ROMA.- El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, confirmó este viernes
tras reunirse con los dos socios en el Gobierno, Luigi di Maio y Matteo
Salvini, que se firmará el memorándum para la llamada "Nueva Ruta de la
Seda", el proyecto estrella de inversiones que ha lanzado China.
"Claro
que se firma el memorando, que es un acuerdo cuadro no vinculante, no
es un acuerdo internacional, y además habría sido también un poco
excéntrico no participar en este proyecto", explicó Conte alejando así
las divisiones que parecía había entre los dos socios gubernamentales.
El
antisistema Movimiento 5 Estrellas de Di Maio apoya un proyecto de
infraestructuras porque considera que potenciará el comercio y
beneficiará a las empresas transalpinas, y ve en él la oportunidad de
atraer capital chino a un país que se encuentra en estos momentos en
recesión.
Mientras que el líder de la Liga, Salvini, se había
mostrado más reticente a una firma y había pedido algunas modificaciones
y había pedido "prudencia" en cuestiones como "la seguridad y la
soberanidad nacional".
"Ialia es un puerto natural, histórico y
ahora se le ofrece una gran oportunidad para reequilibrar la balanza
comercial con China. Queremos fortalecer nuestra exportación. Además, de
vez en cuando se enriquecerá con la firma de acuerdos individuales que
deberán evaluarse uno por uno", agregó Conte.
Algunos medios
italianos avanzan que este acuerdo podría ya firmarse en ocasión de la
visita a este país del presidente chino, Xi Jinping, al país previsto
del 22 y el 24 de marzo.
Uno de los puntos más controvertidos en
este memorando, del que no se conocen los detalles, serían el relativo a
las telecomunicaciones y en detalle a la puesta en marcha de la red 5G,
después de que Estados Unidos haya advertido de la posibilidad que las
compañías chinas compartan información clave con el gobierno de Pekín.
Al
respecto, Conte aseguró que se "está hablando con todas las compañías",
pero que tomarán medidas para "defender los intereses nacionales".
Si
Italia firmara este memorando, se convertiría en el primer país del
Grupo de los Siete más industrializados del mundo -EEUU, Italia,
Francia, Alemania, el Reino Unido, Japón y Canadá- en respaldar
formalmente este plan, que se conoce en inglés como "Belt and Road
Initiative" (BRI).
El plan BRI de China pretende financiar y
construir infraestructuras en más de 80 países, con el objetivo de
conectar Pekín con sus vecinos asiáticos y el resto de continentes.
Sin
embargo, el plan ha suscitado las reservas de Estados Unidos y de
algunos miembros de la Unión Europea, que temen que sea una estrategia
que beneficie solo a las empresas chinas.
Entre los partidarios
en la UE se encuentra Portugal, mientras que otros países, como Alemania
o Francia, ven la iniciativa con recelo.
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