LONDRES.- El Gobierno del Reino Unido rebajó
este miércoles del 1,6 al 1,2 % su previsión de crecimiento económico en
2019, a la espera de que el Parlamento decida si secunda un "brexit"
duro o prefiere prorrogar la salida de la Unión Europea (UE) más allá
del 29 de marzo.
El ministro de Economía, Philip
Hammond, presentó en la Cámara de los Comunes la llamada Declaración de
Primavera, en la que revisó la evolución de la economía y las finanzas
nacionales desde la presentación del último presupuesto del Estado, el
pasado octubre.
En su intervención, instó a los diputados a rechazar un
"brexit" no negociado en la votación prevista para esta noche, y alertó
de que no habría "soluciones rápidas" para minimizar el impacto
económico de una retirada abrupta.
En cambio, si
finalmente el Reino Unido sale de la UE con un acuerdo, podrían
destinarse unos 26.600 millones de libras (31.000 millones de euros) a
inversiones públicas para impulsar la actividad económica y revertir
algunos de los recortes hechos en el pasado, indicó.
Hammond,
del sector proeuropeo del Ejecutivo conservador, admitió que el rechazo
anoche, por segunda vez, del tratado propuesto por la primera ministra,
Theresa May, erige "una nube de incertidumbre sobre la economía", que
la Cámara debe disipar.
Urgió a los diputados a "dejar
de lado las diferencias y hallar una solución de compromiso", lo que
pasa por solicitar a la UE que retrase la fecha de retirada del bloque
-mediante la extensión del artículo 50 del Tratado de Lisboa-, algo que
los Comunes valorarán en otra votación el jueves.
Aún
en un escenario con pacto, la economía británica crecería este año sólo
el 1,2 % -frente al 1,6 % pronosticado en octubre-, su ritmo más bajo
desde la crisis crediticia de 2009, según los últimos cálculos de la
Oficina de responsabilidad presupuestaria (OBR, en inglés), que
supervisa las finanzas públicas.
En base a estos
datos, el producto interior bruto (PIB) nacional crecerá un 1,4 % en
2020, lo mismo que lo pronosticado anteriormente, y un 1,6 % en los tres
años siguientes.
El déficit presupuestario se
reducirá este año hasta el equivalente a un 1,1 % del PIB, más de lo
estimado con anterioridad, mientras que la deuda neta acumulada caerá a
un 82,2 % del PIB en 2020 y bajará en los años siguientes hasta llegar
al 73 % en 2023-24.
Hammond avanzó que, si finalmente
el país sale de la UE con acuerdo, publicará antes del verano un plan
económico a tres años que incluirá el mencionado incremento del gasto
público, para "dejar atrás la austeridad" aplicada por su Gobierno desde
2010.
Las previsiones económicas también tendrían que
revisarse en caso de un "brexit" duro, el cual, avisó, causaría "una
reducción a corto y medio plazo de la capacidad productiva de la
economía", con un menor crecimiento, más desempleo y un aumento de los
precios.
La Declaración de Primavera del ministro,
que, como se esperaba, no incluyó grandes novedades fiscales, quedó en
segundo plano ante la evolución de los acontecimientos relativos al
"brexit", con las dos votaciones clave previstas en las próximas horas.
Ante
la mayor probabilidad de una salida no pactada, el Ministerio de
Comercio Internacional dio a conocer también hoy la que sería su
política arancelaria en ese escenario, cuando eximiría de aranceles a un
87 % del valor de las importaciones (frente al 80 % actual), sobre todo
de fuera de la UE.
El plan, que ha sido muy criticado
por el sector empresarial, supone que un 82 % del valor de las
importaciones del bloque europeo estarían exentas de tarifas, del 100 %
actual, y lo mismo para un 92 % de las extracomunitarias, frente a un 56
% en la actualidad.
Esto podría afectar a sectores claves de la economía española, como la cerámica, el motor o el agroalimentario.
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