MADRID.- La Policía Nacional ha duplicado sus aprehensiones de
cocaína con un récord histórico en 2018 de unos 35.000 kilos
intervenidos. Es el resultado de no haber bajado la guardia para que
España haya pasado de ser la puerta de entrada de esta droga en Europa a
un "muro de contención".
En un somero cálculo, esa
droga hubiera alcanzado en el mercado un valor de 2.100 millones de
euros si se tiene en cuenta que la venta al consumidor se mantiene en 60
euros el gramo.
El jefe de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional,
el comisario Antonio Martínez Duarte, los resultados de 2018, que
suponen un incremento del 133 por ciento respecto a los 15.000 kilos
intervenidos en 2017, son fruto de una labor policial reconocida
internacionalmente.
"El país que se relaje en la lucha contra el narcotráfico
puede tener problemas", como está pasando en otros europeos en la pelea
de los grupos criminales por el control de los puertos, explica el
comisario, con una amplia trayectoria profesional desplegada en Galicia.
Aunque
no ha aumentado el consumo, la producción se está disparando en los
países de origen -Bolivia, Colombia y Perú, sobre todo-.
En
este sentido, Martínez Duarte recuerda que ya el año pasado la ONU
alertó de una "epidemia" de cocaína, cuyo cultivo, medido en hectáreas,
se ha duplicado hasta llegar a las 240.000.
Siguen
siendo los puertos bananeros de Colombia los puntos principales de
salida de la cocaína, pero también en los de Argentina se han
interceptado partidas de hasta 3,5 toneladas que tenían como destino
Galicia, si bien el puerto brasileño de Santos está adquiriendo un
importante papel en el narcotráfico para el envío de droga a España,
Holanda y Bélgica, entre otros.
De hecho, según señala
el comisario, España era en 2017 el quinto país que recibía más droga
desde ese puerto y ahora se ha colocado en segundo lugar, por lo que las
autoridades españolas ya han alertado a las brasileñas de esa
circunstancia.
Y es que sin la cooperación
internacional, la lucha contra el delito más lucrativo en el mundo no
podría llegar a buen término. "Trabajamos diariamente con Colombia, con
Reino Unido, con la DEA... y nos está dando buenos resultados",
apostilla el mando policial.
España, añade el jefe de
la Brigada central, ha conseguido ser "una barrera de contención" para
la entrada de la droga. Su continuo trabajo policial ha desviado a los
narcos a otros mercados, como el holandés, el belga o el británico, pero
también africanos, con Marruecos -especialmente un puerto de Tánger- y
Nigeria a la cabeza.
Un mayor consumo en África,
debido fundamentalmente a que en algunos de sus países ya hay más clase
media, ha atraído a las organizaciones criminales y el continente ha
pasado de ser almacén de droga a un mercado en sí mismo.
Los
narcos la venden allí más barata -en torno a 22.000 euros el kilo
frente a los 30.000 en Europa-, pero aún así sigue siendo muy rentable
para las mafias, que la compran a 3.000 euros.
Aunque
España es un país de tránsito de la cocaína, aquí se queda la comisión,
es decir, el porcentaje -suele oscilar entre el 17 y el 25 %- de droga
que perciben los grupos encargados de la logística, los
"narcotransportistas".
De todos modos, subraya el
comisario, ya se ha asentado en España organizaciones con capacidad
económica suficiente para invertir en mercancía y distribuirla sin
intermediarios. Redes albanesas, búlgaras y marroquíes se están haciendo
con el control.
"El español juega un papel de
transportista, de intermediario, de conseguidor" y pone su logística al
servicio del "mejor postor"; hasta el punto, dice el mando policial, de
que los narcos gallegos están ofreciendo a sus lancheros a las
organizaciones del sur para el transporte de hachís a Libia.
No
obstante, aún quedan grupos gallegos que controlan la entrada de la
droga, que tienen capacidad para comprar mercancía y que han incorporado
a su actividad delictiva el blanqueo de capitales. Al menos dos grandes
organizaciones perviven en Galicia tras el último golpe a la de Sito
Miñanco.
El comisario reconoce el poco reproche penal
al narcotráfico. Incluso, existe poca diferencia entre las penas que se
imponen a los capos y las de los "machacas". En cualquier caso, muchos
de los detenidos por la Policía ya lo habían sido antes o habían pasado
algún tiempo en la cárcel.
La Policía Nacional, con su
comisario general de Policía Judicial a la cabeza, Eloy Quirós,
mantiene la lucha contra el narcotráfico como una de sus prioridades,
indica Martínez Duarte, orgulloso de que en la última reunión celebrada
en Colombia con la participación de 20 países se pusiera a España como
ejemplo en este campo.
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