BUENOS AIRES.- El Gobierno argentino no declarará el
cese de pagos de la deuda ni pondrá restricciones al acceso de dólares
para controlar el tipo de cambio, expresó este miércoles el jefe del
Gabinete de Ministros, Marcos Peña, durante una intervención en la
Cámara de Diputados.
"No vamos a ir por el lado de
los cepos, no creemos en los 'defaults' (suspensión de pagos), porque lo
que genera es la destrucción de credibilidad que hemos ido acumulando
como sociedad. Tenemos que honrar nuestras deudas", señaló Peña ante los
legisladores durante la habitual presentación mensual del informe sobre
la gestión del Gobierno.
Esta intervención se da en un delicado momento económico
del país, que está en recesión desde que hace casi un año comenzó a
devaluarse fuertemente el peso ante el dólar por la salida de capitales
de los mercados emergentes y por la fuerte sequía que afectó a la
producción agropecuaria.
Para hacer frente a los
problemas y acelerar las reformas encaminadas a reducir el alto déficit
fiscal, el Ejecutivo de Mauricio Macri firmó un plan de ayuda financiera
con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de más de 56.000 millones de
dólares.
Según remarcó Peña ante los diputados, el
Gobierno no confía en los "controles de cambios" para impedir la fuga de
capitales, "porque ese cepo lo que hace es destruir las exportaciones,
como ocurrió entre 2011 y 2015".
Durante el segundo
Gobierno de Cristina Fernández, se puso en marcha un complejo montaje de
restricciones para el acceso a divisas extranjeras que buscaba, sin
suerte, contener la fuga de divisas.
Al llegar a la Presidencia, en diciembre de 2015, Macri levantó ese sistema.
Desde la oposición, el diputado del kirchnerista Frente para la
Victoria Darío Martínez acusó a Peña de utilizar sus intervenciones como
un "show", llenándolo de "mentiras".
"El 14 de marzo
de 2018 dijo: 'este año no necesitaremos emitir deuda'. Dos meses
después estaba firmando un acuerdo con el FMI por más de 50.000
millones", reprochó Martínez, que criticó que hasta ahora se han emitido
títulos "por más de 190.000 millones", más la cifra del FMI.
"El próximo Gobierno (que salga de las elecciones de octubre) realmente
va a tener una pesada herencia, porque va a tener que hacer frente a
vencimientos del triple de lo que ustedes recibieron", aseveró.
Peña defendió el trabajo del Gobierno y reconoció que hay que corregir
los desequilibrios de la macroeconomía, pero para ello apostó por
"transformaciones integrales".
"En este siglo se han
probado muchas recetas para estos problemas crónicos estructurales,
mientras otros países, nuestros vecinos, probaban otros caminos con
mejores resultados", lamentó, tras hacer hincapié en que de los últimos
100 años, en 77 hubo déficit fiscal, y en los últimos 80 un promedio de
inflación del 62,6 %.
"Estamos entre los 10 países
del mundo que más veces incumplieron sus deudas. Ocho 'defaults',
incluyendo el triste récord del 'default' más grande de la historia de
la humanidad, en 2001", añadió, en referencia al año de la peor crisis
desatada en el país.
Para combatir los problemas
estructurales y huir de "soluciones que solamente maquillan", Peña
volvió a insistir en la necesidad de erradicar el déficit fiscal, y
valoró que el presupuesto nacional para este año apunte a lograr
equilibrio presupuestario.
"No hay posibilidad de un
mejor futuro para los argentinos si no trabajamos en mejorar la cultura
democrática y la calidad institucional en los tres niveles en los tres
poderes de la república", enfatizó, convencido de los avances que en
este tiempo ha habido en la libertad de prensa, de expresión, por unas
"cuentas públicas transparentes" o una justicia independiente.
"Estamos muy tranquilos. En cada uno de estos temas estamos mejor que en 2015", subrayó.
Asimismo, entre otras cosas, consideró que es "imposible mejorar la
realidad concreta de los bolsillos" de la gente "sin una actitud más
positiva de nuestro vinculo con el mundo", ya que sigue siendo una de
las economías "más cerradas del planeta".
"Una
Argentina cerrada es una Argentina empobrecida, y eso no quita que sea
un desafío después de muchas décadas de estar cerrados. Cómo abrir y
hacer esa transformación para no dejar a nadie atrás", agregó.
"Claro que no tenemos las puertas abiertas de un régimen dictatorial
como el de Venezuela, pero sí lo tenemos de todo el mundo. Y no es un
tema ideológico", reiteró.
Ante las críticas de la
oposición por los altos niveles de pobreza, Peña afirmó que el Gobierno
quiere que "todos los argentinos" salgan de esta situación pero incidió
en que "hoy" se está en un "lugar parecido" a 2015.
"Muchas veces les escucho hablando como si hubieran dejado el país que
creyeron dejar con una pobreza debajo de Alemania. No era. Era una
pobreza igual a la de ahora, pero con una diferencia, ni siquiera tenían
la dignidad de medirla", concluyó.
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