LONDRES.- El Reino Unido no impondrá aranceles
sobre la mayoría de las importaciones y no los aplicará sobre los
productos irlandeses que entren en la provincia de Irlanda del Norte si
el país sale finalmente de la Unión Europea (UE) sin acuerdo. El plan de Londres pretende eludir la amenaza de una 'frontera dura' con
Irlanda al garantizar que no se impondrán controles adicionales sobre
los bienes que atraviesen la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte.
El
Gobierno británico divulgó este miércoles las medidas que adoptará país
si el Parlamento de Westminster (Londres) decide esta noche en una
votación que el Reino Unido se retirará de la Unión Europea (UE) este 29
de marzo sin ningún tipo de pacto.
La Cámara de los Comunes votará después de las 19.00 GMT
sobre esta opción después de que los diputados rechazasen anoche por
segunda vez el acuerdo del "brexit" negociado durante casi dos años
entre el Gobierno de Theresa May y el bloque europeo.
Ante
la incertidumbre sobre la manera en que se concretará el "divorcio"
británico, el Gobierno dio a conocer estas nuevas medidas temporales,
que implican, según indicó el Ejecutivo, una "modesta liberalización"
del régimen de tarifas ya que el 87% de las importaciones no estarán
sometidas a aranceles.
El nuevo sistema, que se implementaría durante 12 meses,
mientras el Gobierno británico elabora una nueva estrategia, sería
aplicable al 82% de los productos de la Unión Europea, frente al 100%
que actualmente no paga aranceles, pero elevaría a más del 90% las
importaciones de otros mercados libres de tasas, cuando en la actualidad
son el 56%.
En caso de una retirada de la UE sin acuerdo, el Reino
Unido se vería expuesto a un potencial impacto de 9.000 millones de
libras (casi 10.500 millones de euros) por la subida de precios de las
importaciones de alimentos, según cálculos de la firma de análisis
Retail Economics.
La medida correspondiente a
Irlanda del Norte responde a las circunstancias únicas de ese
territorio, cuya frontera abierta con la República de Irlanda ha sido
vital para mantener el proceso de paz en la provincia británica.
"Estos
son los únicos pasos que el Gobierno del Reino Unido puede tomar de
manera unilateral para cumplir con nuestro total compromiso de evitar
una frontera dura en caso de que no haya acuerdo", señaló el Gobierno en
una nota al dar a conocer las medidas.
Los "arreglos
especiales" pensados para Irlanda del Norte no se aplicarán, según el
Gobierno, para los productos comunitarios que crucen la frontera desde
la República de Irlanda.
Aún no está claro qué medidas pueda adoptar el Gobierno de la República de Irlanda en su lado de la frontera.
Entre
el 13% de las importaciones que estarán sujetas a aranceles figuran la
carne de vacuno, de cordero, de ave y algunos productos lácteos, ya que
su objetivo es proteger a los agricultores y productores del Reino Unido
de importaciones baratas.
En caso de que el Reino
Unido se marche de la UE sin texto, estas medidas se aplicarán durante
un periodo de 12 meses mientras se revisa y se deciden los pasos a
seguir en materia aduanera.
"Nuestra prioridad es garantizar un acuerdo con la UE que
permita evitar perturbaciones de nuestras relaciones comerciales
globales", indicó el ministro británico de Comercio, George Hollingbery.
"No obstante, debemos estar preparados ante cualquier eventualidad",
añadió.
En este sentido, el responsable de Comercio
del Gobierno británico defendió que el plan contribuirá a evitar subidas
abruptas de los precios, que afectarían especialmente a los hogares con
menos recursos, mientras protege al empleo en Reino Unido.
"Nuestra prioridad es
asegurar un acuerdo con la UE puesto que esto evitará una alteración de
nuestras relaciones comerciales globales. No obstante, debemos
prepararnos para todas las eventualidades", señaló Hollingbery.
"Si
nos marchamos sin pacto, vamos a situar la mayoría de nuestros aranceles
a la importación a cero, mientras mantenemos tarifas sobre las
industrias más sensibles", agregó Hollingbery.
Estas
medidas ayudarán a proteger los puestos de trabajo británicos y evitar
posibles subidas de los precios, algo que puede perjudicar a los hogares
con los ingresos más bajos, añadió.
Tras conocerse
este plan, la directora general de la Confederación de la Industria
Británica (CBI, en inglés), Carolyn Fairbairn, declaró a la cadena BBC
que estas medidas demuestran los problemas de un "brexit" sin acuerdo.
"Lo
que estamos escuchando es el mayor cambio en términos comerciales que
este país haya afrontado desde mediados del siglo XIX sin consultar con
la empresa y sin tiempo para prepararse. Esta no es la manera de dirigir
un país", añadió Fairbairn.
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