ASUNCIÓN.- La
informalidad laboral y las personas que a pesar de trabajar no logran
salir de la pobreza son dos de los principales desafíos que Paraguay
debe resolver en materia laboral, según señaló este lunes el
representante en el Cono Sur de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), Fabián Beltranou.
En
un acto en el Banco Central del Paraguay (BCP), en el que la OIT
presentó en el país su Informe sobre el Futuro del Trabajo, Beltranou
destacó que el mayor problema a nivel global es la informalidad en el
trabajo, ya que en el mundo hay 2.000 millones de empleados en ese
régimen, según el documento.
En Paraguay esa cifra supera los 1,8 millones de trabajadores, un 65 % de la población activa, según datos oficiales.
Sobre
ello, la ministra de Trabajo, Carla Bacigalupo, aseguró que para
reducir la informalidad su cartera actúa en el ámbito de las
inspecciones mediante el "cruzado de datos" entre diversas instituciones
para "detectar" trabajadores que estén "desprotegidos" y fuera del
sistema de protección social.
Asimismo,
utiliza su "poder de policía" para "fiscalizar" y "sancionar" a las
empresas que incumplan la obligatoriedad de incluir a sus trabajadores
en la Seguridad Social y estableció un sistema de denuncias para que
sean los propios trabajadores los que puedan denunciar su situación.
Beltranou
y Bacigalupo coincidieron en que la informalidad es una de las causas
de que existan trabajadores pobres, que en el mundo superan los 300
millones, mientras que en Paraguay las autoridades carecen de datos al
respecto, aunque la pobreza afecta a más de 2 millones de personas, de
los 7 millones habitantes con los que cuenta el país suramericano, según
la ministra.
El
representante de la OIT también alertó sobre el "desacople" existente
entre el crecimiento de las economías y de los salarios y sugirió
"revitalizar la negociación colectiva" entre trabajadores y empresarios
para aumentar las remuneraciones.
Insistió
en la necesidad de que los Estados ofrezcan "capacitación" a los
trabajadores "durante todo el ciclo de vida laboral", para que se
adecúen a los cambios de una economía cada vez más tecnológica y
reduzcan su brecha digital, ya que en los países emergentes, solo el 15 %
de los hogares tiene internet, mientras que la media global es del 53,6
%.
Bacigalupo
reconoció que en el caso de Paraguay esa brecha es aún "muy alta"
porque "encaramos tarde" una reforma educativa que incluya en los
currículum escolares la temática digital.
Ambos
aludieron al reto de reducir la brecha salarial entre hombres y
mujeres, que a nivel global se sitúa en el 20 %, desfavorable para el
sector femenino, mientras que en Paraguay ronda el 17 %.
Bacigalupo
concretó que las mujeres paraguayas cobran 96 dólares menos que los
hombres en el sector público y 143,5 menos en el privado, en un país en
el que el salario mínimo está fijado en 359 dólares.
Añadió
que esa brecha responde también a "la falta de políticas de cuidados"
que liberen a las mujeres de esa tarea en sus hogares y reconoció que
pese a que la ley obliga a que las empresas con más de 30 empleados
tengan una guardería, el cumplimiento de la norma es "muy bajo".
No obstante, apostó por no aplicar una actitud "demasiado sancionadora" porque podría "desalentar el empleo femenino".
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