MÉXICO.- La apuesta del presidente
Andrés Manuel López Obrador por sacar del marasmo a la economía de
México y reactivar a la petrolera estatal Pemex recibió un golpe este
martes, cuando cifras oficiales mostraron que el PIB cayó y la empresa
registró pérdidas en el primer trimestre.
El Producto Interno
Bruto (PIB) retrocedió 0,2% entre enero y marzo, según cifras
preliminares del instituto de estadística, INEGI, mientras Petróleos
Mexicanos anotó una pérdida de 1.876 millones de dólares en el mismo
lapso, señalan datos reportados a la bolsa de valores.
Ambos resultados, los primeros plenamente atribuibles a su
gobierno que arrancó en diciembre, anticipan un camino cuesta arriba
para cumplir sus promesas de crecer 4% anual y que la endeudada Pemex
sea rentable e incremente su menguante producción.
López Obrador,
veterano izquierdista que ganó abrumadoramente las elecciones de julio
de 2018, ha prometido una "transformación radical" del país, cimentada
en el combate a la corrupción, y una renovada prosperidad tras décadas
de crecimiento mediocre, alrededor del 2% anual.
Pero sus
políticas han inquietado al empresariado y aunque sigue siendo muy
popular, el desempeño de la segunda economía latinoamericana podría ser
su talón de Aquiles.
"El resultado del primer trimestre fue peor
de lo que nosotros y el consenso de analistas esperaban", subraya un
reporte la firma británica Capital Economics.
El dato viene tras un avance de solo 0,2% en el cuarto trimestre de 2018.
El
resultado obedece principalmente a una caída de 0,6% en la actividad
industrial, que representa 30% de la economía, y a un retroceso de 0,2%
en el sector servicios, que agrupa al 60% de la actividad económica.
Las actividades primarias, que incluyen agricultura y ganadería, crecieron 2,6%.
"La
mayor decepción fue la contracción del sector servicios. Este sector
había sido el punto brillante de la economía en los últimos 12 a 18
meses", agrega el reporte.
El arranque del 2019 estuvo marcado
por el desabastecimiento de gasolina, producto de una estrategia del
gobierno para combatir el robo de combustible, y por los bloqueos de
manifestantes a vías ferroviarias del país.
El mandatario,
conocido por sus iniciales como AMLO, ya había alarmado a los
inversionistas con su decisión -antes de asumir el 1 de diciembre- de
cancelar la construcción de un aeropuerto valuado en 13.000 millones de
dólares, y abonó a su inquietud al declarar "el fin de la política
neoliberal", en un evento público el mes pasado.
Hechos y señales
han llevado a expertos a estimar que la economía no solo mostrará
debilidad en el primer trimestre sino todo el año.
Los analistas
que consulta mensualmente el Banco de México (central) recortaron sus
pronósticos de crecimiento para 2019 hasta 1,5% desde el 1,8% estimado
en enero.
El propio Banco de México y la secretaría de Hacienda
recortaron sus previsiones de crecimiento a un rango de entre 1,1% y
2,1%. Pero en abril López Obrador se mostró confiado de que en 2019 la
economía crecerá 2% y 3% en 2020.
INEGI divulgará la cifra definitiva de crecimiento del PIB del primer trimestre el 24 de mayo.
Pemex,
en tanto, reportó una pérdida de 35.700 millones de pesos en el primer
trimestre, frente a la ganancia de 113.300 millones de pesos del mismo
lapso de 2018 (unos 5.961 millones de dólares).
La pérdida
obedece principalmente mayores a costos financieros derivados de la
depreciación del peso frente al dólar, explicó la empresa. Sus ventas
retrocedieron 10,4% en el periodo a 356.251 millones de pesos (unos
18.735 millones de dólares).
Pemex reportó también un descenso en
sus exportaciones, mientras que su producción de crudo promedió 1,6
millones de barriles diarios, casi 12% menos que en el mismo lapso de
2018.
La petrolera requiere incrementar sus inversiones para
revertir el declive de su producción, pero carga con una pesada deuda de
106.500 millones de dólares, que la tiene en la mira de calificadoras
crediticias.
En enero, Fitch rebajó dos peldaños su calificación mientras que S&P degradó a negativa su perspectiva.
El
gobierno se ha propuesto rescatar a la compañía pero rechaza la reforma
energética con que el anterior gobierno la abrió en 2013 a la inversión
privada tras más de 70 años de monopolio estatal.
A mediados de
febrero, dijo que inyectaría a Pemex unos 5.500 millones de dólares para
aliviar sus finanzas y fortalecer su capacidad de inversión, mientras
que en abril anunció una ayuda adicional por unos 5.200 millones dólares
provenientes un fondo público de estabilización.
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