WASHINGTON.- Unos 200 nicaragüenses que huyeron de la represión del
presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se encuentran actualmente en
centros de detención de Estados Unidos, debido a que entraron de manera
irregular en el país, denunciaron activistas ante la CIDH.
"Hasta
el momento, tenemos más de 200 detenidos en centros de detención de
EE.UU.", dijo Anita Wells, de la Alianza de Derechos Humanos de Estados
Unidos para Nicaragua (NAHRA, en sus siglas en inglés), durante un
encuentro en Washington entre la prensa, la sociedad civil y miembros de
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La
nicaragüense Wells, quien adornó su atuendo con una flor y la bandera
azul y blanca de su país, y otra quincena de personas crearon hace un
mes la organización NAHRA para documentar los casos de nicaragüenses
detenidos al acceder irregularmente a Estados Unidos y que estaban
huyendo de la violencia que estalló el pasado abril en su país, cuando
comenzaron las protestas contra Ortega.
Si
demuestran que han escapado por razones políticas, esos nicaragüenses
podrían recibir asilo político de EE.UU., pero de momento están
tramitando sus peticiones desde los centros de detención que el Gobierno
estadounidense tiene para los inmigrantes que entran ilegalmente en su
territorio.
"Muchas
de las personas que están escapando de Nicaragua son campesinos,
estudiantes, familias que entran, las cuales no hablan una palabra de
inglés, no tienen el menor concepto del tema judicial de este país",
indicó Wells, poniendo rostro a los 200 nicaragüenses detenidos.
"Esas
personas -añadió la activista- están siendo victimizadas dos veces,
están escapando de la cárcel en Nicaragua, de torturas espantosas,
algunos de ellos tienen una bala en el pulmón, otros tienen una pierna
totalmente quebrada por las torturas y nos estamos enterando a través de
sus familiares".
El
Gobierno de EE.UU. no ha ofrecido cifras oficiales sobre el número de
nicaragüenses que han pedido asilo desde que estallaron las protestas
contra Ortega en abril.
Uno
de los mayores problemas se produce cuando las autoridades
estadounidenses deportan a los nicaragüenses a su país de origen y los
pone bajo la custodia del Ejecutivo de Ortega, que descubre que son
"disidentes políticos" y los encierra en la cárcel, explicó Wells.
La
activista puso como ejemplo a 90 personas que fueron deportadas a
Nicaragua la semana pasada, de las que doce acabaron en la cárcel El
Chipote, en Managua.
La
CIDH, que ha ejercido un papel muy relevante en la crisis nicaragüense,
ha dicho que evaluará la información que le entregue Wells y el resto
de activistas sobre el arresto de nicaragüenses en centros de Estados
Unidos.
En
concreto, Antonia Urrejola, relatora de Nicaragua en la CIDH, ha pedido
a los activistas que se reúnan con el Meseni (Mecanismo Especial de
Seguimiento para Nicaragua) para poder evaluar de qué casos se trata y
solicitar información a EE.UU., que tiene responsabilidad sobre los
centros de inmigrantes.
El
Meseni es un organismo creado por la CIDH para vigilar la situación en
Nicaragua. Al principio operó en el país, pero luego tuvo que
trasladarse a Washington porque el Gobierno de Ortega dio por concluida
su misión.
En
el pasado, la CIDH ha expresado preocupación por la situación en la que
viven los inmigrantes en los centros de detención de Estados Unidos,
muchos ubicados cerca de la frontera con México.
La
crisis que atraviesa Nicaragua desde el pasado abril ha dejado 325
muertos, según la Comisión, mientras que grupos locales humanitarios
elevan la cifra a 561 y Ortega reconoce 199.
La
violencia que se desató en Nicaragua provocó la salida de miles de sus
nacionales, de los que la mayoría puso destino a Costa Rica, país que ha
recibido a 50.000 personas desde el inicio de la crisis, de acuerdo a
organizaciones de derechos humanos.
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