domingo, 28 de abril de 2019

El PSOE gana las elecciones en España, el PP se hunde y Vox entra en el Parlamento

MADRID.- El presidente socialista español, Pedro Sánchez, emergía tras las inconclusas elecciones del domingo con opciones para mantenerse en el poder, aunque se enfrentará a meses de negociaciones para formar gobierno en un nuevo parlamento muy fragmentado. 

En unos de los comicios más disputados del país en décadas, el auge del partido nacionalista Vox dividió el voto de la derecha, en un reflejo de la fragmentación de otros parlamentos europeos donde los partidos tradicionales han tenido que ceder terreno a nuevos grupos antisistema.
Esto, a su vez, ayudó a los dos principales partidos de izquierda, los socialistas de Sánchez y el partido antiausteridad Unidas Podemos, a alzarse con un mayor número de escaños que el bloque de derechas, aunque no los suficientes como para formar una mayoría bipartidista.
“Hemos hecho que pase, el PSOE ha ganado las elecciones generales y con ello ha ganado el futuro y ha perdido el pasado”, dijo a los simpatizantes que celebraban la victoria en la sede del partido en Madrid coreando “Viva España” y “Viva el socialismo”.
El resultado electoral podría recibirse con cierto alivio entre los partidarios de una mayor integración de la Unión Europea antes de las elecciones al Parlamento Europeo del 26 de mayo por el temor que despertaba que el partido nacionalista y euroescéptico Vox se hiciese con una fuerte cuota de poder en España.
La fuerza liderada por Santiago Abascal obtuvo uno de cada diez votos y 24 escaños, convirtiéndose en el primer partido de extrema derecha en tener una presencia significativa en el parlamento nacional desde el regreso de España a la democracia en la década de 1970, aunque podría no jugar finalmente el papel de bisagra que confiaba tener.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, abrió inmediatamente la puerta a conversaciones de coalición con Sánchez.
“Le he expresado nuestra voluntad de trabajar para un gobierno de coalición de izquierdas”, dijo Iglesias ante sus partidarios en Madrid, añadiendo que para lograr esa coalición se necesitará mucho “tiempo” y “paciencia”.
Los socialistas y la formación morada quedarían a 11 escaños de la mayoría absoluta y salvar esa distancia requerirá de pactos con los nacionalistas vascos y otros pequeños partidos. En la madrugada del lunes, no estaba todavía claro si también necesitaría el apoyo de los diputados sececionistas catalanes, la rica región que intentó separarse de España hace dos años.
“Pedro Sánchez está en una buena posición”, dijo Pablo Simón, profesor de ciencias políticas en la Universidad Carlos III de Madrid.
Un acuerdo de gobierno será complicado y, ciertamente, no se concretará antes de las elecciones al Parlamento Europeo del mes que viene, añadió.
Sánchez parece tener dos opciones para armar una coalición. Si quiere gobernar con Podemos, los últimos datos provisionales muestran que necesitará el apoyo de partidos más pequeños o al menos su abstención. Necesitaría que al menos uno de los diputados separatistas catalanes se abstenga, aunque esto podría cambiar cuando se anuncien los datos definitivos en la primera quincena de mayo.
Las cosas serían más fáciles para Sánchez de no necesitar el apoyo de los separatistas catalanes, que derribaron su gobierno en minoría y pusieron la cuestión de la independencia de Cataluña en el foco de la campaña electoral. Se trata de un asunto extremadamente delicado que en ocasiones ha desconcertado a inversores de la zona euro y al resto de la UE.
Alternativamente, Sánchez podría recurrir a Ciudadanos, un partido de centro-derecha. Aunque él y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, tienen puntos de vista muy diferentes sobre Cataluña y ambos descartaron formar una alianza durante la campaña, persisten los rumores de que el dúo podría llegar a un acuerdo de coalición. Rivera repitió tras conocer los resultados que estaría la oposición.
Los españoles votaron con participación cercana al récord tras una campaña más dominada por temas como la identidad nacional y los derechos de las mujeres que por la economía.
Son las terceras elecciones generales en los últimos cuatro años. Las dos anteriores disolvieron el dominio que ejercieron durante décadas los dos grandes partidos tradicionales, PSOE y PP, y no cabe descartar una repetición de los comicios.
Por partidos, los socialistas de Sánchez ganaron con 123 escaños de los 350 asientos del Congreso. Los conservadores del Partido Popular (PP) quedaron segundos con 66 escaños pero sufriendo una auténtica debacle desde los 137 de los comicios de 2016. Por el contrario, Ciudadanos, de centro-derecha, incrementó su presencia en 25 diputados hasta los 57 escaños. El partido antiausteridad Unidas Podemos y sus aliados logran 42 escaños y el ultraderechista Vox, 24 escaños.
Simpatizantes del PSOE reunidos ante la sede del partido en Madrid coreaban “Viva España” y “Viva el socialismo”.
Para el PP fue una noche desastrosa al perder más de la mitad de los escaños en el Congreso y perder el control del Senado a favor de los socialistas.
En España, temas como la inmigración o el euroescepticismo, dominantes en el discurso político de otros países, se vieron eclipsados por la cuestión de la unidad territorial y la amenaza que representa el movimiento de independencia en Cataluña.
La economía, con uno de los crecimientos más destacados de la zona euro, pasó a un segundo plano en las campañas de todos los partidos.

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