TRÍPOLI.- El mariscal Jalifa Hafter, líder del
gobierno en el este de Libia, anunció hoy que ha logrado el control
definitivo de la estratégica región del sur, lo que lo convierte en el
hombre más poderoso del país.
"Nuestras fuerzas han
llegado a la frontera sur con Argelia y entrado en ciudades como Ghat y
Awaynat", explicó a la prensa local el coronel Ahmad al Mismari, el
portavoz del Ejército Nacional libio, la milicia bajo el mando del
mariscal.
La conquista en las ciudades de Ghat y Awaynat se suma a
la entrada días atrás en otras localidades esenciales para el dominio
del sur de Libia, como Ubari, Sebha y Marzouk, escenario de las batallas
más sangrientas de una operación militar que arrancó a principios de
año.
Además del dominio de las ciudades fronterizas,
las fuerzas de Hafter han conseguido en el último mes el control de los
yacimientos de petróleo de Al Sharara y Al Fil, los dos más importantes
del suroeste de Libia.
Ambos campos, explotados por
las multinacionales española Repsol e italiana ENI, no solo le
garantizan el dominio de toda la industria petrolera sino que asimismo
le dan la llave para la toma de Trípoli, ya que son esenciales para la
supervivencia energética y económica de la capital.
Con la conquista del sur, territorio dominado por señores de la guerra,
líderes tribales, capos del contrabando de armas, personas y
combustibles y milicias extranjeras, Hafter logra, igualmente, una
victoria política sobre el Gobierno rival sostenido por la ONU en
Trípoli, ahora sin apenas influencia territorial.
El
mariscal se reunió la semana pasada en Emiratos Árabes Unidos con el
primer ministro del Gobierno apoyado por la ONU, Fayez al Serraj, en un
encuentro en el que ambos acordaron seguir adelante con el plan de
reconciliación nacional que incluye la celebración de elecciones
legislativas y presidenciales.
"Estuvieron de acuerdo
en la necesidad de poner fin a los pasos intermedios convocando
elecciones generales, y también se mostraron de acuerdo en las vías para
mantener la estabilidad en el país y unificar las instituciones",
subrayó la ONU en un comunicado, sin ofrecer otro tipo de detalles.
Fuentes próximas al encuentro dijeron que Hafter y Al Serraj
volvieron a discrepar, sin embargo, sobre la forma en la que debe
progresar ese proceso, ya que el mariscal insiste en oponerse a la
celebración de una conferencia nacional para decidir el tipo de
consulta.
El plan para la convocatoria de elecciones
fue presentado por la ONU en 2017 y en un principio se topó con la
negativa del mariscal, un exmiembro de la cúpula gadafista que fue
reclutado años después por la CIA y trasladado a Estados Unidos, donde
se convirtió en uno de los principales opositores libios en el exilio.
Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde
que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los
distintos grupos rebeldes sobre la larga tiranía de Muamar al Gadafi.
Desde 2015 tiene dos focos de poder, uno sostenido por la ONU en
Trípoli que apenas controla la capital y unos pocos núcleos urbanos, y
otro en la ciudad oriental de Tobruk, tutelado por Hafter.
No hay comentarios:
Publicar un comentario