LONDRES.- El caos que sucedería a la salida de Reino Unido de la
Unión Europea sin un acuerdo consensuado ya cuenta con un plan de
contingencia, que ha sido revelado en un documento clasificado del
gabinete del Gobierno de Theresa May al que ha tenido acceso el periódico The Guardian.
En él se retrata la "fase crítica" de los tres meses posteriores al
Brexit, un período marcado por la saturación que provocaría dejar
colgando aspectos como la permanencia en la unión aduanera o la
salvaguarda.
"La estructura fallará rápidamente si un
número indeterminado de decisiones se elevasen a niveles más altos que
podrían haberse resuelto de manera interna", asegura el documento. En él
se traza la hoja de ruta que seguiría el Gobierno británico si se
enfrenta a una salida 'dura' y avisa de que los ministerios tendrán que
lidiar con los problemas surgidos de forma autónoma. Entre ellos, que
aumente el número de causales que recoge la Operación Yellowhammer
(martillo amarillo), el nombre con el que se hace referencia los planes
acordados para este escenario.
La dedicación a discutir la manera de hacer frente al
impacto que generaría abandonar la UE sin acuerdo se intensificaría: las
reuniones de representantes y funcionarios comenzarían cada día a las
siete de la mañana y el gabinete tendría que tener preparados informes
sobre la situación de varios ámbitos para discutirlos a lo largo del día
e incluso de la noche. Esta rutina podría prolongarse durante meses.
"Bajo
las asunciones sobre el plan se asume que las órdenes, el control y la
coordinación de las gestiones podrán durar, al menos durante la fase
crítica, un mínimo de 12 semanas y requerirá la participación de los
departamentos y las agencias afectadas durante las 24 horas del día",
asegura el informe.
"Algunos de los impactos podrán ser perceptibles
hasta 24 semanas después".
El informe también señala hasta una docena de áreas con
mayor índice de riesgo ante una retirada no acordada: fronteras,
transporte, importaciones, servicios sanitarios, industria energética,
alimentación, banca o seguridad nacional, entre otras.
Según reveló previamente esta semana la BBC,
entre las medidas de contención aparece la construcción de un búnker
debajo del Ministerio de Defensa (situado en la misma calle que el 10 de
Downing Street) para coordinar una posible respuesta militar ante el
Brexit.
Esta decisión aviva la creciente preocupación sobre las
perturbaciones que causaría este fenómeno: desde la falta de medicinas hasta la de productos como el papel higiénico.
La
primera ministra está al mando del subcomité dedicado a discutir las
decisiones más importantes en relación con cualquier crisis
desencadenada por las alteraciones en el flujo comercial con la UE. En
él se debaten este tipo de medidas de emergencia, incluida la de
movilizar al Ejército y "evitar las regulaciones que sean necesarias".
Algunos
condados ya han puesto en práctica un simulacro de un Brexit 'duro': en
la región sureste de Kent ya han llevado a cabo ensayos para estudiar
cómo afectaría a sus hospitales o a sus colegios el hecho de que no
llegaran los productos necesarios por que los camiones que los
transportan se quedaran atascados en las carreteras que llevan a los
puertos del país.
Aunque caótico, el escenario que
plantea el documento podría tener lugar según están las negociaciones
actuales.
El miércoles, Theresa May escribió pidió en una carta al
presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, el aplazamiento de la fecha
de salida de la UE, con la intención de llevar su acuerdo al Parlamento
una tercera vez, obtener el visto bueno de los parlamentarios y
efectuar la salida el 30 de junio.
La respuesta del organismo fue más restrictiva: si May consigue pasar el acuerdo, Reino Unido saldrá el 22 de mayo.
May
ya ha perdido dos votaciones para sacar adelante su acuerdo, pero los
parlamentarios también han votado en contra de salir sin uno, así como
una moción a favor de un segundo referéndum sobre el Brexit.
No hay comentarios:
Publicar un comentario