PEKÍN.- China anunció el viernes
que los más altos dirigentes de 37 países, así como representantes de
Corea del Norte, participarán la semana que viene en Pekín en su gran
cumbre de la Nueva Ruta de la Seda.
Lanzado en 2013, el proyecto pretende mejorar las comunicaciones entre Asia, Europa y África. En especial, prevé la financiación de infraestructuras terrestres y marítimas por más de un billón de dólares.
El
proyecto divide a los europeos. Algunos, como Italia, Grecia y varios
países del Este, se han asociado. Otros, en acuerdo con Estados Unidos,
temen que Pekín extienda así su influencia política, o les preocupan los
acuerdos comerciales que consideran opacos.
Corea del Norte, país
vecino de China y su aliado tradicional, enviará una delegación a esta
cumbre que se celebrará del 25 al 27 de abril, indicó el ministro chino
de Relaciones Exteriores, Wang Yi, durante una conferencia de prensa.
"Es
totalmente normal pues se trata de una iniciativa de cooperación
económica. Todos los países son libres de participar en ella", señaló el
ministro.
En cambio, no precisó si el dirigente norcoreano Kim
Jong Un, que debe reunirse con el presidente ruso Vladimir Putin en
abril, participaría o no en la cumbre de Pekín.
Italia se
convirtió en abril en el primer miembro del G7 en unirse a la iniciativa
china y formará parte de las 37 naciones representadas por un jefe de
Estado o de Gobierno en la cumbre, añadió.
En esta lista figuran
también Grecia, Suiza, Austria, República Checa, países tradicionalmente
amigos de China como Rusia, o numerosos países asiáticos.
Francia estará representada por su jefe de la diplomacia Jean-Yves Le Drian.
Estados Unidos por su parte ya indicó que no enviará ningún alto responsable
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