miércoles, 10 de abril de 2019

Trump puede evitar aprietos por sanciones a Irán

WASHINGTON.- El presidente Donald Trump lo sabe: está entre la espada y la pared en lo referente a política exterior y precios del petróleo. Por una parte, necesita intensificar las sanciones sobre la industria petrolera de Irán para presionar el régimen al máximo. 

Por otra, teme que los precios aumenten si de repente cierra las exportaciones iranís. Esto perjudicaría a los consumidores estadounidenses y a los sectores de manufactura y transporte del país -y posiblemente también los índices de aceptación del presidente. Por ahora, la mejor decisión que puede tomar la administración es mantener las exenciones que EE.UU. ha otorgado a algunas naciones para que puedan continuar importando petróleo iraní, pero recortarlas levemente.
Demos un poco de contexto. En noviembre, EE.UU. otorgó exenciones oficiales de las sanciones a ocho países -entre ellos China, Japón e India- siempre y cuando respetaran ciertas cuotas de compra de petróleo iraní y pagaran a través de cuentas de garantía bloqueada que limitaran el uso del ingreso por parte del gobierno iraní. 
Estas exenciones eran válidas por seis meses y, en pocas semanas, EE.UU. anunciará si se renovarán, reducirán o cancelarán. Si la casa Blanca no renueva al menos una parte de las exenciones, los precios del petróleo subirán justo en el momento en que muchos estadounidenses salen a las carreteras para sus viajes del verano. Esto paralizaría la política exterior hacia Venezuela y China.
Bloomberg News ha informado que la administración está dividida sobre cómo proceder. Las sanciones unilaterales que Trump impuso en noviembre han recortado el petróleo de Irán y condensado las exportaciones de más de 2,7 millones de barriles por día a un estimado de 1,8 millones, según los últimos datos de TankerTrackers.com.
 No obstante lo anterior, John Bolton, asesor de seguridad nacional desea parar del todo las exportaciones iranís, y Larry Kudlow, asesor económico de la Casa Blanca, considera que hay suficiente oferta de petróleo en el mercado y que suspender toda exportación iraní no hará daño. Sin embargo, Mike Pompeo, secretario de Estado, prefiere continuar con las exenciones para evitar un revuelo en los mercados. El presidente Trump ha demostrado con sus palabras y tuits que da prioridad a precios de petróleo bajos.
A nivel político, Trump ganaría muy poco con eliminar del todo las exportaciones iranís en mayo. Para muchos de sus partidarios, cumplió con su promesa de campaña de dar fin al acuerdo nuclear de Barack Obama con Irán. Unas sanciones más estrictas sobre Teherán no le conseguirán más votos en 2020. 
Hace poco declaró que los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica eran una organización terrorista; si ahora reforzara un mínimo las sanciones, sería más que suficiente para demostrar su determinación. Además, es poco probable que el régimen de Teherán se comprometa diplomáticamente en este punto. El gobierno y el pueblo iraní saben que habrá elecciones próximamente y que existe la posibilidad de entablar relaciones con un nuevo presidente de EE.UU. en menos de dos años.
Trump tiene razón de preocuparse por el precio del petróleo. La oferta global se está reduciendo y los precios están aumentando. El índice de referencia de EE.UU, WTI, ahora está a 60 dólares por barril -su precio más alto este baño- y la referencia internacional, el Brent, está alrededor de 70 dólares por barril. 
La producción de petróleo de la OPEP alcanzó su punto más bajo en cuatro años dado que Arabia Saudita hizo un recorte de 400.000 barriles por día desde inicios de 2019 y Venezuela de al menos 360.000 barriles. 
Las amplias reservas de Kazajstán han disminuido en 120.000 barriles por día, y la producción rusa también se está ralentizando. Si se eliminaran por completo las exportaciones iranís, se suprimirían de inmediato 1,5 millones de barriles por día de este mercado. Únicamente Arabia Saudita cuenta con capacidad de sobra para compensar la escasez -pero ha advertido que no lo hará.
Si se prohibieran las exportaciones legales de petróleo iraní, la administración de Trump se vería muy limitada en Venezuela y China. EE.UU. impuso sanciones a las exportaciones de petróleo de Venezuela con el objetivo de obstruir el régimen de Nicolás Maduro; sin embargo, aún continúa en el poder, por lo que el gobierno de Trump está presionando a India y China para que eliminen sus importaciones venezolanas. 
El presidente no puede recortar el petróleo iraní y el venezolano y pensar que los precios van a permanecer estables.
Adicionalmente, a medida que la Casa Blanca negocia sobre el comercio con Pékin, Trump seguro debe estar al tanto del deseo que tiene China de continuar comprando petróleo iraní relativamente barato. No puede finalizar la exención de China sin primero tratar de utilizarla como una herramienta de negociación en conversaciones comerciales de mayor envergadura.
La administración de Trump debe finalizar las exenciones otorgadas a Grecia, Italia y Taiwán porque estos países no están importando petróleo iraní de todas maneras. Debería reducir entre 10 y 20 por ciento la cantidad de petróleo y condensados que India, Turquía y Corea del Sur están autorizados a importar. Debería mantener la exención de China sujeta a las negociaciones con Pekín.
Trump no va a obtener ninguna ventaja en política exterior si cierra el grifo del petróleo iraní. Una decisión con más matiz demostraría a Irán que la administración se mantiene en firme y le permitiría enfocarse en Venezuela y China, a la vez que mantener precios razonables en las estaciones de servicio donde tanquean los votantes estadounidenses.

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