WASHINGTON.- El acceso de Venezuela al
Fondo Monetario Internacional (FMI), tanto para retirar sus fondos de
reservas como para negociar un préstamo, está supeditado a que sus
miembros resuelvan el impasse sobre el reconocimiento del gobierno en
Caracas, dijo el miércoles un portavoz del organismo.
La
legitimidad del gobierno de Venezuela está en cuestión desde enero,
cuando el líder opositor Juan Guaidó desafió la autoridad del presidente
Nicolás Maduro, en medio de una aguda crisis económica.
"Cualquier compromiso del FMI con Venezuela, incluida la
respuesta a posibles solicitudes de transacciones financieras, se basa
en el tema de la aclaración del reconocimiento del gobierno", dijo el portavoz del FMI.
"Nos guiamos por nuestros miembros en ese tema, y en este punto, esa decisión no se ha tomado", agregó.
Maduro,
quien asumió un segundo mandato hasta 2025 el 10 de enero tras
cuestionadas elecciones, sigue siendo el presidente en el poder en
Venezuela, con apoyo interno de los militares y externo en particular de
Rusia y China.
Pero Guaidó, el jefe parlamentario que el 23 de
enero se declaró presidente interino con miras a establecer un gobierno
de transición y organizar nuevos comicios, ha sido reconocido por más de
50 países, incluido Estados Unidos.
En el FMI, Estados Unidos es
el miembro con mayor poder de voto (16,5%), con capacidad de veto sobre
la mayoría de las decisiones.
El Fondo declaró el 24 de enero que
"la comunidad internacional guía el reconocimiento oficial" del
organismo, pero no aclaró si el tema sería decidido mediante una
votación formal.
Hasta ahora los pronunciamientos sobre la
legitimidad de Guaidó han sido regionales: el consejo permanente de la
Organización de los Estados Americanos (OEA) aceptó el martes el
nombramiento del embajador enviado por Guaidó como representante
permanente, un mes después de que el Banco Interamericano de Desarrollo
(BID) reconociera al delegado del líder opositor ante la entidad.
Pero la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no ha tomado posición.
Este
miércoles, en una reunión del Consejo de Seguridad sobre la crisis
humanitaria en Venezuela solicitada por Washington, el vicepresidente
estadounidense, Mike Pence, pidió a la ONU que reconozca a Guaidó y
acepte a su representante sin demoras.
Venezuela,
el país con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, está
sumida en una debacle económica, con severa escasez de alimentos y
medicinas, colapsos en el suministro de agua y electricidad y una
producción de crudo que cayó a la mitad desde 2014, lo cual ha forzado
la salida del país de 2,7 millones de personas desde 2015, según la ONU.
El
FMI dijo el martes que Venezuela tendrá este año una contracción del
PIB de 25%, una hiperinflación de 10.000.000% y una tasa de desempleo de
44,3%.
Pero debido al limbo actual con respecto al reconocimiento
del gobierno en Caracas, ni Maduro ni Guaidó podrían iniciar
negociaciones para un programa de ayuda con el organismo multilateral.
Ninguno
podría acceder tampoco a los fondos de reservas internacionales que los
189 miembros del FMI deben mantener en depósito en la institución.
Esas
reservas son una fuente de efectivo rápido para el gobierno de Maduro,
asediado por una amplia gama de sanciones por parte de Estados Unidos
para forzar su salida del poder, en particular una suerte de embargo al
crudo venezolano que comenzará a regir el 28 de abril.
Durante
los últimos cuatro años Venezuela ha drenado drásticamente sus reservas
en el FMI, que se mantienen en los llamados Derechos Especiales de Giro
(DEG), cuyo valor se fija en relación a cinco monedas: el dólar
estadounidense, el euro, el yen japonés, la libra esterlina y el yuan
chino.
Desde marzo de 2015, la cantidad depositada en el fondo
ha disminuido casi un 89% al equivalente de poco menos de 400 millones
de dólares, según datos del FMI.
El gobierno de Maduro ha estado
intentando repatriar las reservas internacionales en oro que tiene
depositadas Venezuela en el Banco de Inglaterra, que según un informe
del grupo Natixis, ascienden a unas 31 toneladas por valor de 1.300
millones de dólares.
La crisis venezolana está muy presente en las
Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial, que se realizan esta
semana en Washington.
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