martes, 26 de marzo de 2019

El Parlamento británico vota este miércoles alternativas de los diputados al Brexit de May

LONDRES.- El Parlamento británico debatirá este miércoles si cambia de forma oficial la fecha de salida de la Unión Europea (UE) más allá del límite que se fijó para el próximo viernes, 29 de marzo. 

El problema es que Westminster ha rechazado por dos veces el acuerdo al que llegó la primera ministra, Theresa May, con la UE. En vista de la incertidumbre que ese rechazo ha provocado y del riesgo de un Brexit duro o ‘por las bravas’ que ha ido cobrando verosimilitud, Bruselas se ha mostrado abierta a conceder una extensión del plazo, pero también en ese caso es indispensable saber qué es lo que terminará aplicándose.
Y lo único que hay ahora mismo sobre la mesa es el denostado pacto negociado por May, el que contiene el ‘backstop’ o salvaguarda irlandesa que prevé que Reino Unido siga en la unión aduanera durante el periodo transitorio. 
Con esta medida se trata de evitar nuevos controles aduaneros en la fronteras entre las dos Irlandas que conviertan en papel mojado los acuerdos de Viernes Santo, pero los euroescépticos creen que se trata de una trampa que les retendrá indefinidamente y les impedirá negociar tratados comerciales con naciones terceras.
Hay varias opciones pero destacan dos según el orden de probabilidades. La primera es que el Parlamento de Westiminster apruebe el plan de May en una tercera votación –el presidente de la Cámara, John Bercow, descartó que se pudiera producir a menos que el texto sufriera alguna alteración- lo que daría al Reino Unido tiempo hasta el 22 de mayo para llevar a cabo los ajustes legislativos que le permitan aplicar lo pactado. 
La segunda opción es que el plan sea de nuevo rechazado, en cuyo caso Bruselas ha impuesto el 12 de abril como fecha de salida. 
En ese caso, estaríamos ante el Brexit sin acuerdo que convertiría al Reino Unido en un tercer país, sometido a las reglas generales de la Organización Mundial del Comercio, con todo el perjuicio económico que ello acarrearía para los británicos y para los países con los que tienen y seguirán teniendo relaciones por mucho que se sitúen fuera del club comunitario.
Lo que no quiere la UE es tener que renegociar un acuerdo que se ha fraguado durante dos años y en el que no ve que sea factible rebajar ninguna de las exigencias que se le plantean al Reino Unido. En este contexto, ha irrumpido una nueva propuesta del norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP), socio de May, que se abre a un retraso del Brexit de un año. Así lo plantea el portavoz unionista para este asunto, Sammy Wilson, en una carta publicada este martes por el diario “The Telegraph”, en la que advierte a la “premier” y a las “hordas” de parlamentarios partidarias de permanecer en el bloque comunitario de que su partido no se “dejará intimidar” para aceptar un “pacto de salida tóxico”.
Sus comentarios aparecen después de que líderes del ala euroescéptica tory hayan dejado entrever que también podrían cambiar su posición, alineada hasta ahora con el DUP, para respaldar el plan de salida que May pactó con Bruselas el pasado noviembre, a fin de evitar una parálisis indefinida de este divorcio. 
Unionistas y eurófobos del Grupo de Investigación Europea (ERG), formado por diputados conservadores, son los que han rechazado ese texto en las dos votaciones celebradas en Westminster por la inclusión del ‘backstop’. 
Esa alianza, sin embargo, podría ahora tambalearse por el cambio de rumbo del ERG, al que, de momento, no quiere seguir el DUP, cuyos diez parlamentarios en la Cámara de los Comunes permiten a May gobernar en minoría.
La propuesta de Wilson no contempla en absoluto la improbable renegociación con Bruselas. Se basa en la idea de retrasar el Brexit sin acuerdo para que el país esté mejor preparado: “Incluso si nos viésemos forzados a aceptar una extensión de un año, al menos podríamos pronunciarnos sobre las cosas que nos afecten durante ese tiempo y podríamos decidir salir unilateralmente al final de ese periodo simplemente al no pedir una nueva extensión”. 
En opinión del dirigente unionista, esa “estrategia” es mejor que “aceptar voluntariamente” el “ingreso en la prisión del acuerdo del salida”, donde la “llave de la puerta de la celda” está en manos, dijo, del negociador jefe de la UE, el francés Michel Barnier.
May mantiene contactos con su partido y con el DUP para buscar apoyos de cara a una posible tercera votación, pero, de momento, ha reconocido que no tiene garantías suficientes para ganarla, por lo que dicha opción está en el aire. Por el momento, la ley británica todavía refleja el 29 de marzo como la fecha en que la legislación de la UE dejará de aplicarse en suelo británico. 
La líder del Partido Conservador en los Comunes, Andrea Leadsom, ha anunciado que, como último punto en el orden del día de este miércoles, el Gobierno presentará el instrumento legal para modificar esa fecha en la ley del Brexit. La primera ministra ha advertido de que la prórroga concedida por Bruselas ya está reflejada en la legislación internacional. 
Si el Parlamento no aprobara el cambio “se produciría una confusión legal y una incertidumbre dañina, pero no tendría ningún efecto sobre la fecha de nuestra partida” de la UE, recalcó la jefa de Gobierno.
El orden del día de la nueva sesión en la Cámara de los Comunes está condicionado por una enmienda aprobada el lunes por la noche que otorga a los diputados el control de la agenda parlamentaria de la jornada. 
Está previsto que se utilice ese instrumento para convocar una votación sobre planes alternativos al acuerdo que defiende May y que son, básicamente: un segundo referéndum, una salida no negociada de la Unión Europea (UE), renegociar una relación más cercana con el mercado único comunitario o bien cancelar el Brexit.
El presidente de la Cámara Baja, John Bercow, decidirá a partir de las 15.00 GMT del miércoles cuáles de esas propuestas se inscriben en una papeleta en la que los parlamentarios deberán marcar con un “sí” o un “no” cada una de las opciones. En torno a las 19.00 GMT comenzará la votación, que no será vinculante para el Gobierno y cuyos resultados se anunciarán unas dos horas después.
 Cada diputado podrá seleccionar tantas propuestas como quiera, por lo que las conclusiones que anuncie Bercow podrían no ser concluyentes. Algunos analistas avisan, no obstante, de que los diputados pueden intentar la próxima semana forzar la votación de una ley que sí obligue al Gobierno a cumplir con la opción de Brexit que cuente con una mayoría en la cámara. 
“Si queremos salir de esta crisis, porque este país atraviesa una crisis real, el Gobierno debe mostrar voluntad de llegar a compromisos”, ha dicho el laborista Hilary Benn, uno de los parlamentarios que presentaron la enmienda que ha aumentado su control sobre la hoja de ruta de May.

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