PARÍS.- Las reglas europeas de reducción de
emisiones de coches que se han impuesto al sector son una amenaza para
las empresas y ponen en riesgo a los 13 millones de personas que
trabajan en este negocio, según el presidente de la Asociación Europea
de Fabricantes de Automóviles (ACEA), Carlos Tavares.
En
una entrevista publicada este lunes por "Le Figaro", Tavares, consejero
delegado del grupo francés PSA, carga contra las decisiones de la
Comisión Europea y del Parlamento Europeo, que obligarán a reducir en un
40 % las emisiones contaminantes para 2030, y advierte de las
consecuencias.
Insiste en que los constructores lo han recibido como
"una amenaza que pide una reacción darwiniana" y así desde hace dos
meses han anunciado la supresión de más de 20.000 empleos.
"La
corrección de la trayectoria de la industria ha tenido un éxito
perfecto", ironiza, antes de añadir: "¿Queremos ir más lejos todavía?
¡Muy bien! Las empresas se adaptarán. Pero eso pone en riesgo a los 13
millones de personas que trabajan en nuestra industria y desestabilizará
muy seguramente nuestras empresas europeas".
El
máximo representante del sector en Europa se queja de "la violencia con V
mayúscula que se ha impuesto a los fabricantes automovilísticos", pese a
la cual asegura que cumplirán los objetivos de reducción del 40 %.
"La
violencia de ese dictado envía un mensaje de supervivencia, puesto que
la alternativa son multas que podrían poner a algunos fabricantes de
rodillas", indica.
Pero apostilla que los efectos de
esas decisiones afectarán también al exterior de las propias empresas
del sector, "a toda la sociedad", y se pregunta cómo gestionarán los
responsables políticos esos efectos.
Para Tavares, el
pronunciamiento de la Eurocámara que formalizó el objetivo de recorte de
emisiones "es un voto contra la industria europea" y "una revancha" que
conduce a "un callejón sin salida y será muy doloroso".
"Los
ciudadanos -explica- desconfían de los políticos, los políticos
desconfían de las empresas, las empresas desconfían de los políticos...
Esta desconfianza de todos es el fundamento de la decadencia de Europa. Y
mientras tanto, las otras regiones avanzan".
Sin
negar que la electrificación sea la solución para el sector del
automóvil, puntualiza que para llevarla a cabo hace falta "una visión de
360 grados" y "un pilotaje estratégico" que tenga en cuenta las
diferentes consecuencias.
Como la producción de la
energía que utilizarán los vehículos, el reajuste de la red eléctrica,
las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que se generarán en la
producción y el reciclaje de las baterías, la extracción de las tierras
raras que se utilizan como materia prima o los 414.000 millones de euros
que se recaudan actualmente en impuestos sobre los carburantes.
Sobre
la cuestión de las baterías, Tavares duda del futuro de la iniciativa
franco-alemana para crear un sector industrial europeo y dejar de
depender de los actuales proveedores asiáticos.
Lo
justifica porque "grandes actores como Bosch" la han examinado y
consideran que no es rentable. A su juicio, ese proyecto sólo puede
salir adelante si se considera "altamente estratégico" y no está
sometido a las reglas de las ayudas públicas.
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