonos helenos
que están en manos de bancos centrales.
Al cerrar el
rescate, en junio de 2018, el Eurogrupo acordó entregar estos réditos a
Grecia de forma semestral si las instituciones confirmaban que había
respetado sus compromisos, como incentivo para mantener las reformas.
Sin
embargo, varias fuentes europeas apuntan que el Eurogrupo
previsiblemente retrasará la decisión sobe el desembolso a su reunión de
abril, ya que la Comisión afirma en su informe que, pese a haber
realizado considerables progresos, Grecia aún debe completar tres de las
dieciséis reformas que se le requerían hasta finales de 2018.
Se
trata de cerrar el nuevo marco de protección contra los desahucios de
propietarios de viviendas de uso habitual y la privatización de las
centrales de lignito de la compañía pública de electricidad (PPC), así
como de avanzar en la dotación de personal para la nueva Autoridad
Independiente de Recaudación Pública.
En las últimas
reuniones, Grecia ha insistido en que continúa trabajando para completar
las acciones pendientes y entre los socios la sensación es que, si bien
hay que hacer una evaluación seria de los compromisos, ha habido
progresos muy significativos y se podría retrasar la decisión a abril
para dar tiempo a Atenas.
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